Ciudad del Este. Agencia Regional.

Wilson Miguel Scappini Villalba, de 29 años, quien se desempeñaba como guardia del Poder Judicial fue sentenciado a 25 años de prisión más 5 años como medida de seguridad por el asesinato de Diana Eveline Mereles Duarte, quien era jueza en lo Civil, Comercial y Laboral de Hernandarias. La medida fue dada a conocer esta tarde por el Tribunal de Sentencia presidido por la magistrada Flavia Recalde y conformado por los jueces Milciades Ovelar y Carlos Vera, tras culminar el juicio que se inició la semana pasada.

La fiscala Natalia Montanía fue la encargada de presentar la acusación y tras presentar los alegatos solicitó la pena de 30 años de prisión, más 10 años de medida de seguridad. Scappini Villalba llegó a asumir la autoría del asesinato, pidió disculpas y dijo no recordar lo que pasó. La defensa solicitó una pena atenuada alegando trastorno mental transitorio a causa del consumo de estupefacientes.

El Tribunal de Sentencia explicó que uno de los elementos relevantes para la comprobación de la autoría y la alevosía con que se actuó fue el audio del circuito cerrado que, si bien no tenía imágenes, sí comprobó 42 minutos de sufrimiento que tuvo la víctima cuando era agredida por su victimario, así como sus pedidos de auxilio y cómo le señalaba al autor que lleve todo lo que ella tenía, pero que la deje.

Para los magistrados no había elementos para considerar una pena más atenuada porque el autor confeso, en su declaración, recordó con detalles lo que hizo en el día, pero dijo recordar el momento en que cometió el crimen de Diana Eveline.

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El homicidio ocurrió el 27 de junio del 2020 en la sede judicial de Hernandarias pocos minutos después de las 15:00 cuando la jueza Diana Eveline se disponía a dejar su despacho. Scappini Villalba subió al segundo piso del edificio judicial y una vez en la segunda planta, el guardia de seguridad tomó un extintor que estaba adherido por la pared y golpeó a la magistrada. Diana Eveline cayó por las escaleras hasta el entrepiso, momento en que comenzó a forcejear con su agresor, que había bajado detrás de ella. Allí, se activó el extintor, dejando rastros de polvo químico en las escaleras y el entrepiso.

En esas condiciones llegaron hasta la planta baja, donde la víctima gritaba pidiendo auxilio, pero el hombre se apoderó de un cable que servía de alargue tratando de estrangular a la mujer y luego la arrastró hasta el pasillo de la Defensoría, donde le aplicó golpes a la cabeza con una piedra. El fallecimiento fue a causa del traumatismo de cráneo.

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