Semana decisiva para que la fiscala Esmilda Álvarez presente imputaciones contra las personas que fueron reconocidas en varias imágenes en aquella madrugada del 1 de abril del 2017 cuando plantaron evidencias tras la muerte del joven dirigente liberal en el local del PLRA.
La agente del Ministerio Público Esmilda Álvarez, quien investiga una posible frustración a la persecución penal por parte de varios adherentes del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), aquella madrugada del 1 de abril tras el crimen de Rodrigo Quintana, ya cuenta con el informe pericial realizado por el Laboratorio Forense del Ministerio Público de las nuevas imágenes que saltaron a la luz hace más de un mes donde se observan a varias personas plantando evidencias.
Con los resultados de la mencionada pericia se aguardan las primeras imputaciones de las personas que fueron identificadas por los medios de comunicación y que fueron observadas claramente en las diversas imágenes.
Por ello esta semana es decisiva para pasar a la otra etapa procesal, como las declaraciones indagatorias. La pericia es clave para la prosecución de la investigación, de las imágenes que no fueron suficientemente valoradas o mejor, que fueron obviadas por el Ministerio Público.
En las imágenes que tiene el Ministerio Público se observan que pocos minutos después de caer la víctima, aquella madrugada del 1 de abril del 2017, varios adherentes empezaron a armar un esquema que posteriormente vendieron a los intervinientes.
En el pasillo, los adherentes, como Olga Paredes, Fernando Cáceres, Mabel Cantero, quien fuera chofer de Efraín Alegre, de nombre Osvaldo Sánchez, como el custodio del diputado Eusebio Alvarenga, el suboficial Juan Ramón Garcete, entre otras personas aún no identificadas, alteraron la escena del crimen, plantando vainillas para luego ser levantadas por Criminalística de la Policía Nacional, como del Ministerio Público.
Mientras esto pasaba en el pasillo, en el primer piso, el hijo del presidente liberal Efraín Alegre Irún encabezaba junto con Stiven Patrón la maquinaria para cambiar todas las CPU de la oficina de líder del PLRA, para llevarlas a otras oficinas.
No se puede obviar la actuación del suboficial Arnaldo Andrés Báez, quien prácticamente fue un aliado de los liberales, tras el crimen, ya que primeramente manifestó que fue torturado por los liberales, sin embargo solo se observa que le rodearon, por lo que entregó su escopeta a su camarada Juan Garcete, custodio del diputado Eusebio Alvarenga. Posteriormente tuvo tiempo para ir hasta la guardia de la Comandancia de la Policía Nacional y luego volver a la sede liberal, para quedarse en la oficina de Efraín Alegre, armando así su coartada.
SE AFERRA A SER QUERELLA POR PARTE DEL PLRA
Pese a que los representantes de la hija y heredera de Rodrigo Quintana, Ana Mora y Fabián Ramírez Mora, tienen prioridad en el proceso, la otra querella encabezada por Guillermo Duarte Cacavelos, que supuestamente representa a los padres de la víctima, pero que en realidad es del PLRA, no quiere apartarse del caso, ya que lo suyo es meramente político, como lo ha demostrado en su acusación, que lo pone de víctima a quien le paga el sueldo, Efraín Alegre, presidente azul.
Durante la última revisión de medidas del acusado Gustavo Florentín, la fiscala Marlene González salió a defender a su amigo Duarte Cacavelos y lo mandó al frente a los abogados Víctor Raúl y Ricardo Estigarribia y de la otra querella Fabián Ramirez y Ana Mora, ya que supuestamente han vapuleado a los agentes del Ministerio Público por los medios de prensa y que el caso se convirtió en algo mediático.