Ambientes despojados, líneas rectas y mucha limpieza en los detalles caracterizan a este estilo que llegó para quedarse.
COMPOSICIONES
Aprovechar un gran espacio como este de una casa moderna y estilosa echando mano al minimalismo es una solución inteligente. Maderas nobles en la cocina vanguardista que acompañan la decisión de dar a las líneas rectas gran protagonismo; un espacio de relax en el que reina el blanco del sofá sobre la madera que reviste la pared y en el gran comedor, sillas con diseño orgánico en colores diferentes, una enorme mesa oscura y la vegetación salvaje como adorno, son elegantes y sencillos.
BLANCO & NEGRO
Dos colores inseparables de ese estilo que se convierten en clásicos. Con aire industrial, en este caso, ambos son los protagonistas excluyentes de toda la deco de este lugar que sin embargo, tal vez por la sabia elección de muebles, arte y la presencia de una pequeña y bella planta de olivo, se convierte en cálido y relajado sitio en donde pasar todo el día.
LÍNEAS PURAS
El estilo minimalista no siempre es como un laboratorio de despojado y casi “vacío” o totalmente en blanco, sino una elección que realza el protagonismo de las líneas puras y un estilo desprendido de artificios. El “menos es más” se convierte en protagonismo, pero a veces con color y calidez como la madera y los tonos cálidos.
INSPIRACIÓN
Tal vez la cultura oriental sea una de las más influyentes a la hora de elegir el minimalismo como deco de la casa, y muy especialmente cuando se trata de habitaciones o dormitorios. Las líneas puras, los objetos mínimos pero con gran estilo, el uso de los colores muy suaves y la combinación sabia de maderas naturales y textura como las alfombras y textiles son una apuesta segura para lograr el éxito.
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Minimalismo cálido: Lo justo, pero con matices acogedores y alegres
Una corriente artística, arquitectónica y decorativa nacida en los años 60 hoy está más vigente que nunca con un aporte de color y calidez.
Esta tendencia fusiona los conceptos básicos del minimalismo clásico con la calidez, los colores y las texturas de la decoración nórdica. Es ideal para aquellas personas que buscan algo sencillo, acogedor y alegre para decorar el hogar.
El minimalismo surgió como corriente artística, arquitectónica y decorativa en los años 60; se enfoca en reducir las cargas –objetos en general– de los espacios y dejar lo mínimo e indispensable. ¿La finalidad?, crear un ambiente bello y despejado.
A partir de este concepto surgieron otras corrientes que tomaron premisas del minimalismo para organizar las estancias. Cuando existe mucha estimulación visual y consumo excesivo, puede haber distracciones y efectos negativos sobre el bienestar, como apuntan estudios; por eso la idea de “menos es más” cada vez va ganando más adeptas. Este estilo se basa en reducir los elementos a lo básico, elegir mobiliarios con líneas curvas, tonos cálidos e incluir plantas en la decoración. Se asemeja mucho al minimalismo clásico, pero con algunos toques que generan un ambiente acogedor.
Esta tendencia toma las premisas del minimalismo clásico, pero incorpora colores y elementos sencillos que crean un ambiente agradable sin mucha estimulación visual.
COLORES
A diferencia del clásico que tiene como base el blanco y diferentes gamas de grises, el minimalismo cálido incorpora otras tonalidades como el ocre, beige, marrón, gamas cercanas al color tierra que favorecen la luminosidad de las estancias.
MUEBLES Y MATERIALES
En este aspecto se vincula a la decoración nórdica. Con la intención de reducir la rigidez visual en los espacios, se eligen muebles redondeados –generalmente– de madera, ya que esto también le da calidez al hogar, también colores que van desde el mostaza, naranja oscuro, beige, al marrón tierra.
ILUMINACIÓN
Esta parte es esencial dentro del minimalismo cálido. Es importante que la luz natural tenga un gran alcance dentro del hogar, se puede lograr instalando cortinas de colores claros y tejidos livianos que no obstruyan la iluminación; en cuanto a la artificial, se recomienda luz cálida.
TEJIDOS Y TEXTURAS
Se pone mucho énfasis en los textiles de origen natural, se puede incluir fundas de almohada, alfombras o cortinas que combinen algodón, lino, lana. Vale aclarar que se prioriza los lisos por sobre los estampados.
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Streamline: cómo simplificar el orden en casa
Este método se apoya en el minimalismo, sin embargo, no en su esencia más pura sino que lo utiliza como inspiración para organizar el hogar y que quede solo lo funcional para lograr el bienestar en los ambientes.
Para entender más sobre el streamline, podemos acudir a una frase conocida: “menos es más”. Su creadora, la estadounidense Francine Jay, fue apodada en las redes como “Miss minimalist”. A través de su sitio, Francine busca reeducar a la gente, inculcando e inspirando para evitar la acumulación. La idea de este método es encontrar el orden definitivo de las cosas y dejar aquellos objetos que realmente se atesoran, tienen utilidad y valor.
¿Cómo se logra?
- Adiós a la acumulación: Esta es la regla esencial, en primer lugar hay que limpiar y clasificar todos los objetos en tres categorías: “desechos”, “tesoros” y “traspaso”. Por lógica, los tesoros se conservan, los desechos van a la basura y por último, los traspaso se donan. Jay sugiere que para que exista una renovación, o la adquisición de nuevos mobiliarios u objetos, es fundamental soltar y dar espacio para que llegue lo nuevo.
- Orden: Otro mandato del streamline es que cada cosa debe tener su lugar. Cuando empieces el proceso de renovación y reorganización, es importante planificar dónde estará cada mueble, objeto decorativo, macetas, básicamente lo que tenga utilidad y adorne el interior de tu hogar.
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Para simplificar la guía y que después no genere más desorden, es importante ubicar las cosas de acuerdo a su utilidad, todo aquello que tenga uso cotidiano debe estar al alcance; mientras que aquello que no sea indispensable en la rutina, debe quedar más apartado.
- Limpieza: El hábito de aseo y orden debe ser constante. Para evitar el desorden, el polvo y la suciedad, hay que dedicarle unos pocos minutos a diario. Esto puede parecer tedioso pero al tener solo lo indispensable, la limpieza será práctica y sencilla.
Por ejemplo: mientras preparas tu almuerzo podés ordenar la mesada de tu cocina; antes de entrar a bañarte, podes limpiar el baño o cada mañana extendé tu cama y pasa la escoba en la habitación.
- Evita objetos que promuevan la acumulación: Puede ser un viejo estante, una repisa, incluso el simple gesto de meter una silla en la habitación hace que, en vez de organizar la ropa en el placard, dejemos las prendas desorganizadas. Procurá que no haya acumulación sobre los mobiliarios.
El streamline no promueve el minimalismo puro, sí ayuda a categorizar y dar el valor real a cada objeto, siempre acorde a su utilidad. La intención es que no haya contaminación visual y que la persona que lo practique se sienta a gusto en su hogar.
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Lo justo y necesario: minimalismo, una filosofía de vida
Cuando nos dejamos llevar por el consumismo y adquirimos cada vez más productos, nos volvemos más “pesadas” y esto tiene un impacto en nuestro plano emocional.
Esta filosofía de vida apunta a deshacernos de los excesos, a tener lo justo y necesario, pero por sobre todo, a prestarle atención a las cosas que verdaderamente importan. Según el minimalismo, hoy en día vivimos en un entorno demasiado estimulante.
Ryan Nicodemus y Fields Millburn, creadores de este estilo de vida lo definen como una herramienta que sirve de catalizador para deshacernos de los excesos y, mediante él, llegar a la felicidad, la libertad y la realización personal.
Vivimos en un mundo donde todo apunta al consumismo y el sistema te lo ofrece como una necesidad. Los anuncios te dicen que es imprescindible que tengas esa última tecnología, esa última prenda de temporada, o el último lanzamiento en calzados.
Según el pensamiento minimalista, cuando nos dejamos llevar por el consumismo y adquirimos cada vez más productos nos volvemos más “pesadas”, esto tiene un impacto en nuestro plano emocional que se ve sobrecargado y dejamos de lado partes esenciales como la libertad.
LIBERARSE DEL PASADO
Retomando las líneas del apego, muchas veces pasa que nos encariñamos con los objetos porque nos recuerdan una vivencia feliz o a alguien que estimamos mucho. El minimalismo nos recuerda que todos esos momentos vividos están en una y no en los objetos, que lo mejor es centrarse en el presente y planear un futuro para no seguir prestando atención al pasado.
SIMPLE Y ORDENADO
Cuando tenemos demasiados muebles, adornos, accesorios y demás objetos sin utilidad el ambiente se puede sentir sobrecargado, perdemos tiempo ordenando y limpiando, y es más probable que nuestros espacios se vean desordenados con facilidad.
¿LO NECESITO O SOLO LO QUIERO POR CAPRICHO?
Esta es una pregunta que deberíamos hacernos cada vez que tenemos el impulso de comprar algo. El minimalismo valora el autocontrol respecto al consumo, promueve ser inteligentes a la hora de gastar nuestro dinero en cosas materiales, y en el caso que se decida comprar algo, este debe reemplazar un objeto que teníamos con anterioridad y que ya no cumple con su función. La intención siempre es evadir la acumulación.
¿CÓMO LLEVAR UN ESTILO DE VIDA MINIMALISTA?
Todas tenemos esas prendas guardadas en el closet que no usamos pero mezquinamos, muebles, objetos, incluso electrodomésticos que no cumplen ninguna función en nuestra rutina diaria, el minimalismo invita a que nos “liberemos” de todo esto que sobra en nuestras vidas, ya que el apego a lo material nos vuelve de alguna manera esclavos.
Sus creadores lo definen como una herramienta que sirve de catalizador para deshacernos de los excesos y, mediante él, llegar a la felicidad, la libertad y la realización personal.
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Estilo de vida minimalista: ¿de qué se trata?
Esta filosofía de vida apunta a deshacernos de los excesos, a tener lo justo y necesario, pero por sobre todo, a prestarle atención a las cosas que verdaderamente importan. Según el minimalismo, hoy en día vivimos en un entorno demasiado estimulante.
Ryan Nicodemus y Fields Millburn, creadores de este estilo de vida lo definen como una herramienta que sirve de catalizador para deshacernos de los excesos, y mediante él llegar a la felicidad, la libertad y la realización personal.
Vivimos en un mundo donde todo apunta al consumismo y el sistema te lo ofrece como una necesidad. Los anuncios te dicen que es imprescindible que tengas esa última tecnología, esa última prenda de temporada, o el último lanzamiento en calzados.
Según el pensamiento minimalista, cuando nos dejamos llevar por el consumismo y adquirimos cada vez más productos nos volvemos más “pesadas”, esto tiene un impacto en nuestro plano emocional que se ve sobrecargado y dejamos de lado partes esenciales como la libertad.
Leé más: Reseña de la serie de Netflix “Minimalismo Menos es Más”
¿Cómo llevar un estilo de vida minimalista?
Todas tenemos esas prendas guardadas en el closet que no usamos pero mezquinamos, muebles, objetos, incluso electrodomésticos que no cumplen ninguna función en nuestra rutina diaria, el minimalismo invita a que nos “liberemos” de todo esto que sobra en nuestras vidas, ya que el apego a lo material nos vuelve de alguna manera esclavos.
1.Liberarse del pasado
Retomando las lineas del apego, muchas veces pasa que nos encariñamos con los objetos por que nos recuerda una vivencia feliz o a alguien que estimamos mucho. El minimalismo nos recuerda que todos esos momentos vividos están en una y no en los objetos, que lo mejor es centrarse en el presente y planear un futuro para no seguir prestando atención al pasado.
2.Simple y ordenado
Cuando tenemos demasiados muebles, adornos, accesorios y demás objetos sin utilidad el ambiente se puede sentir sobrecargado, perdemos tiempo ordenando y limpiando, y es más probable que nuestros espacios se vean desordenados con facilidad.
3.¿Lo necesito o solo lo quiero por capricho?
Esta es una pregunta que deberíamos hacernos cada vez que tenemos el impulso de comprar algo. El minimalismo valora el autocontrol respecto al consumo, promueve ser inteligentes a la hora de gastar nuestro dinero en cosas materiales, y en el caso que se decida comprar algo, esta debe reemplazar un objeto que teníamos con anterioridad y que ya no cumple con su función. La intención siempre es evadir la acumulación.