Una compleja situación afronta una madre que el año pasado denunció que su hija era víctima de bullying en una institución privada en Alto Paraná, y que desde el mes pasado comparece ante un tribunal en el marco de un proceso por supuesta difamación que derivó de sus denuncias.

La mujer denunciada, Danna Peña, pide encarecidamente a Emilia Santos, jueza penal de Liquidación y Sentencia N° 1 de Ciudad del Este y a su tribunal que sean justos ante el contexto que implica este caso. Ella declaró el viernes último y solo faltan los alegatos finales para dictar una sentencia. La directora de la institución exige un resarcimiento de supuesto daño de G. 40.000.000 y el pago de honorarios del abogado.

“Pido que se haga justicia, porque todo esto que está pasando deja un mensaje clarísimo: si yo siendo madre de la víctima estoy sentada en la silla de acusados en un juicio oral y público es como decirle a los niños: ¡Cállense si alguien les está haciendo algo, si se les está acosando! Cállense no digan nada porque si le cuentan a sus padres, pueden terminar así como terminé yo y quiero que se haga justicia”, dijo muy sentida en comunicación con La Nación-Nación Media.

La afectada manifestó que en varias ocasiones pidió acompañamiento de la institución educativa para frenar una presunta situación de acoso escolar, pero supuestamente recibió amenazas y más violencia por la institución donde acudían sus hijas, de donde finalmente las tuvo que desmatricular y terminó siendo querellada por docentes de la institución y está soportando un juicio oral y público por supuesta difamación.

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Bromas violentas

Su hija, que en ese entonces tenía 9 años y cursaba el cuarto grado, contó a su madre que tres de sus compañeras la hostigaban en la misma sala de clases y que la docente, aparentemente, minimizó la situación. Se inició con burlas y exposiciones al público porque la pequeña, que pertenece a una familia de artistas por su mamá, era parte de contenidos como videos en redes sociales, pero lejos de ser admirada por sus compañeras, era motivo de burlas y acosos, según la entrevistada.

De las burlas y hostigamientos pasaron a hechos de violencia disfrazados de accidentes y bromas, según el relato de la madre. Las tres compañeras que la menor afectada identificó, constantemente la chocaban y la golpeaban con el codo, pero luego se disculpaban diciendo que fue un accidente. Luego, le tomaron supuestamente del cuello fuerte en una ocasión, por unos segundos, para después soltarla y se reían, diciendo que era broma, describió la mujer hoy enjuiciada.

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Acusada de “crear disturbios”

La niña siempre comentaba a su profesora lo que pasaba, pero está nunca comunicaba a la madre de estos hechos; aunque la madre se enteraba de lo que pasaba con la niña porque tiene una excelente comunicación con su hija, explicó. En otra oportunidad, una de las niñas volvió a realizar esto ya en el baño de la institución, la niña volvió a comunicar y en represalia a las insistentes quejas a su maestra esta le habría bajado una calificación, hecho que detonó esta situación.

Ella fue a buscar explicaciones solicitando revisión de las notas de su hija, donde la docente y directora procedieron a encerrarla en una de las salas acusándola de crear disturbios en la institución, por todo lo que estaba pasando. Ese mismo día realizó la denuncia en la Codeni y en la Defensoría de la Niñez, pero hicieron caso omiso a su pedido de intervención. Además refirió que cuando fue a retirar a sus hijas del colegio, la directora presuntamente la amenazó que la iba a denunciar por difamación, lejos de acceder a esclarecer todo lo que estaba pasando. La madre asegura que con toda esta situación tuvo que retirar a su hija de sus clases de danza y piano para ahora pagar terapias psicológicas.

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