Además de ser decorativas y fáciles de cuidar hasta para las más olvidadizas, según la Nasa tienen la virtud de filtrar las sustancias contaminantes y limpiar los ambientes.

Popular y fácil de conseguir. Resistente, no requiere grandes cuidados, por eso se utiliza ampliamente para decorar ofici­nas, centros comerciales y otros luga­res públicos además de casas y depar­tamentos. Inclusive crecen bien en los baños, dando su toque verde (a veces con puntos amarillos) al ambiente. Sólo hay que regarla cuando la tierra está seca. Crece en el agua también, en recipientes de vidrio.

Una de las más decorativas con sus flores blancas como pequeñas calas. Puede sobrevivir con poca luz y poca agua. No tolera las corrientes de aire. Duran mucho con mínimos cuida­dos y embellece cualquier espacio donde la pongamos. En el feng shui, se aconseja poner en el recibidor para atraer las buenas energías.

Puede llegar a crecer hasta 3 metros de altura. Se encarga de eliminar del aire formaldehído, xileno y amoníaco. Es muy decorativa pero hay que cui­dar que no se expanda demasiado. Ubicada donde le dé la luz sin sol directo. Cuando se usan peque­ñas, decoran muebles, espacios difíciles y rincones.

Muy usada en la decoración de interio­res y exteriores. Sobrevive en todas las condiciones climáticas y es muy escultórica, contribuye mucho a la deco tanto clásica como minima­lista o de estilo industrial. Impres­cindible para dar un toque de color y estilo a cualquier ambiente. Mínimos cuidados, poco riego.

En pocos años puede crecer muy rápido, así que debes tener en cuenta que es una planta que necesita espa­cio por si el lugar es pequeño. Tiene un índice elevado de transpiración por lo que ayuda a mantener la hume­dad en el ambiente.