Conocida por sus bondades antiinflamatorias, antibacterianas y expectorantes, la planta del eucalipto puede ser empleada de varias maneras para aprovechar sus propiedades; un método diferente es colgar sus ramas en el baño, específicamente en la ducha. Cuando entra en contacto con el vapor, libera sus aceites esenciales y como los poros del cuerpo se abren con el calor, sus propiedades son absorbidas por el organismo, además de aspirarla con el olfato.
También estimula el sistema inmune, alivia los dolores articulares, revitaliza y relaja el organismo y actúa como antifúngico. Combate los granos, forúnculos, ayuda a cicatrizar heridas, comezones, quemaduras y brinda una sensación de frescura. En cuanto al cabello, estimula el crecimiento de las fibras capilares, el cuero cabelludo y fortalece los folículos evitando la caída. Por otro lado, también previene infecciones como la caspa y eccemas.
Agrupar ramilletes de tres o más dependiendo del espesor y sujetarlos por el extremo con un hilo de algodón. Luego se trata de atarlo al caño de la cúspide de la ducha, y cuanto más cerca de la pared, mejor.
En el caso de que tengas una bañera es igual, o si vas a disfrutar de un baño de inmersión, lo ideal sería que ates unas ramillas por la canilla y luego que distribuyas algunas hojas en el agua caliente para potenciar su efecto.
Cuando entra en contacto con el vapor, la planta libera aceites esenciales; sus propiedades son absorbidas a través de los poros y el olfato.