CONTRA EL ACNÉ

En primer lugar, la cúr­cuma inhibe la formación de bacterias y controla la grasitud de la piel, esto previene la formación de granos, espinillas y pun­tos negros. En caso de que ya tengas, sus propieda­des antiinflamatorias y antioxidantes alivian los síntomas. Para aprove­char estos beneficios mez­clá partes iguales de cúr­cuma y miel hasta obtener una pasta, luego aplicala sobre la zona afectada y dejala actuar por algu­nas horas, también podés usarla para ir a dormir y que haga efecto durante tus horas de sueño. Retirá la mascarilla lavándote el ros­tro con abundante agua fresca, podés repetir el proce­dimiento varias veces a la semana.

ELIMINÁ MANCHAS

Si tenes manchas en el rostro, ya sea del sol, factores hormonales u otras razones, la cúr­cuma te va a ayudar a res­tablecer su tono natural.

Prepará una mascarilla a base de limón, cúrcuma y leche en cantida­des iguales, usala en las zonas oscuras que quieras mejo­rar y dejá que se seque, luego de 20 minutos enjuagá con agua fresca. Podés repetir el proceso una vez al día.

ANTIAGE

Como es un potente antioxidante, tiene la capa­cidad de estimular la forma­ción de colágeno, indispen­sable para que la piel esté firme y tonificada, tam­bién la protege de radica­les libres que la dañan. Por eso, es un excelente aliado para los tratamientos con­tra las arrugas.

Solo vas a necesitar una cucharada de cúrcuma y 1 cucharada de yogurt natu­ral, mezclá bien y aplicala en las zonas específicas o directamente todo el ros­tro. Dejá que actúe por unos 20 minutos y luego lavate con agua templada a fría. Este procedimiento se puede repetir hasta tres veces por semana.

Esta especia es muy conocida en la cocina oriental y desde la antigüedad también se la utilizó como remedio natural. La ciencia la estudió y confirmó que posee propiedades muy beneficiosas para la salud.

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