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El de Carmen Corina Alonso es un caso digno de estudio o casi un ejemplo de supera­ción, aunque a base de sala­rios pagados con dinero de los contribuyentes. Cinco años al frente de la Diben le valieron a su extitular para experimentar un cre­cimiento patrimonial envi­diable, que pasó de ser una modesta funcionaria a ser dueña de varios inmue­bles y hasta convertirse en ganadera.

De acuerdo con lo que consta en la página web de la Contra­loría General de la República, Alonso presentó un total de seis declaraciones juradas de bienes y renta. La primera fue en 2016, cuando la licenciada en psicología trabajaba en tres lugares: el Hospital Psi­quiátrico del Ministerio de Salud, el Hospital Regional de Paraguarí y el Centro de Psiquiatría y Psicoterapia del Instituto de Previsión Social (IPS).

En ese entonces, Alonso hizo figurar una camioneta marca Kia Tipo Sportage valorada en G. 230 millones.

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No declaró ningún bien más. Ni inmuebles, ni inversiones, ni siquiera muebles. Además, hizo constar deudas por G. 130 millones, cuyo saldo era de G. 50 millones. Con esto, su patrimonio neto era de “apenas” G. 180 millones.

En las siguientes declara­ciones juradas presentadas en 2017 y 2018, esta última cuando asumió como titular de la Diben, no existió varia­ción alguna. Seguía decla­rando la misma camioneta y las mismas deudas.

CRECIMIENTO EN PANDEMIA

La situación patrimonial de Alonso cambió radical­mente para mayo de 2020. Para ese entonces pasó de no poseer siquiera un inmue­ble, a declarar varias pro­piedades a su nombre. Por ejemplo, dijo ser propieta­ria de una granja de 170.000 metros cuadrados, tasada en G. 370 millones.

Además, declaró una vivienda en Asunción a la que valoró en G. 350 millones y otra casa en Yaguarón, tasada en G. 220 millones.

A las inversiones en inmue­bles, se le sumó la actividad ganadera, declarando ser propietaria de 40 cabezas vacunas por G. 112 millones. Seguía siendo propietaria de la misma camioneta, pero también aparecieron elec­trodomésticos por cerca de G. 40 millones, equipos de ofi­cina por G. 5 millones y joyas por G. 1.500.000.

En 2023, cuando dejó el cargo, seguía declarando lo mismo, aunque ya tenía 60 cabezas de ganado vacuno, alcanzando los G. 168 millo­nes de inversión en su granja en Guazu Cua, departamento de Paraguarí.

Sin embargo, no deja de ser llamativo el relativo precio bajo declarado por Alonso quien decía ser criadora de animales de la raza nelore, una raza cuyo precio suele ser mucho mayor que el decla­rado por la extitular de la Diben.

CASI 500 % MÁS

Cuando dejó el cargo, Alonso declaró activos por más de G. 1.250 millones y deudas de G. 182 millones. Con esto, su patrimonio neto era de G. 1.088 millones. Es decir, expe­rimentó un crecimiento patri­monial de 493 % con respecto a lo que decía tener en 2016.

Precisamente este inusual crecimiento fue el que motivó que en mayo pasado la CGR presentara una denuncia contra Alonso ante el Minis­terio Público.

“Habíamos iniciado el exa­men de correspondencia por pedido del Senado. Se le corrió traslado de las obser­vaciones que habíamos detectado; sin embargo, ella no contestó”, indicó entonces Armindo Torres, director de Declaraciones Juradas de la CGR al canal GEN.

Alonso no respondió en tiempo y forma a los reque­rimientos planteados por la Contraloría, lo cual derivó en que el caso sea remitido al Ministerio Público, a fin de llevar adelante una investiga­ción penal.

Las inconsistencias guardan relación con un inusual creci­miento patrimonial durante el periodo 2018-2020, cuando la misma ya había asumido la titularidad de la Diben en el gobierno anterior.

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