Ciudad del Este. Agencia regional.
En un juicio que concluyó ayer en el Palacio de Justicia de Ciudad del Este, un ciudadano de nacionalidad hondureña que residía en Santa Rita, departamento de Alto Paraná, fue condenado a diez años de prisión por el abuso sexual de dos menores de edad. Se trata del abuelastro de dos niñas de 10 y 6 años, quien cometió repetidos abusos contra las nietas de su pareja, según el fallo judicial.
El fiscal Alberto Torres, de Santa Rita, fue quien representó al Ministerio Público en la acusación por el hecho punible de abuso sexual en niños. El fallo fue emitido por el Tribunal de Sentencia integrado por los jueces Marino Méndez, Herminio Montiel y Zunilda Martínez Noguera.
El condenado, cuyo nombre tiene la sigla J.A.A., está privado de su libertad desde hace tres años en la penitenciaría de Coronel Oviedo y, tras ser condenado, continuará en el mismo penal. Es lo que informó a La Nación/Nación Media el agente Alberto Torres.
De acuerdo con lo presentado en el juicio, la denunciante fue la madre de las víctimas, quien dejaba a sus hijas al cuidado de la abuela materna de las niñas, mientras iba a trabajar. La abuela tenía como pareja al ciudadano hondureño y el hombre llevaba a las niñas a pasear a un parque y luego hasta cerca de un arroyo en Santa Rita.
Fue en ese lugar donde cometía los abusos sexuales que consistían en manoseos a las niñas. Después de cada agresión, les compraba helados y les advertía que no contaran lo que les había hecho y regresaban a la casa. Sin embargo, la más pequeña decidió confesar el hecho a su abuela y la denuncia fue presentada por la madre de las víctimas el 27 de diciembre de 2017.
El caso llegó a la Fiscalía de Santa Rita y fue el agente Orlando David Quintana quien investigó el hecho y ordenó la detención del hondureño. El proceso derivó en la acusación y luego en el juicio oral, que se desarrolló en cinco audiencias hasta ayer cuando culminó, según explicó el fiscal Alberto Torres, quien se hizo cargo de la causa recién en la etapa de juicio.
Explicó también que fue “el típico caso en el que aparece alguien del entorno familiar que se aprovecha de su situación para violentar a sus víctimas. Un hombre que cumplía el papel de abuelastro es quien llevaba tiempo abusando de las niñas hasta que una de ellas contó y así se conoció lo que estaba pasando. Declaraciones en la cámara Gesell y documentos probaron la culpabilidad del hondureño”, según explicó el fiscal Torres.