La doctora veterinaria Fátima Ovando en conversación con la revista VOS de Nación Media alertó sobre las consecuencias de mantener atado al perro, un acto considerado como crueldad animal que puede dejar marcas imborrables en la mascota. “Atarlo puede generar consecuencias que afectan su bienestar físico, como por ejemplo enflaquecimiento y deshidratación, mientras que en lo emocional, les produce ira y estrés”, advierte la experta.

Señala que al ser amarrados desarrollan cambios drásticos en su comportamiento y que, incluso, pueden presentar infecciones de todo tipo, tanto en el oído como en la piel, ojos, y otras zonas del cuerpo. Además, deja insatisfecha su necesidad de actividad física, gasto de energía y exploración del ambiente, que de manera natural ocurren durante el juego y el paseo.

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