Pocos creyeron y demostraron al mundo y a su propia gente que Paraguay puede organizar eventos de grandes complejidades.
Ni el más optimista paraguayo, salvo honrosas excepciones, se hubiera imaginado que los Juegos Suramericanos iban a dejar un legado tan importante para el país, más allá de los números, las medallas y la infraestructura para el deporte. La duda era razonable, porque las frustraciones y decepciones que se viven a diario nublan la visión y las esperanzas. Sin embargo, el deporte nuevamente mostró un Paraguay diferente, excelente, capaz de realizar unos Juegos impecables, una organización con sello guaraní de primera, una infraestructura de linaje mundial y una imagen renovada de la calidez y cordialidad de la gente para con los visitantes.
Un comportamiento ejemplar en los escenarios deportivos, alentando y llenando de cercanía a los atletas, dejando atrás la violencia y formando familia en cada rincón del país.
PARA GRANDES COSAS
Muchos dirán que el mayor legado que se consiguió en estos Juegos es mostrar al mundo que Paraguay puede, pero más que eso estoy seguro de que demostramos a nosotros mismos que sí se puede realizar grandes eventos deportivos con nuestros propios recursos.
Profesionales, artistas, atletas, la gente y dirigentes como Camilo Pérez, presidente del Comité Olímpico Paraguayo, de Odesur y miembro del COI, quien hizo un trabajo extraordinario cuando el gobierno de Mario Abdo Benítez retrocedió y quiso redireccionar los recursos económicos.
Allí apareció su figura para encabezar una maratónica campaña en todos los ámbitos para que no se pierda la brillante oportunidad de apostar al deporte y al potencial guaraní. Y tenía razón. Sin estos Juegos, los incrédulos se quedaban sin la gran lección que ¡Paraguay puede!
Ahora se allana el camino para que Paraguay sea una de las subsedes del Mundial del 2030 junto a Uruguay, Argentina y Chile. Se demostró que está hecho para organizar grandes eventos y más aún para recibir algunos partidos de la máxima cita futbolística. Ojalá se pueda concretar para que esta semilla de Odesur siga dando abundantes frutos.
Ahora se allana el camino para que Paraguay sea una de las subsedes del Mundial del 2030 junto a Uruguay, Argentina y Chile. Se demostró que está hecho para organizar grandes eventos y más aún para recibir algunos partidos de la máxima cita futbolística.
RÉCORDS DE ATLETAS Y MEDALLAS
Como nunca antes Paraguay apostó a estos Juegos presentando un equipo con 576 atletas, una cifra récord desde el comienzo de los Juegos Suramericanos en 1978. En esta oportunidad, la Secretaría Nacional de Deportes (SND) y el Comité Olímpico Paraguayo (COP) hicieron el esfuerzo y se propusieron como meta alcanzar 50 medallas y estuvieron acertados, porque se cosecharon 48 medallas, 8 de oro, 26 de plata y 14 de bronce, otra cosecha récord, considerando que en los Juegos precedentes de Cochabamba 2018 se alcanzaron 30 preseas (6,10 y 14).
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Presos de invisibles límites mentales
Para entender que no debe meter el dedo en el enchufe, desgraciadamente la mayoría de las veces las personas primero reciben “la patada” y solo después se cuidan de no volver a cometer el mismo error.
Aunque dolorosa, la lección es tan valiosa que no solo le servirá por el resto de su vida, sino que además intentará transmitirla a sus seres queridos para protegerlos en el futuro. Fue de esa manera que los clanes de la edad de piedra evolucionaron y de ser sus integrantes meros recolectores y cazadores, con el tiempo se convirtieron en agricultores, luego en industriales, y luego seres tecnológicos que pueden viajar por el espacio.
Esa lección, esa experiencia, permite al hombre darse cuenta de qué es mejor y cambiar sus hábitos para hacer de la sociedad un conjunto de individuos más felices y prósperos. Es tan vital que si no ocurriera ese despertar, los humanos seguirían escondidos en cavernas con palos y lanzas con punta de piedras.
El secreto es darse cuenta. Es hacer clic, es como una chispa en la oscuridad que en una décima de segundo ilumina la razón para que se produzca la luz y con ella el cambio.
La sociedad paraguaya sufre de esa falta de experiencia que podría elevarla, por eso es importante reflexionar sobre lo que se puede mejorar.
La semana pasada, por ejemplo, presentábamos el calvario que deben padecer los asegurados de IPS para conseguir un turno a través del call center, en el que la respuesta habitual es “llame de nuevo mañana desde las 7:00″. ¿A quién debería hacerle el clic para que el servicio por el que se paga sea eficiente? Miles de pacientes que necesitan atención médica quedan frustrados porque no consiguen turno o deben recurrir al sector privado para encontrar una solución, produciéndoles perjuicio económico.
Ir hasta el hospital no es una opción mucho mejor. La semana pasada fui testigo de cómo los que atendían en las ventanillas repetían una y otra vez la misma frase: ”Tenemos turno para agosto”. ¡Para agosto, faltando más de un mes! Los asegurados, después de madrugar, después de gastar en pasaje, combustible o Bolt, se encuentran ante la pared insensible de personas que fingen interés detrás de un vidrio. Con “pesar” explican que solo hay dos turnos o que el médico atiende hasta las 10:00 o que solo hay dos especialistas (fueron las razones expuestas el día que fui a IPS).
A ninguno de esos funcionarios les hizo clic para entender que lo que estaban haciendo está mal. Van “a trabajar” y repiten las mismas excusas día tras día y los pacientes regresan a su casa desilusionados. Esos funcionarios nos atan a su límite mental porque a ninguno se le pasa por la cabeza entender que lo que hacen es un perjuicio enorme a todos los que les pagan el sueldo.
Ese es un ejemplo. Otro caso igual pudo apreciarse el 30 de junio con el vencimiento de las habilitaciones. Es inaceptable ver filas y filas de conductores que son tratados como ganado y que pierden toda una mañana para gestionar un simple permiso. Menos en esta época en la que cualquiera pide una tarjeta de crédito y la recibe por courrier. ¿Por qué tanto límite mental por parte de los funcionarios municipales? Solo son nuestros empleados.
Antes de finalizar esta reflexión, no estaría mal recordar las palabras del presidente Santiago Peña en su informe dado el lunes ante el Congreso. Casi al final decía: “Quiero un Paraguay en el que no seamos prisioneros de nuestros propios límites mentales: lo único que impide a nuestro país ser el más grande del mundo muchas veces es nuestra propia mente, somos nosotros mismos, cuando nos autoflagelamos y nos lamentamos de ser mediterráneos o un país pequeño; cuando nos hacemos daño entre hermanos; cuando nos menospreciamos; cuando nos dejamos convencer por los de afuera o los pesimistas de adentro de que no estamos destinados a la grandeza. Cuando dejemos atrás estas ataduras mentales, llegaremos a nuestro verdadero potencial como nación”.
Si nos damos tiempo y pensamos, podemos darnos cuenta de que los paraguayos vivimos prisioneros de esos límites mentales, invisibles, que nacen unos por la ignorancia de los ciudadanos al no darse cuenta y no protestar por lo que no reciben y que les corresponde. Pero también están los límites mentales impuestos porque a algún sector le conviene que nada cambie.
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Vivir las crisis desde la aceptación, las lecciones y la toma de control
- Por Aldo Civico
- www.AldoCivico.com
Recuerdo un día muy duro en mi vida, y en la de mi país, Italia, el 19 de julio de 1992. Ese día, en Palermo, la mafia mató, con un carro bomba, al fiscal Paolo Borsellino y a los cinco miembros de su escolta. En aquel tiempo yo vivía en Palermo y aún recuerdo el ruido cuando estalló.
Al día siguiente fui al lugar del atentado. Las fachadas del edificio estaban ennegrecidas. Había restos de carros quemados por las llamas de la explosión. Todo hablaba de muerte y destrucción. Yo, aquel día, me sentí aniquilado, desanimado, abrumado. Me cuestioné mucho. Un par de años antes había dejado mi ciudad, donde vivía con mi familia, para unirme al movimiento antimafia en Palermo. En aquel momento, me cuestioné: ¿había valido la pena?
Hay fases donde eventos y circunstancias externas parecen apoderarse de nuestra vida. De repente, nos sentimos indefensos. No sabemos qué camino tomar. Hoy, en primer lugar, quiero quedarme en una pregunta importante: ¿cómo enfrentar una crisis?
Considero que el primer paso es la aceptación. Eso implica mirar a la crisis con sinceridad y verdad. Esto significa no representar la situación más grave de lo que es. Y tampoco representarla menos seria. Aceptar es lograr un equilibrio, porque significa lograr un desapego de la crisis que se ha presentado. Por eso, la aceptación de la realidad es un rasgo que comparten las personas resilientes.
El segundo paso es hacernos unas preguntas que nos ayuden a reconocer esta oportunidad, y a sostenerla. Hay algunas poderosas que nos podemos hacer para enfrentar una crisis como, por ejemplo: ¿cuál es la lección que tengo que aprender frente a esta situación? ¿Cuál es la oportunidad que tengo que reconocer?
También te puedes preguntar: ¿cuál es una decisión que tengo que tomar ahora? ¿En qué me tengo que enfocar? ¿Cuál es mi próximo paso?
Vamos al tercer paso. Una circunstancia externa puede asombrar. Pero, recuerda que siempre tienes en ti todos los recursos para resolver y superar una crisis. Lo importante es que te concentres en lo que puedes hacer, en lo que puedes controlar. Eso es fundamental, porque muchas veces cuando enfrentamos una crisis, sentimos que perdemos el control de nuestra vida.
Enfocarte en algo que puedes controlar puede ayudarte a recuperar la sensación de control sobre tu vida. Pueden ser hasta cosas muy pequeñas, como arreglar tu cuarto, poner una prenda en tu guardarropas, cocinar una pasta, hacer una llamada. De esta manera, das un respiro a tu cerebro. Entonces, si en este momento te encuentras en una situación de gran incertidumbre, recuerda que siempre tendrás el poder de darle intencionalmente el significado que quieras.
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Las lecciones de liderazgo de Madeleine Albright
- Por Aldo Civico
- www.AldoCivico.com
Madeleine Albright amaba decir que Estados Unidos era el único país del mundo donde una refugiada de Europa Central puede ser nombrada secretaria de Estado. Ella fue la primera mujer en lograr un cargo tan alto dentro de la administración estadounidense. Murió recientemente a los 84 años. Deja un legado extraordinario y unas lecciones de liderazgo importantes. Quiero resaltar tres.
Un compromiso con los valores. La visión del mundo de Albright estuvo profundamente marcada por su historia personal. Su familia, de origen judío, tuvo que huir cuando Hitler invadió Checoslovaquia. Unos años más tarde, en 1948, la familia se refugió en Estados Unidos para huir de Stalin. Desde niña, Albright padeció en su propia piel las consecuencias de regímenes totalitarios, y por eso la libertad fue su valor guía, su lucha y su ideal.
Un propósito de vida. Su valor guía se convirtió también en un propósito de vida, al que ella sirvió hasta los últimos instantes de su vida. Los ideales de la libertad, su historia personal, la tradición democrática de Estados Unidos eran para ella fuente de optimismo. Tenía una gran fe en la democracia. Al mismo tiempo era consciente de sus limitaciones y de su fragilidad. En los últimos años veía con preocupación el surgimiento de líderes autócratas en distintas partes del mundo. Escribió el libro Fascism: a Warning (Fascismo, una alerta), donde demostraba cómo Mussolini, Hitler, pero también Erdogán, Putin y Chávez habían llegado al poder gracias a elecciones democráticas. El triunfo de Trump representó para Albright el síntoma de un desmoronamiento de la confianza en la democracia que puede abrir el camino al fascismo. Por eso, se definía como una optimista con mucha preocupación.
Humildad y un gran sentido de la responsabilidad. Durante los años que tuve la oportunidad de colaborar con el ex presidente Bill Clinton, me encontré varias veces con Madeleine Albright. Recuerdo, en particular, una vez, en Madrid, durante una conferencia internacional sobre democracia, seguridad y lucha contra el terrorismo. Yo estaba en las últimas filas de una sala de conferencias y Madeleine Albright se sentó a mi lado, como un miembro más de la audiencia. No había buscado una silla en la primera fila.
De un gran bolso sacó un cuaderno de notas y un lápiz, y comenzó a escuchar y a tomar notas. Vi en ella la sencillez, la humildad y la curiosidad de quienes siempre están abiertos a aprender, entender, profundizar; son actitudes que uno esperaría de líderes que asumen grandes responsabilidades. Su compromiso intelectual era también la expresión de su compromiso ético. El estudio en profundidad corrobora la intuición, y precede a la decisión y la acción.
Cuando muchos de nuestros comportamientos son determinados hoy por la reactividad, la superficialidad y la inmediatez de las redes sociales, la vida de Madeleine Albright nos invita a regresar al aprecio por la reflexión, la profundidad, el uso intencional de nuestra comunicación. También en esta actitud está la modernidad de Madeleine Albright.
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Asistencia social en pandemia: Lecciones de Paraguay
- Por Matilde Bordón, Carmen Marín, Gustavo Canavire-Bacarreza y Luis Recalde-Ramírez
Paraguay se encuentra en proceso de recuperación de lo que fue, hasta ahora, el pico de la pandemia del covid-19 en el país, ocurrido entre mayo y junio del 2021. Estos meses estuvieron marcados por un incremento vertiginoso de casos y muertes por la enfermedad. Esta fase, tan anunciada y temida, llegó sin embargo de la forma más dilatada posible, ya que, con solo un caso de coronavirus confirmado en el país y enfrentado con la posibilidad de un colapso tempranero de su sistema sanitario, el Gobierno paraguayo anunció a mediados de marzo del 2020 la suspensión de todas las actividades públicas y privadas y el inicio de una cuarentena obligatoria con limitadas excepciones.
Como era de esperarse, tales medidas representaron para el país un inusitado reto en materia socioeconómica. Sin poder trabajar, cientos de miles de personas fueron empujadas a una situación de vulnerabilidad laboral y financiera. Fue necesario tomar acciones gubernamentales inmediatas y concretas con la finalidad de hacer frente a la incertidumbre global provocada por la pandemia. Pero ¿qué programas de asistencia implementar?, ¿qué población priorizar?, ¿cómo llenar los huecos técnicos y logísticos de una iniciativa de asistencia social masiva?
Hoy, tras más de un año del inicio de la pandemia, sería difícil encontrar un paraguayo que no conozca Pytyvõ, quizá la iniciativa económica más representativa del Plan de Emergencia Nacional del Gobierno para hacer frente a la crisis. La experiencia de Paraguay en la implementación de este programa nos deja importantes lecciones a la luz de sus resultados.
Las transferencias de asistencia social pueden prevenir el aumento de la pobreza
El fortalecimiento de los programas sociales permanentes para atención a las familias en situación de vulnerabilidad, así como la implementación de nuevos programas, como Pytyvõ, que fueron diseñados como respuesta a la pandemia para dar contención a los trabajadores y sus familias, tuvieron un marcado protagonismo en el año 2020. Según un informe del Instituto Nacional de Estadística INE, Pytyvõ, junto con los programas Adulto Mayor y Tekoporã, evitaron que más de 230.000 personas cayeran en la pobreza.
Según la Encuesta de Alta Frecuencia (EAF, iniciativa del Banco Mundial), a mayo del 2020, 28% de los hogares paraguayos reportaba que al menos uno de sus miembros recibió algún tipo de asistencia social de emergencia durante la pandemia. A junio del 2021, este porcentaje había aumentado al 54%. Entre las razones principales del impacto positivo de Pytyvõ se encuentra el enfoque que el programa tuvo al asignar los beneficios. Desde el principio, el objetivo central del programa fue asistir a los trabajadores informales afectados en sus ingresos. La EAF indica que ocho de cada diez encuestados, cuyos hogares cuentan como beneficiarios de las iniciativas de asistencia social durante la pandemia, son trabajadores informales. En línea con este dato, los resultados de Pytyvõ confirman que siete de cada diez trabajadores informales fueron beneficiados con el programa.
Los registros administrativos son datos claves para la política pública
Frente al reto de diseñar en tiempo récord el programa Pytyvõ, la iniciativa de transferencia monetaria más grande de la historia de Paraguay, la ausencia de un registro sistematizado de personas y hogares adjudicados con asistencia social, que ayude a identificar a potenciales beneficiarios, emergió como uno de los mayores obstáculos. Se hizo imperante construir una base de datos desde cero, con toda la ingeniería y esfuerzo que ello conlleva.
Fue así que Pytyvõ originó un revitalizado interés hacia el uso responsable de registros administrativos públicos, como fuente primaria de los “filtros” aplicados a la información proveída por los solicitantes del subsidio. Datos como registros policiales, listas de funcionarios públicos, registros de beneficiarios de otros programas sociales, entre otros, permitieron maximizar la focalización adecuada de los beneficios.
Como un ejemplo claro de lo que con esto se logró, la EAF muestra que el 85% de los hogares beneficiarios de programas de emergencia (incluyendo Pytyvõ) fueron hogares donde, como era requerido, ningún miembro había recibido anteriormente asistencia del Gobierno. No obstante, estos datos ponen en evidencia también la necesidad de un registro nacional de beneficiarios, que facilite el diseño y la focalización de futuros programas de asistencia social.
La sinergia público-privada puede generar resultados de alto impacto
De manera de facilitar el proceso de la transferencia del subsidio de Pytyvõ a beneficiarios de todo el país, el Gobierno forjó una alianza estratégica con las entidades de medios de pagos electrónicos (EMPE) locales. Los subsidios fueron entregados a través de billeteras electrónicas, cuentas bancarias e incluso un innovador mecanismo de acreditación directa denominado tarjeta cédula, que permitió a las personas realizar compras presentado solamente sus cédulas de identidad.
Ya en su primera edición, casi el 90% de los beneficiarios de Pytyvõ recibió el subsidio vía billetera electrónica, el 10% utilizó el sistema tarjeta cédula, y menos del 1% recibió acreditación en sus cuentas bancarias. Como se puede inferir, las transferencias por medios electrónicos brindaron al Gobierno un importante control sobre la logística del proceso de otorgar las asignaciones. Asimismo, significó mayor seguridad para los beneficiarios al utilizar el subsidio, al no tener estos la necesidad de retirar el dinero en efectivo.
Son necesarias políticas integrales como seguimiento a los subsidios
De acuerdo a la EAF, se cuenta con la evidencia de que, con la pandemia del covid-19 aún presente, la población beneficiaria de los subsidios de emergencia continúa siendo la más vulnerable en diversas dimensiones, dados los retos de la protección social.
Las herramientas obtenidas y la experiencia ganada con los programas de asistencia de emergencia se presentan como una oportunidad para formular políticas públicas que apunten a:
-Contar con un registro nacional completo de beneficiarios, de manera de mejorar la focalización y el impacto de los programas sociales implementados.
-Reforzar las redes de seguridad social a través de la formalización de los trabajadores, como recurso fundamental para el acceso a oportunidades y para amortiguar los efectos negativos de las crisis.
-Ajustar el diseño de la protección social de los trabajadores, considerando los cambios en el mercado laboral, la dinámica y la volatilidad de los ingresos de los trabajadores.
-Adaptar el diseño de la protección social al uso de las plataformas digitales y a los cambios demográficos de la población.
Así, un plan de recuperación pospandemia debe contemplar herramientas que promuevan una reducción de la informalidad, de la pobreza y de la desigualdad, y que sean, por sobre todo, sostenibles en el tiempo. Para la implementación de estos cambios institucionales es necesario alcanzar amplios consensos entre todos los actores involucrados que permitan un crecimiento que incluya a toda la población y reduzca las brechas sociales.