Por Rocío Gómez, corresponsal de Encarnación.
Este miércoles inició en Encarnación el juicio oral y público para juzgar a Edilberto Ramón Goncalves, acusado por el hecho punible de feminicidio a Laura Godoy, que fuera su concubina y madre de sus tres hijos menores de edad. El cruel asesinato ocurrió en el barrio Itá Paso de la ciudad itapuense el 10 de noviembre del 2018.
“Es muy orgulloso, no muestra nada de arrepentimiento. Se ríe de nosotros. No le quiere a su familia, no le quiere a nada. Es un monstruo y no se va a arrepentir. Le pido a la Justicia que, si no hace por mí, aunque sea lo hagan por los inocentes”, expresó Nélida Gómez, en guaraní, rogando justicia por su hija y madre de sus nietos, que aún sufren el trauma psicológico y la pérdida.
Laura tenía 27 años y fue herida de once puñaladas con un arma blanca, frente a sus hijos: una niña de 9 años, y dos niños de 7 y 3 años. Edilberto y Laura mantuvieron una relación de 11 años, en la que la mujer sufría ciclos de violencia tanto verbal como física. Ella terminó la relación y, cuatro meses después, él habría terminado con su vida. En sus últimos minutos de vida, testigos aseguran que acusó como autor a Edilberto.
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Piden condena ejemplar
“Edilberto estuvo prófugo por 2 años, huyó tras asesinarla y estuvo en Argentina, donde fue aprehendido en pandemia por la Interpol. La elevación se realizó hace un año y este miércoles inició el juicio oral con el desarrollo de las pruebas testificales de 9 testigos y la producción de las pruebas documentales”, explica la fiscal Griselda González.
Para el Ministerio Público, amerita la pena máxima contra Goncalves y convertir este caso en un hecho ejemplar al contemplarse un crimen realizado con gran saña. El juicio continuará el 27 de junio con el desarrollo de las pruebas y alegatos finales.
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Detienen a policía acusado de presunto feminicidio en Caazapá
La Policía confirmó la detención del suboficial Ever Mendoza (25), de la parcialidad Mbya Guaraní, presunto autor del crimen de la estudiante universitaria indígena Celina Martínez (20), ocurrido en el distrito de Abaí, departamento de Caazapá, el pasado 7 de abril. La víctima fue hallada sin signos de vida en una chacra con heridas cortantes en el cuello y el abdomen.
Tras una intensa búsqueda, finalmente los agentes lograron capturar esta madrugada al hombre en la localidad de Capitán Meza, departamento de Itapúa, y el policía ya se encuentra a disposición del Ministerio Público.
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Según los intervinientes, el agente se encontraba de vacaciones y fue interceptado cuando estaba desplazándose por la ruta PY06. Según una nota remitida por sus jefes a la Fiscalía, el joven debió usufructuar el descanso desde el 17 de marzo hasta el 15 de abril de este año.
Denunciado por violencia
El detenido se desempeñaba como suboficial ayudante de la Policía Nacional con destino a la Comisaría 9 de Tuparendá. Y la orden de captura fue ejecutada por la comisaría jurisdiccional bajo la coordinación del suboficial Luis Santiago Jacquet, según informó la Policía Nacional.
Los vecinos de Abaí fueron quienes avistaron un cuerpo en una plantación a orillas de un camino vecinal y dieron aviso al sistema 911. La joven era oriunda de la colonia Yguazú, departamento de Alto Paraná.
Datos de la Policía refieren que el hombre ya habría sido denunciado por violencia intrafamiliar y tenía incluso prohibición de acercarse a la víctima. Así también ya venía registrando antecedentes de mala conducta en su trabajo.
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“Lo tenían como secuestrado”, dijo expareja de Maradona en juicio
- San Isidro, Argentina. AFP.
Verónica Ojeda, expareja de Diego Maradona, dijo ayer martes que su entorno “lo tenía como secuestrado” meses antes de su fallecimiento, en el juicio a siete profesionales de la salud por la muerte del astro futbolístico en Argentina en 2020. Maradona falleció por un edema pulmonar generado por una insuficiencia cardíaca el 25 de noviembre de 2020 durante una internación domiciliaria posterior a una neurocirugía.
Médicos, enfermeros, la psiquiatra y un psicólogo son acusados por homicidio con dolo eventual, una figura que implica que eran conscientes de que su accionar podía ocasionar la muerte. Una octava acusada -enfermera- será juzgada en un proceso separado. “Yo sabía que a él lo tenían como secuestrado, tenía temor a todo, de hecho, cada vez que yo me iba me decía llevame”, dijo Ojeda, la madre del menor de los hijos de Maradona, Diego Fernando, de 12 años, en referencia a las visitas que le hizo a su expareja durante 2020, antes de que fuera internado en noviembre para realizarse la neurocirugía.
Ojeda, pareja del exfutbolista entre 2005 y 2014, declaró este martes en el juicio que tiene lugar en San Isidro, un suburbio al norte de Buenos Aires cercano a la localidad de Tigre, donde murió el astro argentino. En su testimonio, entrecortado por sus llantos, apuntó contra el entorno de Maradona, incluidos sus asistentes Maximiliano Pomargo y Vanesa Morla, y uno de sus custodios, Julio Coria, que fue acusado de falso testimonio durante este juicio, aunque ninguno está imputado en la causa.
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Se refirió también al médico de cabecera de Maradona, Luciano Luque, y a su psiquiatra, Agustina Cosachov, que sí están imputados: “Nos mintieron en la cara a todos, a toda la familia”, dijo. Ojeda contó que los médicos “decían que era conveniente internarlo en una casa y que iba a haber (de) todo como si fuera un hospital”. Múltiples testigos dijeron a lo largo del juicio, que comenzó el 11 de marzo, que no había aparatología médica en la casa donde murió el Diez. Ojeda contó que vio por última vez a Maradona dos días antes y dijo que no lo encontró bien.
“Donde estaba Diego había olor a pis y a caca por eso ese día le dije que se bañe y afeite porque no estaba bueno que esté así en ese estado”, señaló. Durante el interrogatorio, se reprodujeron conversaciones entre dos de los imputados: la psiquiatra Agustina Cosachov y el psicólogo Carlos Díaz, que estaba presente en la sala.
En el chat, Díaz llamaba a desestimar los planteos de los familiares sobre el paciente porque hablaban “desde el desconocimiento absoluto”. Se refería a Ojeda con lenguaje soez y se preguntaba “quién es” para cuestionar el tratamiento. “Yo soy la mamá de Dieguito Fernando, Carlos Díaz, soy la mamá del hijo de Diego Maradona, esa soy”, exclamó Ojeda entre lágrimas en respuesta al chat que calificó de “nefasto”.
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“Incumplimiento de cuidados”
La insuficiencia cardíaca que causó la muerte de Maradona se debió a un “incumplimiento de cuidados”, dijo el martes durante el juicio por el fallecimiento del astro uno de los médicos que participaron en su autopsia. Maradona falleció por un edema pulmonar generado por una insuficiencia cardíaca el 25 de noviembre de 2020 durante una internación domiciliaria posterior a una neurocirugía.
Siete profesionales de la salud (médicos, enfermeros, la psiquiatra y un psicólogo) están acusados por homicidio con dolo eventual, una figura que implica que eran conscientes de que su accionar podía ocasionar la muerte. Una octava acusada -enfermera- será juzgada en un proceso separado. El astro era “un paciente con insuficiencia cardíaca latente y que, por incumplimiento de cuidados que debía haber tenido de los factores modificables (hábitos o medicación), fue generando una insuficiencia cardíaca” que terminó en un edema, consideró Mario Schiter.
Se trata de un médico intensivista que trató a Maradona durante su internación en Cuba a comienzos del año 2000, que participó de la autopsia a pedido de la familia y que declaró como testigo este martes en el juicio que tiene lugar en San Isidro, un suburbio al norte de Buenos Aires cercano a la localidad de Tigre, donde murió el astro argentino. Schiter había recomendado a la familia trasladarlo a un centro de rehabilitación tras una neurocirugía semanas antes de su muerte.
Llevarlo “de un sanatorio de alta complejidad a la casa conociendo al paciente me pareció arriesgado”, dijo el médico, que explicó que Maradona a veces no cumplía con los tratamientos. En caso de una internación domiciliaria “hubiera optado por equipar el sitio como si fuera una unidad cardioprotegida” con un desfibrilador y aparatología médica como electrocardiógrafo, equipamiento para análisis de laboratorio, oxígeno y un equipo de ventilación no invasiva, señaló el intensivista.
Múltiples testigos dijeron a lo largo del juicio, que comenzó el 11 de marzo, que no había ninguno de estos elementos en la casa donde murió el “diez”. Para la tarde de este martes, se espera el testimonio de Verónica Ojeda, que fue pareja del exfutbolista entre 2005 y 2014 y es la madre del menor de sus hijos, Diego Fernando, de 12 años. Este juicio se prolongará al menos hasta julio con la declaración de decenas de testigos. Los acusados arriesgan entre 8 y 25 años de prisión.
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Hallan cuerpo de una mujer en una plantación e investigan presunto feminicidio en Caazapá
Este lunes, el cuerpo sin vida de una joven de 20 años fue hallado en una plantación en el distrito de Abaí, departamento de Caazapá. La víctima presentaba una herida a la altura del cuello y las autoridades investigan un presunto feminicidio. El principal sospechoso sería su actual pareja, que está desaparecido.
Según el reporte policial, pobladores de la zona encontraron el cuerpo sin vida de la joven en una plantación de milleto, ubicada a 800 metros del camino que une la Colonia Amambay con la Colonia Irún. Al encontrarse con la terrible escena del crimen, llamaron a la comisaría local, quienes llegaron hasta el sitio y al corroborar la situación, comunicaron al Ministerio Público.
Las investigaciones apuntan a un feminicidio, ya que el principal sospechoso del terrible crimen sería la pareja sentimental de la mujer, el suboficial Ever Mendoza Giménez, de 25 años, que cuenta con antecedentes por violencia familiar en el año 2023, que presta servicio en la comisaría de Tuparenda y que se encontraba en periodo de vacación. Actualmente, se encuentra con paradero desconocido y con el celular apagado, por lo que aumentan las sospechas.
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Junto al cuerpo de la mujer, que fue identificada como Celina Martínez Ojeda, de 20 años, encontraron un cuchillo de mesa con mango de madera y las autoridades presumen que este fue utilizado para el atroz crimen. La causa probable de muerte fue determinada como shock hipovolémico por heridas de arma blanca, expresó la doctora Dina Ibarra.
Según información brindada por los familiares, la mujer y el hombre salieron juntos de su vivienda, aproximadamente a las 04:00 de hoy lunes, con destino a una parada de ómnibus, porque la víctima pretendía viajar hasta Coronel Oviedo. Horas más tarde, el cuerpo fue encontrado en posición decúbito dorsal y presentaba una herida cortante en el cuello con sangrado visible.
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Testificaron las hermanas de Maradona: “A veces se resistía” a la atención médica
San Isidro, Argentina. AFP.
La leyenda del fútbol Diego Maradona “a veces se resistía” a ser atendido por médicos, dijo ayer jueves una de sus hermanas en el juicio a siete profesionales de la salud por su muerte en Argentina en noviembre de 2020. Claudia y Ana, dos de las hermanas de Maradona, que son querellantes en la causa, declararon este jueves en la cuarta semana del juicio que tiene lugar en San Isidro, un suburbio al norte de Buenos Aires cercano a la localidad de Tigre, donde murió el exfutbolista.
Claudia, de 53 años y la menor de las cinco hermanas de Maradona, dijo que Diego “a veces se resistía” a ser atendido por médicos y que “era de carácter fuerte”. Ella y Ana, de 74 años, coincidieron en que su hermano “hacía lo que él quería”. Maradona falleció por un edema pulmonar generado por una insuficiencia cardíaca el 25 de noviembre de 2020 mientras cursaba una internación domiciliaria posterior a una neurocirugía.
Las hermanas dijeron que participaron en la decisión de hacer internación domiciliaria y Claudia señaló que los especialistas les habían dicho que “iba a haber médicos clínicos” y equipamiento para atenderlo. Otros testigos en el juicio en sus testimonios señalaron que no había ambulancias ni equipamiento médico como desfibrilador en la casa donde murió el ídolo.
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Las hermanas dijeron que Leopoldo Luque, el neurocirujano y uno de los imputados en la causa, era el médico de confianza de Maradona. Ana contó que vio por última vez a su hermano cuando estaba internado en la Clínica Olivos, semanas antes de su fallecimiento, y que cuando le consultó cómo estaba, él le respondió: “Me duele el alma”.
En la tarde del jueves se preveía que declarara otra de sus hermanas, Rita, y Verónica Ojeda, madre del hijo menor de Diego Maradona. Siete profesionales de la salud (médicos, enfermeros, la psiquiatra y un psicólogo) son acusados de homicidio con dolo eventual, una figura que implica que eran conscientes de que su accionar podía ocasionar la muerte. Una octava acusada -enfermera- será juzgada en un proceso separado.
Este juicio, que comenzó el 11 de marzo, se prolongará al menos hasta julio con la declaración de decenas de testigos. Los acusados arriesgan entre 8 y 25 años de prisión. El abogado de las hermanas Maradona, Pablo Jurado, objetó algunas de las preguntas de otros querellantes a las testigos, que apuntaban a las relaciones contractuales entre el exfutbolista y sus hermanas.
Para Jurado, las respuestas pueden afectar los intereses de sus defendidas en otra causa, en la que los hijos de Maradona demandan a sus tías por los derechos de la “marca Maradona”. El tribunal no hizo lugar a las protestas y las hermanas tuvieron que responder al respecto. Las marcas “son algo que nos dejó a la familia”, dijo Claudia y añadió que antes de su muerte Diego Maradona solo les “daba regalos”.
Murió sin alcohol ni drogas en sangre
Diego Maradona no tenía alcohol ni “drogas de abuso” en sangre cuando murió, a pesar de su historial de consumo, dijo el pasado martes un perito, en el juicio a siete profesionales de la salud por la muerte del exfutbolista en Argentina en 2020. “Ninguno de los cuatro tubos (de muestras) dio detectable para cocaína, marihuana, MDMA, éxtasis ni anfetamina”, dijo el perito bioquímico Ezequiel Ventosi, que analizó las muestras de sangre, de orina e hisopados de Maradona tras su muerte y constató que tampoco había presencia de alcohol.
El astro futbolístico argentino, quien tuvo periodos de excesos durante su agitada vida, falleció por un edema pulmonar generado por una insuficiencia cardíaca el 25 de noviembre de 2020 mientras cursaba una internación domiciliaria posterior a una neurocirugía. Las pericias posteriores a su muerte sí detectaron cinco sustancias correspondientes a medicamentos antidepresivos, anticonvulsivos, antipsicóticos y contra las náuseas.
El testimonio de Ventosi se dio en la apertura de la cuarta semana del juicio que tiene lugar en San Isidro, un suburbio al norte de Buenos Aires cercano a la localidad de Tigre, donde murió el ídolo. En la audiencia del martes, se leyó el testimonio de 2021 del médico personal de Maradona entre 1978 y 2009, Alfredo Cahe, fallecido en 2024.
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Según el escrito, Cahe vio a Maradona en noviembre de 2020, cuando se recuperaba de una neurocirugía en la Clínica Olivos. Todo le pareció “extraño” y Leopoldo Luque, médico del ex deportista al morir e imputado, no le contestó sus consultas sobre el estado de salud del paciente. La internación domiciliaria “era lo menos indicado” para Maradona ya que “debía estar bajo terapia intensiva con control del corazón constante y continuo”, dijo Cahe, quien opinó que hubo negligencia y apuntó la falta de control y de ingesta de medicación cardíaca.
“Con un correcto seguimiento y control (la muerte) era evitable”, aseguró en el testimonio. Además, declararon otros tres peritos, entre ellos la anatomo-patóloga Silvana de Piero, que analizó los órganos tras el deceso y detalló que el hígado mostraba signos compatibles con cirrosis, los riñones insuficiencia, los pulmones una patología crónica y el corazón signos de falta de oxígeno.
Siete profesionales de la salud (médicos, enfermeros, la psiquiatra y un psicólogo) son acusados de homicidio con dolo eventual, una figura que implica que eran conscientes de que su accionar podía ocasionar la muerte. Una octava acusada -enfermera- será juzgada en un proceso separado. Este juicio, que comenzó el 11 de marzo, se prolongará al menos hasta julio con la declaración de decenas de testigos. Los acusados arriesgan entre 8 y 25 años de prisión.