Los puntos negros se forman cuando los poros de la piel se obstruyen con una combina­ción de células cutáneas muer­tas y un exceso de grasa de las glándulas sebáceas. Al contra­rio de lo que pueda parecer, su color es consecuencia de la oxi­dación y no es exactamente suciedad atrapada.

Las zonas más frecuentes en donde se manifiestan son la cara, espalda, cuello, pecho, brazos y hombros, porque hay más folículos pilosos. Si bien nadie está libre de tener los poros grandes y oscuros, es posible combatir y preve­nirlos; aquí van cinco recomendaciones para reducirlos:

1. VAPOR: dejar que el vapor de agua acaricie el rostro es una forma eficaz de ablandar los puntos negros antes de eliminarlos. La vaporización hace que la piel sude, lo que a su vez ayuda a eliminar las toxinas. También ablanda los poros y facilita su extracción.

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2. BICARBONATO DE SODIO: funciona como un exfoliante natural. Basta con hacer una pasta con bicarbo­nato y agua, y aplicamos sobre la zona que deseamos tratar. Frotar suavemente la piel con los dedos durante unos minu­tos y lavarse con agua. Repetir dos veces por semana.

3. HUEVO: las claras de huevo son conocidas por su capaci­dad para tensar la piel y elimi­nar los puntos negros. Pode­mos aplicarla directamente sobre la piel o en forma de mascarilla. Además, al ser ricas en nutrientes, también mejoran la textura de la piel y eliminan la grasa sobrante.

4. TOMATE: son ricos en vitamina C y A, tienen pro­piedades para aclarar la piel, absorber la grasa y reducir el tamaño de los poros. Cor­tar unas cuantas rodajas de tomate, luego frotar una rodaja sobre la piel, centrán­dote en las zonas con puntos negros. También la pulpa de tomate es aplicable.

5. ARCILLA: las propieda­des de absorción de grasa de la arcilla la hacen ideal para eliminarla junto con otras impurezas. Las mascarillas hechas con tierra de batán y arcilla de caolín, cuando se usan regularmente en la cara pueden ayudar a limpiar los poros.

Se forman cuando los poros de la piel se obstruyen con una combinación de células cutáneas muertas y exceso de grasa de las glándulas sebáceas; su color se debe a la oxidación y no precisamente a suciedad atrapada.

PREVENCIÓN

Es importante evitar el uso de productos de cuidado de la piel a base de aceite, los ambientes húmedos, la ropa ajustada que no favorezcan la buena circulación de la san­gre y los productos para la piel que contengan alcohol. Otra de las técnicas claves es lavarse la cara al levantarse, antes de acostarse y siem­pre después de sudar; utilizar limpiadores no abrasivos en la piel y aplicarlos con sua­vidad, usando las yemas de los dedos. A su vez, evitar el sol, ya que algunos medi­camentos para el acné pue­den hacer que su piel sea más sensible a los rayos UV. No tocarse la cara seguido y cam­biar las fundas de las almo­hadas con mucha frecuencia son algunas sugerencias más.

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