El comisario retirado Eusebio Torres Romero fue condenado ayer martes a 30 años de cárcel por torturas contra dos hermanos y la esposa de uno de ellos durante la dictadura del general Alfredo Stroessner (1954-1989) en Paraguay. El Tribunal de Sentencia de Asunción presidido por el juez Manuel Aguirre, que dictó su veredicto por unanimidad en este caso por hechos ocurridos en 1976, proclamó que “los delitos de lesa humanidad no prescriben” en Paraguay.
Sin embargo, Torres Romero, de 87 años, no irá a prisión debido a su avanzada edad y cumplirá arresto domiciliario. En el juicio oral y público que finalizó este martes “quedó probado que Eusebio Torres Romero sometió a todo tipo de torturas a los hermanos Carlos Ernesto y Luis Alberto Casco y la esposa del primero (ya fallecida) Teresa Dejesús Aguilera de Casco”, señaló el juez Aguirre a la AFP.
“Se torturaba a lo largo y ancho del país a todos aquellos que eran considerados como opositores al régimen dictatorial”, leyó el juez Aguirre. “Torres era el que dirigía los interrogatorios a los presos que estaban alojados en el Departamento de Investigaciones de la Policía. Era el único policía con título de abogado”, agregó la sentencia.
Lea más: Gremio de rematadores pide igualdad a la Ande en llamado a subasta
“Las torturas tenían el objetivo de destruir a la persona al combinar las torturas físicas con las psicológicas”, añadió. Al conocer el fallo, las víctimas y sus parientes presentes en la sala de juicio oral estallaron de júbilo. “La verdad es que no esperábamos esta sentencia ejemplar. Se hizo justicia”, dijo entre sollozos Carlos Casco, uno de los dos hermanos querellantes.
Durante el juicio, uno de los testigos, Carlos Arestivo, quien lleva un ojo de cristal, recordó que Torres lo torturó con un “látigo trenzado de cuero”: “Comienza a castigarme, así con rabia, con mucha rabia, como si yo le hubiera pateado a su madre, y uno de esos latigazos se va a mi ojo y me revienta el cristalino”.
En las audiencias que comenzaron hace dos semanas, Torres -quien negó las acusaciones- asistió sin palabras a través de una computadora desde su casa debido al arresto domiciliario que cumple. Pero antes de la deliberación del tribunal, el expolicía pidió su absolución de culpa y pena.
“En 49 años que transcurrieron de aquella época que ellos sufrieron fue suficiente tiempo para confundirme, ellos están confundidos. Me confundieron con otras personas, por esa razón que yo creo que corresponde mi absolución de culpa y pena, que no afecte mi honorabilidad”, dijo Torres. La fiscal Sonia Sanguines había solicitado 15 años de prisión.
Lea también: Detienen al presunto autor del crimen de estudiante en Filadelfia
Cachiporras, picanas, látigos
“Los agentes de Investigaciones, por orden de Eusebio Torres, utilizaban cachiporras, picanas eléctricas, látigos y otros elementos para los hechos de tortura en contra de los presos políticos”, dijo el juez, quien el viernes visitó la exsede de la policía en Asunción donde los testigos relataron los tormentos a los que eran sometidos.
“Estamos activando la memoria y al mismo tiempo el estrés del shock post traumático. Venir aquí es una forma de revictimizarnos, pero es una obligación pasar por esto”, dijo entonces Casco, de 69 años, al recorrer el lugar. Lo acompañaba su hermano Luis Casco, de 72, el otro querellante en este caso en el que comparecieron cerca de 20 testigos.
Otros testigos relataron su vivencia a periodistas durante el recorrido. “Eusebio Torres me torturó a mí y a muchos compañeros de las facultades que estábamos presos; éramos cerca de 400, 500 personas”, aseguró Raúl Monte Domecq. La dictadura de 35 años del general Stroessner dejó 59 ejecuciones extrajudiciales, 336 desaparecidos, cerca de 20.000 detenciones ilegales y casi 19.000 casos de tortura. En su informe de 2008, la Comisión Verdad y Justicia señaló que “una de cada tres personas fue torturada” en Paraguay.
Sin embargo, los procesos judiciales posteriores a la dictadura fueron pocos. Una decena de policías resultaron procesados por casos de tortura y Stroessner murió impune en 2006 a sus 93 años sin haber sido extraditado de su exilio dorado en Brasil. La defensa de Torres alegó que los delitos habían prescrito y que los actos de tortura debían recalificarse como lesiones, para reducir la pena.
Fuente: AFP.