El deporte está lleno de tensión, drama, conflicto. Pocas disciplinas generan emociones a tanta gente alrededor del mundo, como el fútbol, el boxeo, la fórmula 1, etc. Por eso no es extraño que las historias deportivas funcionen tan bien en el cine.

• Por Marcelo Tolces
• Cineasta – gerente creativo de canal GEN

Show me the money (Muéstrame el dinero), You had me at hello (Me conquistaste con el hola), You complete me (Vos me completas). Una pelí­cula llena de frases memorables, Jerry Maguire muestra un lado del deporte que hasta ese momento no había sido tan explorado, el mundo del negocio y de los agentes deportivos.

Luego de que Jerry Maguire (Tom Cruise) tiene un ataque de conciencia por sentir que están utilizando a los atletas que representa como bienes productivos y no como perso­nas, publica un memo que le hace perder su trabajo. Una crí­tica al capitalismo extremo y desmedido, Jerry Maguire es en el fondo una comedia romántica, que nos habla de cómo el amor, por nuestras parejas, nuestras familias, por lo que hacemos y por las personas que nos rodean, debería ser el motor que mueva nuestras vidas por sobre el dinero.

Chuck Wepner era un boxeador más del montón. Tenía un récord de 35 victorias y 14 derrotas, era un completo desconocido y estaba próximo a retirarse.

Muhammad Ali era el campeón del mundo, el boxeador más famoso y carismático de la historia, y en 1975, después de haberle ganado a George Foreman en la famosa pelea de Kinshasa, su agente Don King buscaba un rival fácil y accesible para su primera defensa de la corona. El elegido fue Chuck Wepner. Contra todo pronóstico, Wepner le aguantó los 15 rounds a Ali, mandándolo a la lona en el round 9, antes de caer por nocaut frente a un Ali furioso y herido en su orgullo en el último asalto.

Silvester Stallone era un actor sin trabajo y aficionado al boxeo que estaba viendo emocionado la pelea, y decidió escribir un guión basándose en ella, con la intención de poder finalmente protagonizar una película. En 1976, un año después de la pelea, se estrenaba Rocky, que se convertiría en una de las sagas más exitosas del cine, y convertiría a Stallone en una estrella mundial. En el 2003 Wepner demandó a Stallone, quien nunca escondió que Rocky estaba basada en la pelea de Wepner contra Alí, por los derechos de la historia y llegaron a un acuerdo extrajudicial por 15 millones de dólares.

Una de las mejores películas de fútbol cuenta la historia del controversial y carismático entrenador Brian Clough (Michael Sheen).

En Paraguay Brian Clough es conocido más que nada por haberse negado a jugar la final de la Copa Intercontinental de 1979 contra Olimpia por los nexos entre el club y el régimen estronista, pero en Inglaterra es uno de los técnicos más famosos de la historia por haber llevado a un club de segunda, el Nottingham Forest, a ganar dos veces consecutivas la Copa de Campeones de Europa (actual Champions League).

Pero lo interesante de The Damned United es que no cuenta la historia de esta victoria, sino que sigue los pasos de Clough antes de ser el técnico del Nottingham Forrest, y no es una historia de éxito, sino la de su fracaso más resonado. En 1974 el Leeds United era el campeón de la liga inglesa. Su técnico Don Revie dejaba el club para hacerse cargo de la selección inglesa y el club contrataba a Brian Clough como su nuevo entrenador.

Bajo Revie el Leeds jugaba al límite del reglamento. Era un equipo duro y sucio, que recurría a todo tipo de trucos y trampas que le diera ventaja por sobre sus rivales.

Completamente lo opuesto a Clough, que pregonaba el fútbol como un espectáculo y que ape­nas asumió como técnico del Leeds, dijo que iba a traer de vuelta la alegría al club, ya que nadie podía ser feliz jugando al estilo de fútbol de Don Revie. Las declaraciones no cayeron bien con los jugadores, que venían de ganar todo bajo la dirección de Revie y que nunca entendieron ni quisieron adaptarse al estilo de juego que proponía su nuevo entrenador. Brian Clough dura­ría 44 días en el cargo antes de ser despedido, y ser considerado, en ese momento, uno de los fraca­sos más grandes del fútbol inglés.

The Damned United es una his­toria sobre maduración y lide­razgo. Son los aprendizajes de Clough luego de su penosa etapa como técnico del Leeds lo que lo transforman como persona y entrenador, y lo preparan para convertirse en el líder de un equipo mítico, que sería bicampeón de Europa.

Por cierto, esta es la primera película del director Tom Hooper, que un año después filmaría otra película sobre un líder que tiene que superar sus defectos y falencias para guiar a su gente a la victoria, en “El Discurso del Rey” película con la que ganaría el Oscar.

Están los equipos ricos, están los equipos pobres. Luego hay 15 metros de porquería. Y después estamos nosotros. Con esta genial frase Billy Beane (Brad Pitt), el manager de los Oakland Athletics, describe el conflicto de su equipo y de la película.

Moneyball se basa en la historia real de Billy Beane y los Oakland Athletics, un equipo de la Liga Americana de Beisbol. Cansado de perder año tras año a sus mejores jugadores, comprados por los equipos grandes como los Yankees o Los Medias Rojas, Beane busca una nueva manera de armar su equipo, para hacerlo competitivo y que pudiese pelear contra los gigantes. Al comienzo de la temporada del 2002 conoce a Peter Brand (Jonah Hill), un joven economista graduado en Yale, quien le habla de una nueva manera, más científica y matemática, de entender el juego.

Beane decide desechar todos los métodos convencionales y arma su nuevo equipo basándose en la data, en la estadística, y en una fórmula que logra predecir la performance de los jugadores. Siendo uno de los deportes más tradicionales de Estados Unidos, el mundo del beisbol no estaba listo para aceptar los cambios que proponía Beane, y su enfoque es en principio rechazado por su mesa directiva, su técnico, su hinchada, y los periodistas de la ciudad, que afirmaban que Beane iba a chocar el barco y que no duraría mucho tiempo más en su cargo.

Los primeros partidos fueron desastrosos, pero luego la teoría empezaría a funcionar y los Oakland ganarían 20 partidos consecutivos de la liga americana, récord absoluto que se mantiene hasta hoy.

Con un brillante guión de Aaron Sorkin, Moneyball es una película sobre los retos de innovar. Enfrentarse a la manera tradicional de hacer las cosas siempre va a encontrar una dura resistencia, por tanto la única manera de innovar con éxito es siendo intransigente con el camino que uno se ha marcado, redoblando la apuesta siempre que aparezca la duda o la puerta fácil de escape.

Al final de la película un texto nos informa, que en el presente, todos los equipos de beisbol de Estados Unidos se han adaptado, y utilizan el método de Beane y los Oakland, a la hora de confeccionar sus plantillas.

Ok, no es la mejor película de esta lista, técnicamente quizás ni siquiera se pueda definir como una buena película, pero para alguien que fue niño en los ochentas y que sus dos pasiones eran el fútbol y el cine, Escape a la victoria siempre va a tener un lugar especial, por eso no solo está en esta lista, sino que aparte está en el primer puesto. Fuera de que la peli le tiene a Pelé. Metiendo un gol de chilena. Y a los nazis encima.

Más interesante que la historia de Escape a la victoria es la historia en la que está inspirada la película, un partido de fútbol que sería para siempre recordado como El partido de la muerte.

El 6 de agosto de 1942, el FC Start, un equipo de fútbol armado por prisioneros de guerra ucranianos, jugó un partido contra un equipo del ejército nazi. Muchos de los prisioneros ucranianos eran ex jugadores del Dinamo de Kiev, que ante la invasión nazi a su territorio, habían dejado el fútbol para alistarse al ejército. Los jugadores del Start habían sido avisados antes del partido que debían dejarse ganar para no contradecir el relato de la superioridad nazi. Si no habría consecuencias. El árbitro del partido sería un oficial de la S.S.

Los alemanes entraron confiados sabiendo que el equipo estaba advertido y que el árbitro cobraría para ellos. Pero pronto se dieron cuenta que las cosas no iban a ser tan fáciles como se imaginaban, cuando el equipo ucraniano se negó a hacer el saludo nazi antes del partido. A pesar de la violencia del equipo alemán y de tener un árbitro ridículamente parcialista, el talento y amor propio de los ucranianos pudo más, y terminaron ganado el partido 5 a 3. Luego del partido, 8 de los 11 jugadores fueron torturados y asesinados.

Un monumento fue erigido en el estadio Zenit en Kiev en memoria de los jugadores fusilados por los nazis, y en 1981 el estadio pasó a denominarse Estadio Start, el nombre que llevaba ese equipo.

La historia de Escape a la victoria es un poco distinta porque bueno, Hollywood. Según cuenta la leyenda, Michael Caine, inglés y muy futbolero, por muchos años quiso llevar esta historia a la pantalla, pero nunca pudo conseguir la financiación necesaria. Es Caine quien convence a Stallone, en ese momento la mayor estrella del mundo, de sumarse a la película sabiendo que así conseguiría un estudio que estaría dispuesto a filmarla.

Y es con la entrada de Stallone al proyecto que el guion empieza a sufrir cambios. Ahora había un personaje yanqui, que no sabía jugar fútbol, porque bueno, era yanqui, pero que como todos los deportes americanos se juegan con la mano, pudo convertirse en un muy buen arquero (ponele). Pero a Stallone había otras cosas que le hacían ruido en el guión; primero que su personaje no era el mejor jugador del equipo (porque de vuelta, en el equipo de los aliados jugaba Pelé) y tampoco le parecía que él podía morir al final ya que el público querría un final feliz.

Así fue cambiando la historia original y alejándose cada vez más de la versión real. Aun sabiendo todo esto, la película sigue siendo muy emotiva. El final es super Hollywood. En el último minuto del partido, los nazis tienen un penal, que Stallone termina atajando. Los espectadores emocionados invaden la cancha después de la hazaña de Stallone y sus compañeros, ayudando a todos los prisioneros a escapar de los nazis. Final feliz. Puede sonar barato y muy hollywoodense, pero 40 años después de su estreno, Escape a la victoria sigue siendo una historia emocionante y vibrante, y para mí personalmente, una película de culto.