Una de las primeras recomen­daciones que dan siempre los veterinarios es que los perros vayan atados porque son inquietos por naturaleza, lo cual puede ser un factor de distrac­ción para el conductor. Para evi­tar accidentes, deben viajar con un cinturón reglamentario que se puede adquirir en las veteri­narias o en los pet shop o tien­das de mascotas. Se adaptan al arnés y se abrochan a la hebilla del cinturón de seguridad.

Los gatos también suelen escurrirse por los pedales del auto si están sueltos y eso es un gran riesgo para el que maneja, por eso es fundamental que vayan atados.

Por otro lado, es mejor que tenga unas horas de ayuno de tal manera que no tenga el estó­mago lleno de comida y evitar así que vomite o que tenga que hacer sus necesidades; eso sí, llevar agua para que el animal pueda beber durante el viaje. Es ideal colocar una manta o toalla para que la mascota no manche el tapizado del vehículo.

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Si el viaje es largo, hay que parar y descansar cada dos horas para que camine, tome agua y pueda hacer sus necesidades. Algunos perros necesitan que sus due­ños los mimen un poco para brindarle seguridad y tran­quilidad, y este es un buen momento.

Un detalle también muy impor­tante es que las mascotas lleven una medalla identificatoria con su nombre, el de su propietario y un teléfono de contacto para garantizar que, si el animal se pierde o escapa, sea fácil para la persona que lo encuentre comunicarse contigo y poner a salvo la vida de tu fiel amigo.

Desplazarse a gran distancia con nuestros animales de compañía es una gran responsabilidad que implica tener en cuenta muchos aspectos para un traslado sin contratiempos.

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