Con sus muebles de finas maderas y tapizados en texturas nobles y detalles inconfundibles, el estilo clásico se ha aggiornado también y hoy se ofrece más liviano y accesible a todos los espacios.

Pensar en decorar toda una casa en estilo clásico poniendo cada detalle en los distintos ambientes puede parecer hoy una misión imposible ya sea por el espacio necesario para ubicar tantos muebles de estilo y detalles como el gasto que representan los objetos originales y generalmente de anticuarios o heredados. Pero para todo hay solución y ahora es ideal mezclar la nobleza de su estilo con la modernidad. ¿Cómo se logra eso? Veamos:

ESTILO ATEMPORAL

Lo clásico es eso, es “para siempre” por eso lograr que el espacio se vea elegante y superando las modas es destacar los muebles de estilo y también las texturas. Por ejemplo, un gran sofá chesterfield, ya sea tapizado en tradicional cuero o en terciopelo o en nueva textura, aportará a cualquier ambiente el “savoir faire” de lo refinado , así como un par de mesas de apoyo de estilo, aunque pequeñas, una mesa y sillas tapizadas en brocato y unos espejos con marcos dorados o trabajados.

SOBREVIVIR EN EL TIEMPO

El estilo clásico actual transmite representatividad y tradición. Además, es armónico ya que combina a la perfección lo mejor del pasado y del presente. Por definición, un clásico es aquel que ha conseguido sobrevivir a su tiempo para convertirse en referencia para las generaciones posteriores.

LA CALIDAD ANTE TODO

Todos los elementos que integran una decoración clásica están finamente trabajados y elaborados con materiales de excelente calidad: telas de gran caída, alfombras hechas a mano, maderas nobles; evitar las estridencias de la combinación de colores. Lo llamativo, solo para detalles decorativos como las cerámicas finas, objetos de colección de oriente, cajas de laca, etc.

LAS TONALIDADES

El color debe ser usado sabiamente, no “bañar todo en oro”, sino por el contrario, usar como base y parte importante la gama de los pasteles, combinar con colores fuertes como el granate, los verdes elegantes, los rojos orientales y oscuros como los marrones. Los estampados no deben ser estridentes y sí con aires señoriales como el uso de damascos o jacquard, chenilla, terciopelo y lino.

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