Incluir en tu vida a un peludito no es algo que debas tomar a la ligera; son seres vivos que necesitan de toda nuestra atención y cuidado.
Una de las decisiones más gratificantes que podés tomar en la vida es adoptar un perro, pero como ello implica mucha responsabilidad por tratarse de seres que tienen sus necesidades, requieren de atenciones y cuidados permanentes, es bueno considerar ciertas cuestiones.
En primer lugar, tenés que preguntarte si podrás dedicarle tiempo de calidad porque ese nuevo compañerito necesitará no solo que lo alimentes, lo cuides y lo tengas en buenas condiciones higiénicas y sanitarias, también precisará que le dediques tiempo para jugar, educarlo y mimarlo para que crezca feliz.
Por otro lado, una cuestión fundamental es saber si se cuenta con la capacidad económica para cubrir las necesidades de la mascota. Darle alimento de calidad, ir al veterinario si se pone enfermo, comprarle de vez en cuando algún caprichito, un premio o algún juguete implicará un gasto extra en tus finanzas.
Asimismo, tenés que tener en cuenta que no es lo mismo adoptar un perro de raza que uno mestizo, ya que hay razas que necesitan más espacio que otras, más ejercicio, más cuidados, etc. Si valorás tu estilo de vida, el espacio del que dispones en casa, tu presupuesto, etc., tendrás que optar por una raza que te resultará más adecuada.
Si querés adoptar un cachorro también tenés que valorar si vas a poder hacerte cargo de él durante al menos 15 años.