Muchos expertos señalan que la carne sin cocinar contiene bacterias y parásitos que pueden implicar un riesgo tanto para el perro como para el gato, así como para su familia humana. Además, dar esta proteína cruda a la mascota puede ser nefasto para sus dientes, además de causar problemas intestinales y posibles problemas de crecimiento en los animales más jóvenes.
Paul Overgaauw, coordinador de una investigación sobre la alimentación con carne cruda para mascotas realizada por la Universidad de Utrecht (Países Bajos), señala que la dieta cruda puede implicar una deficiencia de nutrientes. Estos riesgos, que también son sostenidas por la investigación publicada en Veterinary Record, son muy importantes en el caso de las dietas crudas caseras preparadas sin supervisión de un nutricionista veterinario. Si bien es cierto que, en la mayoría de los casos, el perro disfruta de un sistema inmune muy fuerte, capaz de combatir estos patógenos; sin embargo, cualquier momento de debilidad puede poner en riesgo la salud del animal.
Puede contener parásitos y patógenos responsables de provocar enfermedades como la neosporosis canina.