Después de un trauma emocional importante, una persona puede experimentar una canities subita o el aparente blanqueamiento repentino del cabello.

A través del relato de un extraño episodio ocurrido en el siglo XVIII en el reino de Francia, el psiquiatra Julio Torales, con quien conversó La Nación, quiso visibilizar un síndrome de orden psicodermatológico que afecta a muchas perso­nas en el mundo y que, en su momento, también lo sufriera la esposa del rey Luis XVI. El médico utilizó su cuenta de Twitter, donde desarrolló un interesante hilo acerca de algo que guarda mucha rela­ción también con uno de los temas médicos del momento, la alopecia, la afección que sufre la esposa del actor Will Smith, la también actriz Jada Pinkett Smith, mediatizada tras el escándalo que se pro­dujo en plena entrega de los Premios Oscar .

“Septiembre de 1793. Su Majestad María Antonieta, reina de Francia, estaba presa en La Conciergerie de París, esperando ser some­tida a juicio. Poco antes, la muerte de su esposo en la guillotina, el rey Luis XVI, la había sumido en un pro­fundo distrés emocional. Y, además, otra muerte la toca­ría muy de cerca”, comenzó escribiendo el doctor Tora­les, profesor de Psiquiatría y Psicología Médica de la Facultad de Medicina UNA.

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Y prosiguió: “Su Alteza Sere­nísima, María Teresa de Sabo­ya-Carignano, princesa de Lamballe, era íntima amiga de María Antonieta. Viendo cómo la reina estaba presa, se apresuró a volver a Fran­cia desde Inglaterra. Al lle­gar, la princesa de Lamba­lle fue apresada y acusada de traición, torturada, abusada sexualmente y luego linchada por ciudadanos de París”. Contó que su cabeza, cortada y ensartada en una lanza, fue cuidadosamente peinada, paseada por las calles de la “Ciudad Luz”, y llevada hasta el calabozo de María Anto­nieta quien cayó desmayada al recibir semejante “visita”.

La reina de Francia fue conde­nada a morir guillotinada el 16 de octubre de 1793: “El día de su ejecución, todos los asis­tentes quedaron sorprendi­dos al ver que el cabello rubio de la reina estaba totalmente blanco. Un encanecimiento súbito se había producido en pocos días”, resaltó el doctor Torales, al tiempo de mencio­nar que, desde entonces, se conoce con el nombre de sín­drome de María Antonieta o “canities subita” al aparente blanqueamiento repentino del cabello, tras un trauma emocional importante.

ALOPECIA AREATA DIFUSA

Pero el profesional explicó que en stricto sensu, o en sentido estricto, no se trata de un encanecimiento del cabello, sino de una forma de alopecia areata difusa, que propicia la caída brusca de los cabellos pig­mentados o con color, res­petando los blancos o gri­ses. “Es por ello que, al solo quedar los cabellos blancos indemnes, la apariencia de la persona es de una cani­cie súbita y global”, refirió.

Expuso que la alopecia areata es una entidad clínica común que se caracteriza por ser una alopecia no cicatrizal de ini­cio agudo, donde las áreas de pérdida de pelo están general­mente definidas y van desde parches pequeños hasta un compromiso extenso o, con menor frecuencia, difuso. “Es una enfermedad autoinmune órgano-específica, dirigida contra el folículo piloso, y poli­génica. Asimismo, está aso­ciada a situaciones de estrés, traumáticas y psicopatología florida”, apuntó.

En este sentido, el especialista significó que se ha demos­trado que, entre las personas con alopecia areata, se produjo una situación traumá­tica asociada con un fuerte estrés mental, por ejemplo, la muerte de una persona cer­cana, el divorcio o la pérdida del empleo.

“Típicamente se presenta como un área alopécica que puede afectar cualquier zona corpo­ral, pero mayoritariamente al cuero cabelludo. Puede afec­tar también cejas, pestañas, barba, axilas, y cualquier otra zona pilosa de forma concomi­tante al cuero cabelludo o de forma aislada”, aseveró.

FORMAS CLÁSICAS

Indicó que las formas clási­cas de presentación de alo­pecia en cuero cabelludo son el Unifocal, con un área alopécica bien delimitada; Multifocal, que es similar al anterior, pero más de un área afectada; Total, donde está comprometido el 100% de cuero cabelludo, y, Universal donde se ve afectado el pelo de todo el cuerpo. También detalló que hay otras varian­tes clínicas que son la Reti­cular, Ofiásea, Difusa, Ofiá­seo inverso; y, por último, el tipo “María Antonieta”, con afectación selectiva de los pelos pigmentados, como se explicó previamente.

“No se trata de un encanecimiento del cabello, sino de una forma de alopecia areata difusa, que propicia la caída brusca de los cabellos pigmentados”.

“Puede afectar también cejas, pestañas, barba, axilas y cualquier otra zona pilosa de forma concomitante al cuero cabelludo o de forma aislada”.

DR. JULIO TORALES PSIQUIATRA.

Tratamiento psiquiátrico y psicológico

La alopecia areata es una patología que tiene intensas ramificaciones psicológicas.FOTO:ILUSTRATIVA

Ante la aparición de un síndrome como éste, se considera fundamental una evaluación exhaustiva, a fin de investigar la existencia de trastornos mentales comórbidos, como la depresión mayor y los trastornos de ansiedad. Asimismo, se debe interrogar acerca de la existencia de algún evento estresante desencadenante. “Los médicos dermatólogos deben trabajar en estrecho contacto con los médicos psiquiatras y otros profesionales de la salud mental para el manejo adecuado de la alopecia areata, una patología que tiene intensas ramificaciones psicológicas”, apuntó el doctor Julio Torales, en comunicación con La Nación.

Señaló que existe evidencia preliminar que sugiere que la psicoterapia orientada a la percepción y la terapia familiar podrían llegar a ser efectivas. La regulación emocional es otra área donde se necesita intervención, según dijo, junto con la psicoeducación del paciente y su familia.

“La medicación psicotrópica se recomienda en caso de trastornos mentales concurrentes, en función de la afección que se vaya a tratar. Algunos investigadores proponen el efecto protector de los antidepresivos. Los pacientes con depresión tratados con antidepresivos muestran un menor riesgo de desarrollar alopecia areata en comparación con aquellos con depresión que no toman antidepresivos”, aseveró.

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