Marcelo Sosa Díaz, imputado por el quíntuple homicidio registrado días atrás en el microcentro de Asunción, declaró ayer en la sede del Ministerio Público. El mismo dijo que conoció a Bruno Marabel el día 6 de octubre, fecha en que se debía realizar una cena en la vivienda hoy conocida como la “Casona del Horror”.
El abogado Néstor Candia, quien ejerce la defensa del imputado, señaló: “Mi cliente solamente tuvo la vinculación con Bruno Marabel en fecha 6 de octubre, día en que su hermana Araceli le invitó a una cenita y donde él quería que se vaya para manejar una notebook para un probable karaoke”.
A continuación expresó que “la fiscala no tiene elementos contra mi defendido para demostrar que Sosa Díaz y su hermana participaron del homicidio”. Añadió que el Ministerio Público no puede explicar en qué grado actuó su representado en el grave hecho sucedido y es por ello que “nosotros sostenemos que no se tiene ningún elemento vinculante contra Marcelo Sosa”, señaló.
Candia adelantó que están estudiando la posibilidad de plantear la revocatoria de la prisión preventiva de Sosa Díaz debido a que no se tienen elementos que puedan demostrar su responsabilidad en el caso y que “por eso corresponde que el mismo recupere su libertad de forma inmediata”, indicó el profesional del derecho.
El profesional criticó la actuación del Ministerio Público y sostuvo que se demostrará la inocencia de su cliente. Mencionó que la computadora incautada en la casa del terror fue sometida a pericia.
IMPUTADOS
La fiscala Esmilda Álvarez imputó por feminicidio a Bruno Javier Marabel Ramírez, principal sospechoso del quíntuple crimen en el microcentro. Las personas que lo acompañaban fueron también imputadas por homicidio doloso en grado de tentativa. Las mismas son Alba Rosalía Armoa Núñez (18), actual pareja de Marabel; María Araceli Sosa Díaz (22), compañera de trabajo de esta última y Marcelo Gabriel José Díaz (23), hermano de María Araceli. Por no haber pruebas en su contra, se ordenó la desvinculación del caso de Jorge Luis Samaniego López (36), el taxista con el que huyeron.