IH Patisserie: pastelería creativa y equilibrada para no resistirse
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Los dulces generalmente son relacionados con ese gusto extra, con el placer de disfrutar pero no precisamente de un bocado sano. Ivonne Huber reescribe esa historia con sus dulces frescos, equilibrados y de ingredientes locales orgánicos.
Ivonne Huber es la pastelera paraguaya al frente de IH Patisserie, bautizada con las siglas de su nombre. “Ivo”, como ella misma se presenta, se especializó en el Cordon Bleu de París en donde perfeccionó su técnica. De regreso a Paraguay abrió su laboratorio de producción en el 2019. “Nuestra especialidad es pastelería creativa; es decir, productos dulces que tienen un concepto y son equilibrados. La idea es que tenga un concepto, diseño y sabor, mucho sabor. Si se trata de un pie de limón, que tenga mucho limón. Si es una torta de chocolate, que el sabor sea a chocolate bien intenso, y así sucesivamente”, explica “Ivo” del compromiso con sus creaciones.
Desde que la pastelería arrancó, hubo un indiscutible dulce que se ganó toda la atención: los eclairs de la casa. Sin dudas, allí se encuentran los mejores del país y desde acá te recomendamos que los pruebes e “Ivo” nos cuenta del lazo muy personal.
“Los eclairs son emocionalmente mi pastelería favorita porque se trató de mi primer trabajo en Francia, en una boutique especializada completamente en eclairs. Los eclairs para mí son pastelería fresca, equilibrada y fáciles de comer”, explica.
DULCES DE TEMPORADA
En IH Patisserie los eclairs nunca faltan, tampoco las tortas, verrines (postres como tiramisú, cheesecake, etc.) en frasquitos indivuales, los entremets florales o scones de queso. Sin embargo, su variedad es mucho más amplia ya que sus postres atienden a las temporadas. Por ejemplo, en temporadas de frutillas es un festival de dulces en todas sus distintas presentaciones y que aprovechan al máximo su sabor. Así también lo son las fechas especiales a lo largo del año. Como justamente el sello de la pastelería es trabajar sobre un concepto, las fechas especiales son realmente su fortaleza y algunos de sus productos estrella son: la flor de coco completamente comestible de Navidad, los huevos de pascuas de autor que siempre están decorados de manera artística o las mamitas de chocolate para el Día de la Madre.
REGALOS ESPECIALES
Y de sus más pedidos son los regalos, ya sean empresariales o para momentos especiales. Ivonne detalla: “Tenemos una gama de regalos para todo el año y también para fechas especiales. Por ejemplo, las cajas popurrí que son la mejor selección de nuestra pastelería en bocados pequeños, emulando como antes acostumbrábamos a llevar masitas”. Lo que sí, hay para todos los gustos. Desde el más chocolatoso hasta el bocado más fresco, incluso para los paladares que disfrutan de nuevas experiencias porque tienen unos entremets florales con sabor a azahar, jazmín o rosas. También para quienes no pueden ingerir gluten, lactosa o azúcar. La creatividad realmente se nota en su catálogo.
“Nuestra especialidad es pastelería creativa; es decir, productos dulces que tienen un concepto y son equilibrados. La idea es que tenga un diseño y sabor, mucho sabor. Si se trata de un pie de limón, que tenga mucho limón”
COLECCIÓN “FESTIVE”
Este fin de semana IH Patisserie lanza su colección “Festive” para las fiestas de fin de año. “El concepto es el de reescribir las tradiciones y para ello plasmamos en comestibles los clásicos de la Navidad: un pesebre completo, guirnaldas para el arbolito, arbolitos de chocolate, una sagrada familia en chocolate; así como la estrella y emblema de la Navidad paraguaya: la flor de coco comestible. Es una invitación a agregarle un toque de dulzor a las tradiciones navideñas. Vamos a tener en diferentes tamaños, con una presentación que acompaña y que ya es nuestro sello”, nos detalla Ivonne.
DÓNDE ENCONTRARLA
La vitrina de IH Patisserie se abre de lunes a sábado de 8:00 a 18:00 y los domingos, de 10:00 a 17:00 con dulces ya hechos y disponibles para que los pruebes. La dirección es España 2271 c/ Venezuela. O bien si querés hacer algún regalo especial y pedirlo con anticipación, su número del Whatsapp es (0984) 985-176.
Su propietaria es Anabel Schaerer (42), quien hoy es una productora de alfombras freelance, además de ser licenciada en diseño gráfico. Foto: Gentileza
Su amor por el diseño la llevó a crear tapetes de hilos de lana
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Oh! Lala Tufting es un emprendimiento de arte en hilo y lana que innova en el mercado decorativo con alfombras y tapices personalizados hechos a mano. Su propietaria es Anabel Schaerer (42), quien hoy es una productora de alfombras freelance, además de ser licenciada en diseño gráfico.
Impulsada por su amor a las manualidades comenzó a buscar referencias hasta dar con la técnica del tufting que atrapó su interés en emprender. Esta es una técnica en la que se trabaja con una pistola que lleva dos hebras de lana y se teje en una tela tensada a un marco, similar a un bastidor, para ir armando los diseños.
El emprendimiento iniciaba como hobby en agosto de 2022 y actualmente es su principal fuente de ingreso. “Empecé a subir fotos, a la gente le empezó a gustar y así nació Oh! Lala. Mi primera alfombra fue a mano con esta técnica que precisa de una aguja mágica”, explicó Schaerer en entrevista con La Nación/Nación Media.
Las alfombras se realizan con una técnica de tendencia internacional: el tufting. Foto: Gentileza
Los productos son decorativos y considerados unas piezas de arte que pueden colocarse en el interior de la casa, tapices, o incluso colgarse. Luego de realizar muchos trabajos a mano, tejiendo punto por punto, finalmente reunió el capital necesario para adquirir la pistola para bordar, con la cual se trabaja de manera sistemática. “Es un trabajo superlaborioso, pero con la práctica todo se alcanza. Yo sola estoy emprendiendo y realizo a través de una agenda abierta a medida que llegan los pedidos”, remarcó.
TENDENCIA EN OTROS PAÍSES
La emprendedora dijo que sus diseños son personalizados y exclusivos, hechos para cada gusto específico. Precisó que en Estados Unidos y países de Europa son un boom y que en Paraguay todavía se está descubriendo la técnica. “Yo importo mis materiales, la tela para tejer no existe acá y es cuestión de hacerle seguimiento siempre, porque es un trabajo de todo el día”, añadió.
El trabajo más largo que realizó fue una alfombra de seis metros por un metro y medio, que fue tejida en un mes. Detalló que sus diseños pueden ir desde un tamaño de 2x2, con flecos, colores y tienen diferentes usos, desde espejos, posa objetos, formas de logos, dibujos animados, o todo lo que solicite el cliente. “Yo estaba buscando referencias y caí con una foto de esta técnica. Empecé a probar viendo videos de YouTube por mi propia cuenta.
Los productos son decorativos y considerados unas piezas de arte. Foto: Gentileza
Aprendí sin ningún curso y ahora ya me dedico solo a eso prácticamente”, dijo Schaerer. La emprendedora cuenta con un estudio/taller donde realiza la producción e incluso brinda talleres para que los interesados en la técnica aprendan a utilizar los materiales. “Dentro de poco quiero abrir un showroom y ahí voy a tener todas mis alfombras expuestas”, añadió.
APOSTAR POR LO ARTESANAL
Anabel sostuvo que hoy el consumidor debe valorar el trabajo detrás de un producto artesanal, que lleva un proceso muy minucioso y cansador. “Ese es el problema de todos los emprendedores y una lucha colectiva, es cuestión de apuntar mejor el público, porque hay gente que invierte en arte exclusivo para sus hogares”, indicó.
La emprendedora cuenta con un estudio/taller donde realiza la producción. Foto: Gentileza
Los precios son fijados por metro cuadrado, de acuerdo a los detalles y la complejidad, pero como ejemplo, precisó que una alfombra de entrada de 80 x 45 centímetros puede rondar desde los 500.000 a 800.000 guaraníes. La inversión se realiza en dos pagos, 50 % para iniciar con la producción, remarcó.
Dulce Astrid: tras años de postergar su sueño, hoy hace los mejores pasteles artesanales
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Por Karina Ríos (karina.rios@nacionmedia.com)
Desde niña, Analía Benítez soñaba con ser una gran pastelera, pero con el paso de los años sus sueños se fueron esfumando. Terminó la secundaria y formó una linda familia, a la que se dedicaba 100%. Pero, con el tiempo sintió la necesidad de ayudar con los ingresos de su hogar y comenzó a estudiar.
Durante la pandemia, vio que el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP) ofrecía clases virtuales de pastelería y se lanzó a la posibilidad de cumplir su sueño. “Decidí inscribirme en repostería, pero los cupos se llenaban muy rápido. Entonces, fui haciendo cursos donde sí había lugar, entre ellos, de panadería, bocaditos dulces y salados”, explicó a La Nación/Nación Media.
Analía nunca perdió su verdadero enfoque, estudiar repostería y así lo hizo finalmente. Se especializó en tortas decoradas y arte en azúcar y no se detuvo hasta dar vida a su propio emprendimiento, “Dulce Astrid”, hace tres años.
Vender para estudiar
Analía indicó que pese a que las clases eran gratuitas, cada curso tenía sus gastos porque debía preparar lo que las instructoras le pedían y debía costear ingredientes. Siempre contó con la ayuda de su marido, pero ella quería hacer más, entonces, empezó a vender lo que preparaba.
“Empecé a vender mis productos, todo lo que hacía en los cursos y en las prácticas, para así poder solventar los insumos de las próximas recetas que nos daban los profesores”, explicó.
Al finalizar las clases, Analía ya contaba con cuatro certificados y había concretado su sueño con “Dulce Astrid”, nombrado así en honor a su hija menor. Además, contaba con el apoyo de sus clientes, que la vieron formarse y conocían la calidad de sus productos, promocionándola de boca en boca.
“Vendo pasteles artesanales, personalizados y bocaditos dulces para eventos, todo por kilo”, aclaró a La Nación/Nación Media.
Las medialunas son la especialidad de la casa. Foto: Gentileza
Local propio
Analía no se imaginaba dejar solos a sus pequeños para dedicarse a su emprendimiento. Entonces, decidió trabajar desde su casa, con la ayuda de sumarido, familiares y amigos, que no dudaron en ayudar a ofrecer sus productos.
“Trabajo sola desde mi cocina, tengo todas mis herramientas, que fui adquiriendo de a poco y con mucho esfuerzo. Ahora mi sueño es tener mi local, donde recibir a mis clientes y vender mis productos a los que vayan llegando”, relató.
La emprendedora detalló que ofrecen productos artesanales, pasteles de distintos sabores y bocaditos dulces, específicamente medialunas, pastafrolas, bizcochos, cupcakes, alfajores. “La especialidad de la casa son las tortas personalizadas y las medialunas”, remarcó.
“Hasta ahora me llegan clientes nuevos. Las personas que me hacen pedidos me dicen que asistieron a algún evento o cumpleaños y que probaron mis productos y que les gustó, o que se les recomendó. Así fui creciendo de a poco, ahora tengo muchísimos clientes gracias a Dios”, confirmó.
La emprendedora trabaja sin alejarse de sus hijos. Foto: Gentileza
“Quien quiere, puede”
Analía hoy puede decir que gracias a su emprendimiento puede generar dinero para ayudar a su familia y lo más importante, sin dejar a sus hijos solos en casa. Además, pudo cumplir con sus sueños y equipó la cocina de su casa para avanzar en su emprendimiento.
“A los emprendedores les digo que nunca se rindan en lo que desean, es difícil y a veces creemos que incluso puede ser imposible, pero mi lema siempre fue el que quiere puede, sin excusas. Les animo a todas aquellas mamis, en especial amas de casas, a que no desistan de sus sueños y a que se animen a emprender, porque todo sacrificio tiene su recompensa”, puntualizó.
Las personas que deseen probar los productos de Dulce Astrid pueden contactar al (0971) 526-956.
Datos claves
Desde niña, Analía Benítez soñaba con ser una gran pastelera, pero con el paso de los años sus sueños se fueron esfumando.
Nunca perdió su verdadero enfoque, estudiar repostería y así lo hizo finalmente. Se especializó en tortas decoradas y arte en azúcar y dio vida a su propio emprendimiento, “Dulce Astrid”, hace tres años.
Hoy anima a las mamás y a las amas de casas a que no desistan de sus sueños y a que se animen a emprender, porque todo sacrificio tiene su recompensa.
Analía Benítez estudió cocina y pastelería en el Snpp. Foto: Gentileza
En Nunciata se hizo el acto de lanzamiento del equipo integrado por Bella Rosa Estigarribia, Chiara Pederzani, Johana Borgognon y Giovanna Pederzani, todas ellas profesionales de reconocida trayectoria y amplia capacitación, tanto a nivel nacional como internacional.
“Es el concurso más importante del mundo, pasaron por aquí los chef más reputados como Ferrán Adriâ, por dar un ejemplo”, cuenta Chiara Pederzani, una de las pasteleras que participará de la eliminatoria americana de la Coupe du Monde de la Pâtisserie (Copa del Mundo de la Pastelería) que se realizará el 11 de junio próximo en la ciudad de Nueva Orleans en Estados Unidos.
El equipo está liderado por Bella Rosa Estigarribia, que hace las veces de coordinadora, en tanto que Chiara y su colega Johanna Borgognon, serán las ejecutoras de las recetas que hay que preparar en un tiempo determinado. En la disputa enfrentarán a equipos de Argentina, Canadá, Chile, Estados Unidos y México.
“Somos el único país que hace debut esta vez y es la primera participación paraguaya en este certamen que se realiza cada dos años y si quedamos entre los tres primeros en junio, pasaremos a la final que se desarrollará en enero de 2025 en Lyon, Francia”, agregó.
En el concurso, en 5 horas y media y en vivo tendrán que presentar 5 platos diferentes
Lo hizo explicando que si se da esa situación, se sumaría a ellas Giovanna Pederzani para ejecutar una escultura en hielo. Las integrantes del equipo están asistidas por tres personas en la logística de sus preparaciones.
CINCO HORAS
Según explicó, en el exigente certamen, “en 5 horas y media y en vivo, tenemos que presentar 5 diferentes cosas porque quieren ver la destreza y la capacidad de trabajar bajo presión, ver qué tan buena es la ejecución de nuestro equipo”.
Para superar la prueba hay que preparar en el tiempo establecido una escultura de caramelo, una escultura de chocolate, un postre semifreddo, un postre sorpresa (cheesecake) y un postre restaurante.
Para ello se vienen entrenando, cronómetro en mano, en la preparación de las diferentes recetas para poder cumplir con eficiencia con las pautas del concurso. “Esto significa mucha carga de horas de entrenamiento, mucha presión y carga emocional”, apunta la pastelera.
“Venimos invirtiendo tiempo y dinero para que sea un éxito, contratamos un entrenador chileno que tiene experiencia en este tipo de concursos que nos viene ayudando a identificar los errores que suelen cometer los equipos en este tipo de concursos. Estamos muy esperanzadas”, expuso.
Prestigio y empoderamiento
Verónica Pardo, encargada de la comunicación del equipo, comentó que el hecho “promociona la gastronomía nacional” recordando que “uno de los platos tendrá un ingrediente autóctono paraguayo”.
EMPODERAMIENTO
Pardo entiende que esta participación ayudará “al desarrollo de nuestros profesionales, porque a partir de este mundial tenemos unos estándares muchísimo más elevados para ir afinando la participación y abrimos camino a nuevas generaciones. También es un reconocimiento internacional, porque Paraguay nunca pudo ingresar a este tipo de competencias, así que ganar medallas o premios en la competición nos puede hacer elevar el prestigio de nuestros chefs pasteleros”, consideró.
Otro elemento a destacar es “el empoderamiento femenino porque es un equipo 100 % de mujeres que enfrenta un desafío extraordinario que requiere dedicación, habilidad y trabajo en equipo. Ellas representan la oportunidad de superar los límites para enfrentarse a nuevos retos y demostrar sus capacidades para competir en el escenario internacional”, expuso.
“Paraguay tiene una expectativa de llegar al podio, estar entre los tres mejores de toda América para poder viajar a Francia”, concluyó señalando.
ARDUO ENTRENAMIENTO
Para afrontar el reto, un patrocinante de equipamientos gastronómicos colaboró con el box, “una réplica de cómo nosotros vamos a estar compitiendo ese día. Y todos los martes el equipo está ahí cinco o seis horas, entrenando tiempos”, contó Verónica Pardo, encargada de la comunicación del equipo paraguayo que participará de la ronda americana de la Copa Mundial de la Pastelería.
“Y luego los jueves también tienen otros entrenamientos para los sabores y recetas, sin contar el equipo de mis empleados, que se reúnen los lunes y los miércoles para poder preparar todo lo que ellas necesitan para poder desarrollar sus preparaciones”.
Pardo recordó que esta participación del equipo nacional representa “una inversión muy, muy grande, así que las chicas necesitan muchísimo apoyo”. Tras agradecer a “toda la parte privada que nos está apoyando, queremos que cualquier persona que quiera apoyarnos que se nos acerque por favor”.
En la Coupe du Monde de la Pâtisserie, 3 pasteleros (un especialista en hielos, un experto en figuras de azúcar y un experto en esculturas de chocolate) unen fuerzas para las diferentes preparaciones.
Los equipos ganadores suelen ser de Francia, Alemania o Japón y se entrenan durante al menos seis meses, en turnos de mañana y noche y llegan a la competencia con containers con sus ingredientes.
Entre lo culto y lo popular, la imaginación creativa puesta en sonido
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Los ganadores del Premio Nacional de Música 2023 en las categorías clásica y popular, José Ariel Ramírez y Lizza Bogado, respectivamente, conversaron con La Nación/Nación Media sobre sus creaciones galardonadas, sus inicios en el mundo del arte y sus perspectivas de cara al futuro.
Por Jimmi Peralta
Fotos: Néstor Soto / Gentileza
Su padre Octavio, según cuenta José Ariel Ramírez, marcó en él con su voz y su guitara parte de su destino. Hoy el hijo celebra el reconocimiento del Premio Nacional de la Música en la categoría clásica.
De origen humilde, en su hogar José Ariel y sus cinco hermanos recibieron el mandato de la educación, el sacrificio y la perseverancia.
Esa cuna de músicos no tuvo escasez de afecto, creatividad, intelectualidad, sentido crítico y búsqueda espiritual por sobre lo material. Sin dudas, Victorina Duarte, su madre, tuvo un rol fundamental.
“El lado oscuro de aquella noche” es su obra que fue distinguida por la Cámara de Senadores con el Premio Nacional de Música 2023. Se trata de una propuesta narrativa instrumental que tiene inspiraciones en la epopeya de la guerra contra la Triple Alianza.
José Ariel Ramírez, director artístico de la Orquesta Sinfónica Nacional, es parte de una nueva camada de músicos formados en el país y en el extranjero que aportan composiciones al acervo musical contemporáneo de la música erudita paraguaya.
–¿Cómo nace tu afinidad con la música y en qué momento se convirtió en una profesión?
–Mi afinidad por la música y por el arte nació en mi casa. Primero porque siempre sentí fascinación por la lectura, medio por el cual desarrollé una imaginación creativa y conocí las diferentes culturas, principalmente las culturas antiguas. Hasta ahora esa fascinación por los modos y medios de expresión que tenían los hombres de la Antigüedad no decae. Sigo admirando sus esculturas, su arquitectura, su arte y su pensamiento. En segundo lugar, porque mi papá es un músico aficionado que constantemente nos acercaba música, tanto folclórica como académica. Recuerdo oírlo cantar música paraguaya y latinoamericana acompañándose con su guitarra. Su voz, su timbre son los mejores recuerdos de mi niñez. Debe tomarse muy en serio los efectos cognitivos que el canto de los padres produce en sus hijos recién nacidos. El efecto de la voz humana es sorprendente. La música estuvo presente en toda mi niñez y adolescencia, vivía prácticamente en el conservatorio. Por suerte pude quemar toda esa etapa soñando como todos los niños en distintas opciones de vida sin tener que ser forzado a elegir una profesión. Mi decantación por la música fue natural y gracias a eso nunca he tenido una crisis vocacional. La música fue y será mi modo de vida, estaba escrito.
–¿Tu papá fue tu mentor?
–Mi papá fue mi primer maestro y gran influencia. Todos los demás me han ayudado, pero ninguno ha tenido tanta preponderancia en mi elección final hacia el camino de la música.
EL INSTRUMENTO MÁS COMPLEJO
–De los instrumentos que ejecutás, ¿cuál es el que decís es “el mío” y por qué?
–He transitado un largo camino de aprendizaje por distintos instrumentos desde los ocho años, primero con el órgano electrónico, la guitarra, el piano, la flauta traversa, el canto y la electrónica hasta descubrir finalmente el instrumento que más me llena, la orquesta, que es el instrumento más costoso y difícil de perfeccionar. A diferencia de los demás instrumentistas, los directores no tenemos el “instrumento” en casa. Tenemos que hacer grandes sacrificios y largos caminos de formación para tener la oportunidad de contar con una orquesta. Otra diferencia es que los directores no conducimos directamente la música como lo hacen los demás instrumentistas, lo hacemos de manera indirecta y compleja, a través de gestos coreográficos que son descifrados por otros instrumentistas y que dependiendo de su subjetividad producen determinado sonido. No dirigimos música, dirigimos a los músicos. Es asombrosa la infinita posibilidad de sonidos que se pueden producir en una orquesta solo con un gesto-estímulo y eso es lo que más me cautiva. De los instrumentos individuales, la voz y el piano son los más efectivos para la dirección y la composición, aunque ahora debo sumar a la electrónica.
–¿En qué momento elegiste la dirección como el siguiente eslabón profesional?
–Mis vivencias dentro de una orquesta fueron muy prematuras. Me incliné por la flauta traversa para tener experiencia en orquesta por influencia de mi hermano, Héctor (quien también es director y compositor) y eso me permitió conocer ese mundo mágico de timbres diferentes, de personas diferentes que coinciden y buscan lo mismo, hacer música. La decisión final se dio en mis últimos años en el conservatorio luego de asistir a un curso de introducción a la dirección orquestal para luego liderar conjuntamente con mi hermano y otros colegas la Orquesta Juvenil de Asunción. Ahí aprendí que conducir no es solo hacer música, sino que se requiere de componentes extramusicales como un buen liderazgo, coordinación, buena comunicación, excelente manejo de personas, elementos motivacionales, etc. Me di cuenta de que solo manejaba un aspecto de la dirección y que necesitaba aprender mucho más. Creo que en ese momento tomé la decisión de especializarme en dirección y de “abandonar” el camino de músico instrumentista. En Paraguay todavía acostumbramos a ver la dirección como una extensión de la carrera del instrumentista y eso no es suficiente. La figura del director-profesor de instrumento es un modelo viejo, de orquestas juveniles que las orquestas top las han dejado de lado.
INFLUENCIAS Y COMPOSICIÓN
–La música académica muchas veces puede ser una carrera entera de interpretaciones. ¿Por qué componer y desde cuándo?
–En el arte, y más específicamente en la música, convivimos continuamente con interrogantes e incertidumbres, es una búsqueda constante por intentar definir y comprender lo que hacemos y por qué nos dedicamos a ello. Hay momentos de lucidez en los que sabemos muy bien qué es la música. En otros momentos solo tenemos una vaga idea y, más a menudo, no tenemos la menor idea de lo que es la música. Componer nos ayuda a orientarnos y encontrarnos en esa nube de incertidumbres, a definir lo que hacemos. Por ende, componer es convertir esos pequeños momentos de certezas en expresión. La música es un subproducto natural de la evolución del lenguaje humano y expresarnos a través del sonido es tan necesario como hablar. El sonido y sus efectos son tan asombrosos que es excitante provocar nuevas sensaciones a través de la construcción de sonidos y ruidos. Mi vocación por la composición es relativamente tardía, comencé a componer pequeñas piezas (más bien ejercicios) para el conservatorio a los 18 años y el descubrimiento e identificación de los parámetros musicales hizo que rápidamente experimente con ellos. El camino que más me sirvió en mi etapa autodidacta fue de la imitar las estructuras y procesos de los grandes maestros. Aunque me sirvió para aprender, no tuvo un buen resultado, no quería componer como otros, quería mi propio lenguaje. Fue un largo camino de análisis y experimentación hasta encontrar mi lenguaje.
–¿Qué corriente estética musical contienen tus obras y cuál pensás que te influye más?
–Todas las estéticas han aportado mucho para mi música. Principalmente la complejidad del contrapunto de la música vocal de la escuela franco-flamenca (John Dunstable, Guillaume Dufay, Johannes Ockeghem). Las armonías de Claude Debussy, la mirada tímbrica de Alban Berg y Anton von Webern. John Cage, Pauline Oliveros, Michael Pisaro, Saunders, Panayiotis Kokoras, entre muchos otros.
OBRA GANADORA
–¿Podrías hablarnos sobre “El lado oscuro de aquella noche”?
–Es una obra en un solo movimiento inspirada en un hecho histórico, el final de la guerra contra la Triple Alianza, más precisamente en la noche antes del 1 de marzo de 1870. La obra está construida por un grupo de solistas (quinteto de vientos de madera) que cumple una función de narrador omnisciente que describe la situación trágica y las emociones psicológicas del último bastión del Ejército paraguayo, mientras que la orquesta describe la noche. En la obra coexisten tres tiempos distintos. El presente, la noche previa al 1 de marzo; el pasado, que es el recuerdo de las penurias, y el futuro, que es el desenlace fatal que se avecina. La obra posee un relato no lineal, es decir, va saltando en el tiempo y busca que el oyente construya su propia imagen de lo que sucede en ese instante. Mi idea original fue agrupar tres obras en un tríptico sinfónico, que la integran además “Orfeo en el Estrimón” y “El baldío”. Las tres comparten la misma búsqueda, acercar la música de nuestro tiempo con un lenguaje propio a gente común que no es habitué de la música orquestal, con temas que sirven de disparadores para que el oyente construya su propia versión de los hechos. Lo cierto es que cada una de ellas se estrenó en orquestas distintas y aún no he podido interpretarlas juntas.
–¿Qué significa para vos este reconocimiento?
–Todavía no puedo decir de manera concluyente lo que significa este reconocimiento, necesito más tiempo para procesar y digerir esta distinción. Se trata nada más y nada menos que del premio más importante que tiene el país a nivel musical. Nunca he compuesto para ganar premios, más bien responde a una necesidad de expresarme a través de la música. Todo premio trae consigo una gran carga de responsabilidad, y creo que me toca honrar a los compositores que nos han legado su música y velar, defender y difundir la música orquestal de calidad de compositores paraguayos desde mi lugar de director/compositor.
–¿Qué proyectos tenés en particular y qué dentro de la Orquesta para 2024?
–La creación del primer ensamble de música nueva de forma estable y generar una compañía interdisciplinaria. Para ello es fundamental resemantizar los espacios. Las nuevas expresiones requieren de un lugar acorde para tal experiencia. Crear un ciclo de música experimental y abrir el primer laboratorio de música electroacústica del país. Además de esta distinción, me toca liderar artísticamente la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), el organismo más complejo e importante a nivel sinfónico que tiene el Paraguay. Desde ese lugar estamos trabajando para fomentar la composición y elevar el nivel de las obras y los compositores.