El multimillonario empresario paraguayo Antonio J. Vierci tenía varias empresas de portafolio creadas en paraísos fiscales, según revelaron las filtraciones del escándalo de los Panamá Papers. Estas empresas eran usadas para cerrar contratos millonarios por los derechos televisivos de los partidos de la selección paraguaya. Vierci también fue invocado por los testigos que declararon en la Corte de Brooklyn en la caso FIFAgate. Incluso, uno de los fiscales norteamericanos exhibió la fotografía del empresario en pleno desarrollo del juicio en diciembre del año pasado. La investigación sigue abierta para la justicia de los Estados Unidos.

Los documentos confi­denciales de la firma panameña de abogados Mossack Fonseca, que fueron filtrados a la prensa mundial a través del Consorcio Interna­cional de Periodistas de Inves­tigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), revelaron entre otras cosas que el multimillonario empresario paraguayo Anto­nio Juan Bautista Vierci Men­doza, más conocido como A.J. Vierci, tenía varias empresas de portafolio, como por ejemplo Ciffart Sport SA y Juampa Tra­ding Corp., esta última creada en julio de 1996 en Bahamas.

Todas estas empresas tienen en común que fueron gestio­nadas por el mismo estudio jurídico y, según se supo, apa­recen otras más que también estarían vinculadas al grupo empresarial de A.J. Vierci y tie­nen el mismo denominador.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

A pesar de haber negado insistentemente cualquier vínculo con estas empresas, finalmente, cuando se filtró la información, se confirmó que Vierci era accionista de las citadas firmas “de escrito­rio”, que fueron creadas para hacerse con los derechos de televisación de los partidos de la selección paraguaya, entre otras cosas, y también tenía negocios con al menos una de las empresas acusadas de sobornar a dirigentes del fútbol sudamericano.

Según los documentos filtra­dos a la prensa, Ciffart Sport SA fue creada en Panamá a través de Mossack Fonseca por el Grupo Vierci, apenas unas semanas después de que Juan Ángel Napout, actual­mente con proceso en EEUU, asumiera como presidente de la APF.

Dos meses después consiguió los derechos de televisación de los partidos de la Albi­rroja. Para ello presentó una oferta de casi US$ 6.000.000, cuando tenía capital decla­rado de apenas US$ 10.000.

Ciffart Sport SA tam­bién aparece vincu­lada a Datisa, una de las empresas acusadas por la justicia estadounidense de haber pagado sobornos a dirigentes de la Confede­ración Sudamericana de Fútbol (Conme­bol) para adjudicarse los dere­chos de transmisión de todas las competencias organizadas por esta última.

En junio del 2015, a pocas horas del inicio de la Copa América de Chile y siendo cen­tro de un sinnúmero de cues­tionamientos por las nego­ciaciones para la cesión de los derechos de transmisión a las radios paraguayas, que debían pagar una cifra exorbitante por las transmisiones, Ciffart Sport pagó un espacio reser­vado en los medios de prensa escrita en el que aseguraba no tener ni haber tenido nunca relación alguna con las empre­sas Traffic o Datisa, ambas fir­mas salpicadas por el escán­dalo de corrupción conocido como FIFAgate.

Sin embargo, poco después se dio a conocer un contrato por el cual Datisa le cedía los dere­chos de transmisión radial de los partidos de la Copa Amé­rica de Chile a Ciffart y esta a su vez a la firma Servicios Digitales SA, otra empresa del Grupo Vierci, que se encar­gaba de las negociaciones con las diferentes emisoras interesadas en poder transmitir los partidos de la competencia.

Los precios de los derechos para las radios oscilaron entre los US$ 20.000 y US$ 5.000. Las negociaciones fueron rea­lizadas por Alejandro Peralta Vierci, director de medios del Grupo Vierci y sobrino de A. J.

La Nación accedió a documentos que prueban que Pablo Troche tiene la representación de Ciffart ante la APF para la transmisión de los partidos de la Albirroja. Se firmó el 4 de octubre del 2011.

SU FOTO EN LA CORTE DE BROOKLYN

El pasado 6 de diciembre del año pasado, en plena sala donde se llevó a cabo el jui­cio por el caso FIFAgate en la Corte de Brooklyn, el fiscal norteamericano exhibió en un proyector la fotografía del empresario paraguayo Anto­nio J. Vierci al testigo Nelson Sanabria, en el momento de su declaración.

Sanabria, quien fuera asistente del ex presidente de la Conme­bol Juan Ángel Napout, había sido convocado al estrado como otro de los testigos del juicio. “¿Usted conoce a este hombre?”, preguntó el fiscal. Sanabria respondió: “Sí, lo he visto en varios eventos orga­nizados por la Conmebol”. El testigo agregó que una vez lo llamó para saber si podrían darle una ayuda con algunos sorteos.

El fiscal ya no volvió a insis­tir al respecto al testigo, pero luego la abogada de Napout, en el momento de formular preguntas a Sanabria, le pidió que aclare en qué contexto se refirió al empresario Antonio J. Vierci, y el testigo dijo que llamó a su oficina para saber si podía asistir a un sorteo de uno de los torneos organizados por la Conmebol, según refiere la crónica de nuestro enviado especial a EEUU, el periodista Jorge Torres Romero.

A juzgar por los rostros del numeroso equipo de aboga­dos que formó parte del bufet de la defensa de Napout, generó gran estupor ver la imagen del empresario paraguayo Anto­nio J. Vierci proyectada en una pantalla gigante ubicada a la mano izquierda de la sala del juicio oral, donde por disposi­ción general ningún miembro de la prensa puede grabar, fil­mar o sacar fotografías.

Esta no fue la primera vez que el apellido Vierci se men­cionó en el juicio, pero sí sor­prendió que la Fiscalía tenga bien identificado al empre­sario paraguayo, lo que hizo suponer que siguen reca­bando información acerca de su participación en todo este esquema del pago de sobor­nos a dirigentes del fútbol.

El que en forma categórica había invocado el nombre de Vierci fue el ex empleado de la empresa Full Play Santiago Peña, cuando en el momento de su intervención en el jui­cio mencionó que el dueño del Grupo Vierci había fir­mado un contrato con Full Play para ceder los derechos de televisación de los parti­dos de la selección paraguaya.

La copia de dicho contrato fue arrimada a la declaración de Peña, por lo que la Fisca­lía ya estaría atando cabos en cuanto a su participación en el esquema. Es que Peña declaró que Napout, cuando era pre­sidente de la APF, recibió una coima de US$ 1 millón, pagada por Mariano y Hugo Jinkis, dueños de Full Play y socios de Datisa, por los derechos de transmisión de los partidos de la selección de Paraguay. Y es aquí donde surgen las dudas: Si los derechos de Paraguay los tenía Ciffart (Grupo Vierci), ¿por qué los Jinkis pagarían a Napout una coima? ¿Qué otros vínculos tenían los Jinkis y Vierci?

ANTECEDENTES DEL CASO

El FIFAgate es considerado el escándalo de corrupción más grande que ha ensuciado al fút­bol y en el que “cayeron” altos dirigentes que han manejado por décadas el balompié mun­dial. En el sonado caso están implicados pesos pesados de la Federación Internacional de Fútbol Asociados (FIFA), ex directivos de la Concacaf y de la Conmebol, entre ellos los para­guayos Juan Ángel Napout y Nicolás Leoz, cabecillas detodos los delitos cometidos, según informes de la justicia nortea­mericana y testigos clave.

Algunos de los delitos por los cuales están acusados y pro­cesados varios de los ex direc­tivos del fútbol mundial son: fraude, lavado de dinero, soborno y asociación crimi­nal. Se calcula que el monto de las coimas con las empre­sas dueñas de los derechos de televisación y algunas marcas publicitarias supera los US$ 150 millones.

CENSURA DE MEDIOS DE VIERCI NO PASÓ DESAPERCIBIDA

El conglomerado de medios del Grupo Vierci, en sus diferentes espacios informativos de ayer, llamativamente censuró la difusión de la tapa del diario La Nación, titulado “A.J. Vierci y el origen turbio de su fortuna”. Los habitua­les presentadores de Telefuturo, Óscar Acosta y María Teresa López, quienes tienen a su cargo la lectura de las tapas de los diarios de circulación nacional, sorprendieron al omitir la difusión de la portada de nuestro diario.

Sin ninguna explicación, como no ocurrió antes, optaron por censurar a La Nación en Día a Día, un programa con el que Telefuturo arranca la madru­gada con las principales noticias de la mañana. Todos los otros medios de comunicación, que no pertenecen al Grupo Vierci, otorgaron espacios a todos los periódicos, como lo hacen siempre. El tema de portada de ayer hacía alusión al inicio de una serie de artículos de investigación sobre el origen de la fortuna de A.J. Vierci, que continúa hoy.

Este “silencio” de Telefuturo y de las radios del holding de medios de Vierci hizo bastante “más ruido” y llamó la atención de propios y extraños. Todo indica que hubo una “orden superior” de censura de una noticia que, aunque no guste a sus directivos y periodistas, existe, está a disposición de todos en varias plataformas y genera gran interés en la ciudadanía.

Los conductores de programas de TV y de radios de Vierci se jactan de ser transparentes, honestos y defenso­res de la libertad de prensa y expresión, sin embargo, con esto dejan bien en claro que cuando la información no les conviene o no se ajustan a los intereses de “Don Antonio”, se puede pisotear la palabra y pasar por alto la ética y los valores pregonados.

Déjanos tus comentarios en Voiz