Cincuenta sombras de Grey made in Paraguay: empresario firmaba contrato con sus parejas
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El empresario Luis Augusto Montanaro, imputado por lesión del derecho a la comunicación y a la imagen por comercializar material explícito vía plataformas imitaba la película 50 sombras de Grey y hacía firmar contratos a sus parejas. El hoy imputado en el contrato se hacía llamar el “Amo” y su pareja la “Sumisa”.
Esta historia real estaría basada en la novela de la escritora británica E. L. James, que fue un gran éxito de ventas en 2011, y la posterior película “Cincuenta sombras de Grey” que desarrolla una temática dramática, romántica y erótica que describe la relación de una joven universitaria virgen con un millonario.
La fiscala del caso Ruth Benítez señaló que “el empresario tenía un acuerdo de relacionamiento con sus parejas y en el acuerdo, él se hacía llamar Amo, y a la pareja Sumisa”, explicó la representante del Ministerio Público.
De acuerdo a la representante del Ministerio Público, los documentos fueron encontrados durante un allanamiento en su departamento llevado a cabo días atrás.
Asimismo se informó que los contratos tenían una duración de 90 días con cada pareja del hoy imputado Luis Montanaro, quien ya está privado de su libertad en el Departamento Especializado en Cibercrimen de la Policía Nacional.
Parte del contrato que hacía firmar Montanaro a sus parejas decía “La Sumisa se someterá a toda actividad sexual que exija el Amo (Luis Montanaro) sin dudar y discutir”. Igualmente refiere el documento incautado en el procedimiento que “la Sumisa no se tocará ni se proporcionara placer sexual sin el permiso del Amo”.
También el contrato señala que “la Sumisa se comportará siempre con respeto hacia su Amo”. Del mismo modo en otro punto del documento refiere sobre actividades no permitidas “ninguna de la partes participará en actividades, actos sexuales que ambos consideren inseguro o inapropiados”.
Netflix estrena la odisea de “Los niños perdidos” por sobrevivir a la Amazonía
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La odisea de cuatro menores indígenas que sobrevivieron tras deambular por 40 días en la Amazonía colombiana en 2023 llega a Netflix con “Los niños perdidos”, documental presentado este martes en Bogotá y que revela los pormenores de un rescate que sorprendió al mundo.
Coproducido con la cadena colombiana Caracol, el filme que se estrenará en la plataforma el jueves fue realizado a partir archivos de video y entrevistas a militares, indígenas y allegados a los hermanos desamparados en la selva tras un accidente de avioneta, según contaron sus directores en un evento para la prensa.
El documental sobre la intensa búsqueda de Lesly, entonces de 13 años, Soleiny (9), Tien Noriel (5) y Cristin (1) Mucutuy también narra la inédita unión entre soldados y aborígenes, explicó el cineasta británico Orlando von Einsiedel, galardonado con el premio Óscar en 2017.
“La historia que se desprendió de esta búsqueda y rescate, de dos grupos históricamente divididos uniéndose es un elemento increíblemente inspirador”, aseguró. Los cuatro hermanos desaparecieron en la espesa selva el 1 de mayo de 2023. Su madre, el piloto de la avioneta y un tercer acompañante murieron por el desplome del aparato en el departamento de Caquetá (sur).
En la búsqueda trabajaron en conjunto voluntarios indígenas que conocían el terreno y miembros de las Fuerzas Armadas. Lo que comenzó como una relación de desconfianza en medio de un territorio dominado por grupos armados ilegales, terminó en una épica proeza en la que tácticas militares conectaron con el conocimiento ancestral de los nativos. La cinta se narra en ausencia de sus protagonistas, que permanecen alejados de las cámaras bajo el cuidado de la entidad estatal de protección de menores.
Con una secuencia animada, los realizadores recrearon el testimonio que dio a las autoridades tras el rescate la hermana mayor, Lesly, la heroína que aseguró la supervivencia de sus hermanos con frutos silvestres y pescado crudo. “Era una forma más poética, más sensible, más ética” de retratar su experiencia, señaló el cineasta peruano-británico Lali Houghton.
“Pedro Páramo”, la mítica novela del escritor mexicano Juan Rulfo, llega a la pantalla de Netflix bajo la batuta del director de fotografía Rodrigo Prieto, quien dejó Hollywood para sumirse en la fantasmagórica Comala, donde ocurre la historia. Un desierto polvoriento bajo un sol abrasador es el escenario en el que se asoma el pueblo: así empieza la primera película de Prieto como director.
Prieto recién había asumido la fotografía de “Barbie”, de Greta Gerwig, y de “Killers of the flower moon” (Los asesinos de la luna), de Martin Scorsese, cuando adaptó a la pantalla esta obra que aún se lee en colegios de toda América Latina. “Se la mostré a Martin Scorsese y a su hija Francesca”, contó Prieto en el reciente Festival de Cine de Morelia.
Cinéfilo absoluto, Scorsese se mostró interesado, inclusive sin conocer la historia ni la mentalidad del México profundo que quiso retratar Rulfo en la novela publicada en 1955. “Me dijo: ‘Oye, este plano debería ser un poco más largo’. Lo alargué un poquito. Dos planos me sugirió que fueran más largos”, relató Prieto, y añadió que también el hijo del escritor colombiano Gabriel García Márquez, Rodrigo García, fue su consejero.
La historia empieza con la llegada de Juan Preciado (interpretado por el actor mexicano Tenoch Huerta) a Comala para cumplir con la promesa que le hizo a su madre recién fallecida: buscar a su padre, Pedro Páramo. Así retrata Prieto uno de los arranques más famosos de la literatura en español, en algún lugar entre el Quijote y “Cien años de soledad”: “Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo”.
El papel del cacique Páramo lo interpreta Manuel García Rulfo, que tiene un lejano parentesco con el autor de la novela. “(Juan Rulfo) era primo hermano de mi abuelo, entonces tío abuelo mío”, contó el actor en un programa de promoción de la película.
“Es increíble la oportunidad que me diera Rodrigo de hacer este personaje tan complejo”, agradeció. “Más allá del tirano, del cacique, yo busqué humanizarlo”, dijo. Además de su fotografía, la película destaca también por las intérpretes femeninas que luchan contra el machismo arraigado en este México tradicional, como Ilse Salas, Yoshira Escárrega, Dolores Heredia, Giovanna Zacarías y Mayra Batalla.
El agente fiscal Federico Delfino presentó imputación en contra de Luis Augusto Carlos Montanaro Bedoya por el hecho punible de coacción, luego de la amenaza que recibió la agente fiscal Ruth Karina Benítez, quien investiga a Montanaro por lesión del derecho a la comunicación y a la imagen.
Asimismo, el representante del Ministerio Público solicitó al Juzgado Penal de Garantías, a cargo de la magistrada Clara Ruiz Díaz, la prisión preventiva del imputado. Ahora Montanaro deberá ser convocado por el Juzgado de Garantías para la audiencia de imposición de medidas cautelares, ocasión en que se definirá si el imputado estará privado de su libertad o no.
De acuerdo al acta de imputación, el día 3 de noviembre, en horas de la tarde, Montanaro se dirigió hasta la Florería Franco, ubicada sobre la avenida España entre Santa Ana y San Rafael de la ciudad de Asunción, en donde habría consultado a una de las vendedoras del citado local comercial sobre el costo de unos ramos de flores, y posteriormente antes de retirarse habría dado instrucciones a la misma de que una persona vendría a abonar el costo de los mismos con las indicaciones de entrega.
El hoy imputado, luego de retirarse de la Florería Franco, se habría comunicado telefónicamente con José Daniel Alderete Vázquez para que este realice una labor a pedido del mismo.
Montanaro habría entregado a Alderete tres sobres conteniendo unas esquelas, las cuales iban dirigidas a la Sra. Ruth Benítez, y a otra mujer, más la suma de G. 700.000 y unas direcciones en la ciudad de Asunción.
También refiere el acta de imputación que Montanaro habría dado indicaciones a Alderete para que se apersone hasta la Florería Franco a fin de proceder al pago de tres ramos florales y que dichos arreglos sean entregados en los domicilios proveídos por el mismo con los sobres señalados anteriormente. Con las instrucciones dadas por el hoy imputado, Alderete se habría constituido ante la Florería Franco y procedió a realizar el mandato dado por Montanaro, señala parte del acta de imputación.
Por David Sánchez, desde Tesalónica (Grecia), X: @tegustamuchoelc (*).
Tras ganar el premio al mejor guion en la sección Orizzonti del Festival de Venecia 2024, pudimos ver en el Festival Internacional de Cine de Tesalónica (Grecia) la película “Happy Holidays”, dirigida por Scandar Copti, que presenta una muy lograda perspectiva compleja sobre la vida de varias familias árabes en Israel, exponiendo las tensiones entre la tradición y el deseo de integración en una sociedad occidental.
Es significativo que entre los productores se encuentre Doha, un detalle que podría resultar sorpresivo dado el cuestionamiento cultural implícito que la película plantea. A pesar de este respaldo, el filme no evita abordar temas tabúes o mostrar personajes con aspiraciones de libertad y modernidad, como la protagonista Fifi (Manar Shehab), quien desea vivir su juventud sin las restricciones que impone la cultura conservadora en la que creció.
Un aspecto notable es la baja representación de mujeres con velo que vemos en pantalla, haciendo que el espectador no habituado a diferenciar árabe de musulmán lo pueda ver como un contraste con las imágenes habituales en otros países occidentales como Francia, donde, paradójicamente, es más común ver mujeres veladas que en este retrato de la sociedad israelí. Esta diferencia visual podría interpretarse como una intención de Copti de reflejar una realidad menos restringida para la comunidad árabe dentro de Israel, en comparación con otros contextos del mundo árabe.
A nivel narrativo, “Happy Holidays” explora de forma potente, los desafíos intergeneracionales y de género a través de historias paralelas y personajes como Rami y su novia judía Shirley, Hanan y la difícil situación económica que atraviesa, y Fifi, quien oculta un secreto que podría afectar a su familia. Estas historias de amor, tensiones familiares y enfrentamientos con la cultura reflejan las luchas internas y externas que viven los personajes al intentar equilibrar sus raíces árabes con las influencias de la sociedad israelí occidental.
El filme se acerca, en ciertos momentos, a una estructura de telenovela, especialmente al retratar conflictos familiares, problemas económicos y dilemas de matrimonio. Sin embargo, estos elementos contribuyen a mostrar las contradicciones que enfrentan los personajes, atrapados entre las normas tradicionales y los valores occidentales. En el caso de la familia protagonista, se observa una aparente apertura hacia ciertos aspectos de la vida occidental, como el consumo de vino y el rechazo a la obligación del velo, pero persiste la presión de mantener estrictamente costumbres como la virginidad femenina o el respeto a las opiniones de la comunidad.
Es interesante cómo el director utiliza la historia de estas familias para evidenciar que, aunque la comunidad árabe en Israel parece gozar de más libertades comparativas, aún enfrenta el dilema de la aceptación social y los límites impuestos por la cultura predominante. Por ejemplo, la aceptación en el parlamento israelí de partidos árabes sugiere una apertura formal, pero la integración cultural real sigue siendo limitada como vemos en los ejemplos de los niños recitando la importancia del pueblo judío para no ser expulsados de nuevo de su territorio.
El director, en una declaración sobre el filme, explica cómo sus historias buscan desvelar los mecanismos que perpetúan tanto el patriarcado como la militarización en la sociedad israelí. Mediante un enfoque crítico, Copti propone que ninguna sociedad es verdaderamente libre hasta que las mujeres también lo sean, un mensaje potente que invita al espectador a cuestionarse sobre los valores y normas que rigen nuestras vidas.
La película logra mantener el interés del espectador, haciendo que éste se pregunte miles de preguntas, desde lo importante que es algo para una sociedad, pero no para otra, o los momentos de aparente respeto rotos por una de las sociedades que vive en Israel, representados en el minuto final del film, que a su vez quiere indicar la rotura con una sociedad que termina por exasperar a sus integrantes.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.