La defensa legal del ministro de Inteligencia, Esteban Aquino, celebró la decisión de la Justicia de enviar finalmente a juicio oral y público a Cristina Arrom, hermana del prófugo de la Justicia, Juan Arrom, por sus declaraciones vertidas contra el funcionario ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Sostienen que lo afirmado por la mujer resulta totalmente falso y que carece de pruebas, por lo que esperan que la Justicia pueda determinar esta situación a través de un juicio.
Así explicó el abogado Esteban Aquino, representante legal e hijo del ministro de Inteligencia, en conversación con La Nación. El profesional en leyes mencionó que ahora el caso vuelve a su estado original en el que debía elevarse a juicio oral y público.
Recordó que la Dra. Blanca Gorostiaga, jueza que atendía la causa, primeramente dispuso elevar a enjuiciamiento la querella presentada por el ministro. Ya en puertas de la realización del mismo, sorpresivamente la misma magistrada emana una sentencia definitiva mediante la cual desestima la denuncia presentada y anula su decisión de ir a un juicio.
“Ahora, la Cámara de Apelación fue clara en ese sentido. No entraron a debatir el fondo de la cuestión pero encontraron el defecto de que la jueza toma dicha decisión de oficio y emite una sentencia definitiva antes de un juicio”, expuso Aquino.
Fecha del juicio se conocerá en semanas
El abogado destacó que en las próximas semanas debería asignarse un nuevo juez a la causa, para la prosecución del juicio oral y público de la hermana del secuestrador prófugo de la Justicia. “Nosotros, a través de esta querella, lo que pretendimos siempre fue que Cristina Arrom se rectifique en una audiencia de igual o mayor alcance, porque recordemos que ella declaró ante la Corte Interamericana, que fue transmitida de manera masiva e internacional”, mencionó.
El también experto en derecho internacional sostuvo que la demandada reprodujo acusaciones serias que conciernen a hechos graves y de lesa humanidad como tortura, secuestro, lo que lógicamente agravió a su padre, siendo que ya habían aclarado la situación presentándose de forma libre y voluntaria ante el Ministerio Público. “En aquella ocasión, el abogado Diego Bertolucci en representación a la familia Arrom nos pidió disculpas en nombre de sus representados, luego de que hayamos presentado pruebas de que ni mi padre y yo estábamos en el país cuando supuestamente ocurrió lo denunciado”, expresó.
Aquino agregó que tras el cierre del caso dieron vuelta a la página pero que ahora, luego de 17 años, Cristina Arrom salió con la misma acusación en una audiencia ante una corte internacional. “Esto generó un agravio nuevamente, una cicatriz que se volvió a abrir. Entonces, ya no dejamos pasar y procedimos a denunciar. Nuestros reclamos son fundados y amparados por la propia Convención de los Derechos Humanos, que protege la reputación, honor y dignidad de toda persona y también en el Pacto de San José de Costa Rica que garantiza el acceso a la Justicia”, mencionó.
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Fallo de la Corte no puede afectar caso
Por otra parte, remarcó que la jueza Gorostiaga no pudo haberse basado en el fallo de la Corte Interamericana de Desarrollo Humano (CIDH), el cual ordenó el cese de todo tipo de acción legal por parte del Estado paraguayo en contra de los afectados en la causa, ya que el ministro Esteban Aquino accionó en su carácter de ciudadano y no en nombre del Gobierno.
“Nosotros sabemos y conocemos de la trayectoria de la Dra. Gorostiaga. Calculo que se dejó llevar por algunas personas que podrían haberle indicado que sentaría un precedente de desobedecimiento a una corte internacional y cayó en ese error. No tiene lógica la suspensión del juicio. Nosotros nos habíamos presentado a la audiencia de conciliación, nunca tuvimos respuesta. Solo queríamos que Cristina Arrom se rectifique a través de los medios de comunicación. Ahora por una cuestión de honor, queremos que la Justicia dé la razón sobre los hechos. Tenemos todas las pruebas que indican que las circunstancias mencionadas no son ciertas y de imposible cumplimiento”, culminó.