Ellas aman los ambientes cla­ros, pero esto no quiere decir que deben estar expuestas directamente al sol. Cuanta más luz ambiental, mayor será la posibilidad que florez­can en el siguiente período activo. Por otro lado, requie­ren de un abono adecuado que se consigue en las floris­terías, generalmente, suele ser un líquido que agregare­mos al agua de riego una vez por mes o cuando indique el fabricante.

Otro dato a tener en cuenta es que este tipo de planta orna­mental es propensa a la des­composición de la raíz, por eso se aconseja poner un reci­piente con agua detrás de la maceta. La planta tomará el agua del aire cuando sea necesario. Asimismo, las orquídeas necesitan un con­traste óptimo de temperatura semanas previas a la llegada de la primavera. Entre unos 10 °C mínima nocturna y máxima diurna. Lo aconse­jable es ponerla cerca de la ventana o en un espacio que tenga más baja temperatura.

Lograr que las orquídeas nos regalen su flor es un gran desafío, pero hay técnicas que nos pueden ayudar a conseguirlo

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