1- Paleta de colores
Por lo general, las jóvenes prefieren los colores luminosos, por eso se recomiendan los rosa, lilas, verdes, amarillos. Se pueden utilizar accesorios o decoraciones de pared para dar ese toque de color que prefieren las chicas, o pintar solamente una pared de un color vibrante y el resto de las paredes en un color neutro, como el blanco o crema. Espejos y luces son importantes la hora de dar una imagen acabada.
2- Combinar sin miedo
Hablando de colores y de estilo, está bueno saber –por ejemplo– que el rosa para las chicas no siempre es el “rosa bebé” sino que un color de gran amplitud de tonalidades, desde las más claras, casi blancas, hasta los fucsias. Todos ellos son perfectamente usables. También con los verdes, grises y amarillos que se pueden usar en sus tonalidades más claras hasta las más estridentes, siempre tratando de que estas últimas sean solo en detalles pequeños para no agobiar el espacio.
3- Estilo personal
No olvidarse de elegir el estilo que le gusta a la usuaria. Aunque los más frecuentes sean el shabby chic, ahora se lleva mucho el nórdico, con la incorporación de detalles en gris, negro y tonos naturales como la madera. Las texturas como los almohadones, colchas, sábanas y cortinas compondrán el espacio. Así se puede comenzar desde un punto y luego seguir la línea para no cometer errores. Se puede crear desde el ambiente más clásico y romántico hasta el más despojado y minimalista.
“Está bueno saber –por ejemplo– que el rosa para las chicas no siempre es el ‘rosa bebé’ sino que un color de gran amplitud de tonalidades, desde las más claras, casi blancas hasta los fucsias”