Eusebio Torres, un expolicía que actuó durante la dictadura del general Alfredo Stroessner, fue presentado el viernes pasado en un tribunal en Asunción para afrontar un juicio por torturas infligidas a opositores al régimen que reinó 35 años en Paraguay, constató la AFP. El acusado, de 87 años, es sometido a juicio por vía telemática desde su residencia en la capital paraguaya por dos casos de torturas que se registraron en abril de 1976.
Una veintena de perseguidos políticos durante la dictadura de Stroessner (1954-1989) acudieron en grupo a la sala judicial para prestar su testimonio en el proceso. La defensa había solicitado la prescripción y el cambio de calificación de los hechos para que Torres no sea condenado a más de 5 años de cárcel. La petición fue rechazada.
Según la Constitución, los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles. La Fiscalía acusa a Torres de someter a tormentos diversos a Carlos Ernesto Casco y su hermano Luis Alberto Casco, quienes lo denunciaron en 2011. Constantino Coronel, uno de los testigos, declaró a los magistrados que Torres, cuya sola mención causaba terror entre los perseguidos del régimen, irrumpió un día en su domicilio portando una metralleta: “Echó abajo la puerta de mi casa rociandola a balazos…”, dijo.
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Por su parte, Carlos Arestivo, quien estuvo preso en la repartición de “Investigaciones”, relató que el torturador “me ordenó que me desvista y con su látigo trenzado en cuero comenzó a castigarme con fuerza, con rabia, como si yo le hubiera pateado a su madre. Uno de los impactos me reventó uno de los ojos”, enfatizó.
La activista de derechos humanos Olga Kannonikof, una exvíctima de apremios y cuya pareja murió en 1976 por torturas, fue una de las promotoras del juicio. Sostuvo que en Paraguay “necesitamos conservar la memoria y no retroceder nunca en la lucha contra la impunidad”.
En este país sudamericano fueron muy contados los exponentes del régimen militar sentenciados a largas penas de prisión por los abusos cometidos. El dictador Alfredo Stroessner murió en un “exilio dorado” en la capital brasileña, Brasilia, en 2006, con 93 años.
Mario Abdo Benítez, sobrino nieto del exdictador, fue presidente paraguayo (2018-2023). Según datos de la Comisión de Verdad y Justicia, unas 20.000 personas fueron víctimas directas de violaciones de derechos humanos durante ese periodo.
Hubo 19.862 detenidos en forma arbitraria o ilegal; 18.772 ciudadanos torturados, 59 ejecutados extrajudicialmente y 336 están desaparecidos. Torres era conocido con el apodo “Teyuruguái” (látigo, en lengua guaraní) y era conocido por practicar torturas con látigo en mano.
Fuente: AFP.