El actual esquema de apuestas de la firma Aposta.La, que explota en forma exclusiva las apuestas deportivas en Paraguay, permite que hasta los protagonistas de los encuentros de fútbol profesional –jugadores, árbitros, dirigentes– puedan apostar utilizando un nombre falso, lo que da altas posibilidades de amañar circunstancias de los partidos. El sistema, que hasta el 2017 movía una facturación bruta de US$ 11 millones, opera sin ningún control.
- Una investigación de: TIERRA DE NADIE, GEN y GRUPO NACIÓN
Cualquier jugador de fútbol profesional, un árbitro o incluso un dirigente, puede ir hasta Aposta.La a hacer una apuesta e inscribirse con cualquier nombre. Las apuestas pueden llegar hasta los 3.000 dólares diariamente y retirar en premios unos 10 mil dólares. Todo esto sin dejar datos reales ni rastros. Miles de operaciones sin registro ni control se realizan diariamente mediante el negocio de esta última parte de la década: las apuestas deportivas.
Aposta.La es el nombre de fantasía de la firma Daruma Sam, que tiene como una de las caras visibles al representante legal Carlos Sacco y que es la que explota las apuestas deportivas en el país. Para hacer las apuestas con Aposta.La existen dos métodos: la primera es con un registro de datos y posterior inicio de sesión y la segunda es la que resulta nula de control. Un usuario ingresa a la web, decide sus apuestas, ingresa los montos y listo. Al momento de hacerlo, el sistema le pedirá un nombre. Una vez generada la apuesta, se emiten números de cinco a seis cifras que el apostador debe presentar con el dinero en una agencia de la empresa Aposta.La.
La apuesta se concreta, y siempre que no supere los 3.000 dólares no existe control sobre la identidad del apostador. Si el premio no supera los 10.000 dólares, el ganador podrá retirar el premio sin haber dejado siquiera su nombre real ni un número de cédula de identidad.
Un equipo de GEN demostró cómo fácilmente se puede apostar con el sistema de Aposta.La sin dejar ningún rastro legal u oficial. El periodista de este equipo fue hasta una de las veintena de agencias de Aposta.La en todo el país en donde realizó la apuesta y se registró con un peculiar nombre: Édgar Vivar (el mismo nombre del actor mexicano, famoso por su papel de “Don Barriga” en la serie de “El Chavo”). En ningún momento los operadores de este local le pidieron alguna identificación para saber que realmente era esa persona, o de última, al menos si existía.
Es decir, un futbolista, árbitro o dirigente del fútbol profesional podría estar haciendo apuestas tranquilamente con algún nombre falso sin que haya una forma real de que la casa de apuesta se asegure de que es un apostador de buena fe.
LAS CUESTIONES LLAMATIVAS
Entre los puntos llamativos del esquema aparece lo que se está apostando. Por ejemplo, en algunos partidos de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) se puede ver en los registros que se paga hasta 6 veces por “adivinar” que habrá un penal en el primer tiempo de algún partido cualquiera. O que ingresarán dos o tres goles antes de finalizar el primer tiempo de otro encuentro deportivo. Incluso, se hace operaciones de apuestas hasta en la categoría Reserva, que ni siquiera es televisado ni tiene transmisiones radiales.
APOSTADORES DE BUENA FE
Un informe del Banco Central de Paraguay (BCP) de principios de año refiere que al menos hay activas cerca de 1,5 millones de cuentas para hacer pagos electrónicos. La mayoría de las apuestas en Paraguay se realiza con este sistema. Es decir, existe una enorme cantidad de apostadores que están pendientes todos los días sobre posibles resultados, sobre todo de aquellos partidos de nuestro fútbol profesional.
Justamente esta situación fue la que obligó al BCP a sacar una resolución este año con la intención de “ordenar” el esquema de trabajo de estas empresas mediadoras de pagos electrónicos. Se calcula que al mes se hacen cerca de 4,5 millones de operaciones para transferencia, pago o depósito de dinero por esta vía.
La Comisión Nacional de Juegos de Azar (Conajzar) es la responsable de velar por los intereses de los apostadores de buena fe, pero no hace pública con frecuencia la cantidad de apuestas registradas ni cuántos fueron los ganadores “anónimos” mes a mes en Paraguay.