Un tribunal de sentencia condenó a 8 años de cárcel a Antonio Daniel Olmedo Cabañas y Édgar Fernando Ramón Rodríguez Castillo, encontrados culpables por el hecho punible de tentativo de robo agravado, en el atraco contra Junior David Duarte Gregor, quien había prestado el servicio de transporte a uno de ellos mediante una plataforma de viajes, el 15 de julio de 2021, y luego logró huir cuando ambos asaltantes comentaron la posibilidad de asesinarlo.
La fiscal Fátima Girala fue la que demostró la responsabilidad de los dos acusados. A las 21:20 de la fecha mencionada, la víctima se desplazaba a bordo del vehículo cuando recibió un pedido de servicio a través de la plataforma para acudir hasta las calles 35 Proyectadas esquina Antequera, en Asunción.
En dicha dirección se encontraba Édgar Fernando Ramón Rodríguez; mientras el conductor retomaba la marcha del vehículo, Olmedo Cabañas golpeó la cabeza de Duarte Gregor con un arma blanca, tipo machetillo, diciendo: “Esto es un asalto, danos todo lo que tenés”. En el susto, la víctima sacó con su mano izquierda el arma de fuego que se encontraba escondida debajo de su asiento, con el fin de intimidar a los hoy condenados y trató de impedir que lo agredieran y asaltaran.
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Sin embargo, en ese momento, Rodríguez Castillo saltó por el arma de fuego, a la vez que su cómplice empezó a propinar golpes con el machetillo al conductor, quien con su brazo derecho trataba de protegerse la cabeza. Durante el forcejeo se efectuaron dos disparos, uno de ellos impactó en la pierna izquierda de Olmedo Cabañas y el otro en el abdomen de Rodríguez Castillo, tras ello, Duarte Gregor recibió un fuerte golpe en la cabeza que provocó que se maree y estuviera a punto de desvanecerse.
La víctima escuchó cuando uno de los asaltantes le preguntaba al otro: “¿Mba’e jajapota, jajukata pio chupe?” (¿qué haremos, lo mataremos?) e inmediatamente intento salir del interior del vehículo a través de la ventana, hecho que puede observarse en las grabaciones del circuito cerrado de domicilios ubicados en la zona. Los autores intentaron sujetarlo de las piernas para que no saliera, sin embargo, Duarte Gregor forcejeó con ellos y logró salir del vehículo, tirando el arma de fuego que quedó sobre el techo del vehículo que se hallaba en marcha, para luego correr y refugiarse en una vivienda ubicada a pocos metros del lugar.
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