La colección “Perrikín” de la prolífica autora María Eugenia Garay, tras ese universo maravilloso en que nos sumerge, es un material educativo para niños que, a través de la Editorial En Alianza, especializada en educación, fue presentado la pasada Feria Internacional del Libro de Asunción. Contiene características que pueden rescatar la crítica situación de la educación escolar y encaminarla hacia logros hace tiempo desconocidos.
“Perrikín viaja a Marte”, “El Collar de la Luna” y “Las aventuras de Perrikín” conforman la colección “Perrikín”, un excelente material de lectura para niños de la escritora María Eugenia Garay con ilustraciones atractivas a todo color hechas por el talentoso Juan Moreno, sumadas a un texto ágil, escrito con un lenguaje fácil de entender. En la serie se suceden las más originales aventuras para despertar el interés de los pequeños lectores, lo que redunda en que sean mucho más que un simple pasatiempo. En paralelo a su alegre contenido, pleno de aventuras, las obras contienen características que pueden rescatar la crítica situación de la educación escolar y encaminarla hacia logros hace tiempo desconocidos, afirma la autora.
Conversando con la autora sobre los fundamentos de estas obras dirigidas a un público lector tan importante como sensible, nos dice que los mismos “son la clave para educar y el entreteniendo, para insertar en las mentes infantiles mensajes de esperanza y autoconfianza, esto último, una rareza en nuestro medio, donde el sistema busca inculcar lo difícil que es todo y lo poco preparados que estamos para obtener logros”.
CONTENIDO DEL MENSAJE
Y sobre el contenido de su mensaje, la escritora aclara que “por una aberración imperdonable, ciertas organizaciones no gubernamentales, pseudo educativas, avaladas por algunas entidades extranjeras, se han esmerado últimamente por diseminar entre autoridades y educadores una agenda extraña que busca establecer en el currículo educativo un programa exótico, donde el objetivo de la escuela deja de ser la enseñanza de la lectura, las matemáticas y la escritura. Gracias a estas ONGs, las escuelas se convertirían en centros de adoctrinamiento, supuestamente no binario, para encarar problemas inexistentes en el interés general de la sociedad, como ser la elección individual de sexos a muy temprana edad y de la sala de baño concomitante que el ‘niñe’ buscará utilizar”.
Sobre este punto que está hoy en día en las discusiones sobre la educación y la formación de la niñez, Garay afirma: “Más adelante, bajo la excusa de ‘perspectiva de género’, se inculcará en mentes todavía maleables, comportamientos y aficiones ajenos a los reales intereses de un niño, que debe estudiar y formarse en valores para convertirse en un ser humano capaz de enfrentar los futuros desafíos que se le irán presentando”.
VALORES HUMANOS
La obra, en sus distintas propuestas, contiene el mensaje y valores humanos que sustentan la creación de María Eugenia Garay. Su obra apunta a la concepción de un mundo básicamente optimista, erigido alrededor de una familia establecida, con un padre y una madre que llenan de afecto a sus hijos y con abuelos cariñosos que, si bien son pacientes y tolerantes, nunca se apartan de la línea correcta donde el objetivo es construir ciudadanos responsables hacia un entorno donde existen el bien y el mal y la diferencia nunca es relativa.
“Aparte de aprender las lecciones clásicas de la escuela, los niños deben luego descubrir el mundo circundante, la creación divina de una naturaleza espléndida que es responsabilidad de los humanos conservarla. De un medio ambiente sano dependerá la vida humana”, afirma María Eugenia. “Y para enseñar al pequeño responsabilidades y respeto por los animales nada mejor que las cariñosas mascotas hogareñas (representadas aquí por Perrikín), que regalan afecto incondicional y alegría, y que deben recibir cuidados, mantenerse limpios, bien alimentados, para ser una compañía saludable. Esa mascota es una manera indirecta de revelar al niño las tareas de padre y madre para que ellos crezcan en un ambiente armónico, pero con obligaciones ineludibles que enseñan responsabilidad”.
AVENTURAS Y MÁS
Las diferentes aventuras en las que se involucrarán al leer estos libros de cuentos infantiles pasan a ser vehículos para recurrir al conocimiento, al ingenio y a las ciencias como método de resolver problemas y salir airosos de conflictos y aprietos. La autora afirma que en las obras “el paisaje circundante se vuelve aula para la enseñanza de la necesidad de proteger el medio ambiente, mantener los bosques y no contaminar ríos o arroyos. Los últimos incendios forestales (muchos provocados intencionalmente), que invadieron de humo nuestra ciudad y gran parte del país, y la prolongada sequía que afectó cultivos, son una prueba de lo necesario que es generar conciencia del cuidado del hábitat”.
“Los niños así sensibilizados se convertirán en implacables defensores del equilibrio ecológico en momentos en que esa tarea se ha tornado urgente e impostergable para toda la humanidad en esta era de cambio climático”, reafirma.
Como resulta evidente, entonces, en los textos de María Eugenia Garay resuena todo un universo esmeradamente construido, donde resaltan las actitudes humanas altruistas, que enuncian un futuro positivo para un país tan necesitado de recuperar sus valores éticos y morales, y así formar a una generación que deberá enfrentar un mundo complejo donde el individuo tendrá que apelar a su fortaleza y a la solidez de sus principios para salir airoso.
En la serie se suceden las más originales aventuras para despertar el interés de los pequeños lectores, lo que redunda en que sean mucho más que un simple pasatiempo.
LA FAMILIA, NÚCLEO AFECTIVO Y PROTECTOR
“Acá, el valor de la familia, como núcleo afectivo, protector y empático, es fundamental para lograr la meta de una sociedad bien educada, más solidaria y mejor estructurada. No es fortuito que muchos de los que se involucran en comportamientos sociopáticos y hasta criminales en escala provienen precisamente de familias disfuncionales”, explica Garay. “En momentos en que los medios masivos de comunicación y las dañinas redes sociales difunden tanto veneno, violencia y diatriba, nuestra sociedad merece ese baño de optimismo, afecto y esperanza”, dice María Eugenia Garay, que aborda con mucho éxito la literatura infantil con el deseo de contribuir con ellas a que “los paraguayos del mañana sabrán enfrentar con mejores armas las evitables emboscadas del destino”.