De acuerdo a publicaciones de medios de prensa extranjeros, existen las presunciones de que un narcotraficante colombiano que había sido detenido y permanece recluido en nuestro país, supuestamente, podría estar bajo la mira de las autoridades en el caso del asesinato del fiscal Marcelo Pecci, perpetrado el 10 de mayo pasado en Colombia.

Dos días después del asesinato del fiscal, la Policía Nacional realizó una serie de allanamientos en la Agrupación Especializada y las cárceles de Tacumbú y Emboscada, y en otra penitenciaría del interior del país, cuyos detalles no trascendieron. El objetivo principal, revisar las celdas de varios condenados de alta peligrosidad que habían sido objeto de investigación por parte del funcionario del Ministerio Público. En la ocasión, las autoridades incautaron aparatos celulares y tablets que serán sometidos a pericias en el marco de la investigación.

Los intervinientes no divulgaron los nombres de todas las personas que fueron requisadas, mientras que ese mismo día, el jueves, el diario El Espectador, de Bogotá (Colombia), se hizo eco de esos procedimientos y citó el nombre del colombiano Marcelo Díaz Vélez como uno de los que fueron sometidos a requisa en la ocasión. Sí trascendió, que entre las celdas inspeccionadas se encontraba la del brasileño de origen libanés Kassem Mohamad Hijazi, requerido por Estados Unidos, quien había sido capturado en agosto del 2021 durante un operativo liderado por Pecci.

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“En Paraguay ponen la lupa sobre Marcelo Díaz Vélez, un colombiano que está recluido en una cárcel de ese país. Díaz es señalado del envío de alrededor de 447 kilos de cocaína que fueron incautados en Bolivia. Además, también estuvo, supuestamente, implicado en el envío de más de 900 kilos a España. Y ahora, recientemente, su celda fue registrada por autoridades paraguayas, quienes tienen indicios que podría existir una relación entre el supuesto capo y el crimen”, detalló El Espectador.

El sitio Cabildeo Digital reprodujo parte de esa información publicada por el diario colombiano en una extensa nota en la que cita al colombiano, pero bajo el nombre de Miguel Díaz Vélez, y lo vincula, supuestamente, con figuras políticas, diplomáticas y personalidades de Bolivia. La publicación incluye una fotografía en la que se observa a Díaz Vélez junto al expresidente boliviano Evo Morales.

Cita a Díaz Vélez, además, como presunto amigo del exembajador boliviano en Asunción, Mario Cronenbold, quien se vio envuelto en una polémica y debió pedir disculpas públicas en octubre del año pasado tras el desafortunado video que subió a TikTok con su equipo de tereré, imitando el acento paraguayo y fingiendo hablar guaraní, hecho que devino en su separación del cargo por parte del gobierno de Bolivia.

“Díaz Vélez vivió en Bolivia, pero en el 2011 huyó al Paraguay cuando fue acusado de narcotráfico y se descubrió que tenía vínculos con el entonces alcalde de Warnes (Bolivia), Mario Cronenbold, quien fue detenido por primera vez precisamente por su relación con este colombiano. Cuando alegó su inocencia, Cronenbold dijo que solo había jugado un partido de fútbol con Díaz Vélez”, publicó el Cabildeo Digital.

El colombiano Marcelo Díaz Vélez había sido detenido el 12 de junio del 2019 en un lujoso edificio en Santa Teresa, Asunción, en el marco de la denominada “Operación Pescador” realizada por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y el Ministerio Público para desarticular una estructura internacional que utilizaba a Paraguay como ruta aérea de cocaína procedente de Bolivia, con destino final a Brasil o Argentina.

Durante esos procedimientos, que también se realizaron en la región del Chaco, fueron incautados 457 kilos de cocaína. Además del ciudadano colombiano, fue arrestado también Darwin Fleitas Benítez, de 33 años de edad y secretario de Díaz Vélez.

El otro aprehendido es Atilano Arteta Aponte, quien, presuntamente, operaba como el líder logístico en Paraguay. El hombre fue detenido en una lujosa vivienda en Fernando de la Mora. También fueron aprehendidos sus hijos Cristhian Arteta Marín, Rolando Arteta Marín y Derlis Michel Arteta Marín.

Las pesquisas sobre esa investigación se habían iniciado ya en febrero del 2019 y hacían referencia a informaciones de inteligencia sobre la existencia de una organización criminal integrada por personas de nacionalidad colombiana, boliviana y paraguaya, que se dedican al tráfico internacional de cocaína.

De acuerdo a esas informaciones de inteligencia, las cargas llegaban a nuestro país en avionetas provenientes de Bolivia, las cuales aterrizaban en pistas clandestinas, donde conseguían la logística necesaria para realizar reabastecimiento de las citadas aeronaves para salir nuevamente con la carga de droga con destino final a Argentina o Brasil, utilizando así a nuestro país como territorio de tránsito para concretar el tráfico internacional.

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