La Contraloría General de la República (CGR) ordenó la apertura de una auditoría a la Municipalidad de Villa Elisa, encabezada por el liberal Sergio Agustín Estigarribia Medina, hermano del gobernador de Central, Ricardo Estigarribia. La comuna sirvió como trampolín para el crecimiento patrimonial del clan Estigarribia.

  • Unidad de Investigación Nación Media

La CGR comunicó la apertura de una audi­toría de cumplimiento a la Municipalidad de Villa Elisa, encabezada por Sergio Estiga­rribia. En concreto, la auditoría se centrará en la ejecución pre­supuestaria. La coordinación, seguimiento y cumplimiento de los trabajos dispuestos estarán a cargo del titular de la Dirección General de Control de Organis­mos Departamentales y Muni­cipales. “Asimismo, se comunica que el equipo auditor realizará entrevistas, solicitudes y verifi­caciones in situ, tanto en la sede de la institución, como en áreas de influencia de los programas y proyectos ejecutados, en cum­plimiento de lo dispuesto en la resolución arriba mencionada, y que la solicitud de provisión de documentos e informes se cana­lizará a través de la supervisora y/o jefe de Equipo, sin perjuicio de que el equipo auditor labre actas CGR para la obtención de determinados documentos e informes, que por su natura­leza puedan ser entregados sin más trámite para su análisis”, refiere la nota remitida por el ente contralor al jefe comunal.

EL CRECIMIENTO CON LA POLÍTICA

De quinielero a millonario político. El caso del goberna­dor de Central, Ricardo Esti­garribia (PLRA), es digno de estudio. Es que el jefe del Eje­cutivo departamental siempre se escudó en sus modestos ini­cios como corredor de quinie­las; sin embargo, actualmente es todo un potentado.

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Estigarribia experimentó un rápido crecimiento desde su lle­gada a la política, de acuerdo con lo que se detecta en sus declara­ciones juradas de bienes y renta (DD. JJ.) publicadas en la página web de la Contraloría General de la República (CGR).

La primera manifestación de bienes data de diciembre de 2015. En ese documento, Esti­garribia decía tener dos inmue­bles tasados en G. 730 millones, una camioneta tasada en G. 150 millones y en efectivo tenía otros G. 200 millones. Las pri­meras compras de inmuebles declaradas figuran desde el 2010, tiempo en el que Estiga­rribia daba sus primeros pasos como concejal.

En total, para 2015 sus activos alcanzaban los G. 1.080 millones

Para 2023, Estigarribia decla­raba ya cuatro inmuebles tasa­dos en G. 854 millones, había cambiado su camioneta por una tasada en G. 481 millones. En muebles, que no declaró en 2015, había acumulado ya G. 128 millones y en efectivo tenía G. 25 millones. Para el momento de asumir como gobernador, sus activos habían superado los G. 1.489 millones.

UNA FAMILIA MILLONARIA

Pero el bienestar no solo alcanzó al político liberal. En los últimos años, el clan Esti­garribia ha captado la atención pública no solo por la trayecto­ria política de sus miembros, sino también por sus sorpren­dentes inversiones inmobilia­rias. A pesar de sus humildes orígenes, Edith Rosa Medina Verón, Gladys Zunilda “Nuni” Medina Galeano, madre y her­mana del actual gobernador Ricardo Alfredo Estigarribia, han invertido cifras que des­lumbran, y no menos intri­gante es la participación de Lissi Romina Medina Fretes, esposa del gobernador.

Según documentos revelados por la Abogacía del Tesoro, en menos de dos años, las tres mujeres han inyectado aproxi­madamente USD 1,5 millones en efectivo en tres empresas vinculadas al clan Estigarri­bia. Lo que llama la atención es el origen de estos fondos, con­siderando que la matriarca, Edith Rosa Medina Verón, ha sido conocida en su comunidad como una modista de barrio. No obstante, sus inversiones parecen más propias de gran­des magnates de la moda inter­nacional que de una modesta costurera.

Uno de los casos más destaca­dos es el de RM8 Desarrollo SA. En esta empresa, Edith Rosa Medina Verón figura con un aporte en efectivo de G. 4.000 millones, mientras que su hija, Gladys Zunilda “Nuni” Medina Galeano, ha contri­buido con G. 1.000 millones adicionales. Ambas mujeres, de origen humilde, hoy apa­recen como propietarias de al menos tres cuentas corrien­tes y fincas ubicadas en Villa Elisa, donde se ha construido un imponente depósito.

Además, Tecno Capital SA es otra empresa bajo el radar. En esta sociedad, inicialmente aparecían como accionistas Víctor Manuel Núñez Sama­niego, un funcionario del Minis­terio de Educación, junto con RM8 Desarrollo SA. El capital integrado en efectivo de esta empresa asciende a G. 2.500 millones, una cifra que con­trasta con lo declarado por el funcionario en su patrimonio.

Otra empresa bajo el control de la familia es Las Azas SA, que registra aportes en efec­tivo de G. 1.500 millones. Aquí, Lissi Romina Medina Fretes, esposa del goberna­dor Ricardo Estigarribia, figura con acciones por G. 600 millones, mientras que Nuni Medina Galeano aporta otros G. 900 millones. La empresa no solo maneja varias cuentas corrientes, sino también una quinta ubicada en Piribebuy, un terreno verde que limita con un arroyo. Durante una visita al lugar, un cartel que decía Quinta San Andrés, en homenaje al padre falle­cido de los hermanos Esti­garribia, desapareció mis­teriosamente tras alertar a los propietarios con nuestra presencia.

Otro bien notable vinculado a Las Azas SA es una cuenta corriente que el mismo gober­nador Estigarribia declaró ante la Contraloría. Este inmueble incluye una terraza con piscina, adyacente a su imponente residencia. La transición de Estigarribia de quinielero a una de las autori­dades con mayor crecimiento patrimonial ha sido tan veloz como controversial.

MOTEL A FUERZA DE FONACIDE

El entramado financiero del clan no se detiene en las muje­res de la familia. Ricardo Fer­nández Campuzano, cuñado de los hermanos Estigarribia, también ha visto un ascenso económico sorprendente. En actas de asamblea, figura como accionista de Asispar SA, una empresa que recibió adjudi­caciones directas por G. 1.872 millones durante la intenden­cia de Ricardo Estigarribia para proveer almuerzos escolares. No obstante, en 2020, Asispar SA diversificó su negocio, inau­gurando un motel, lo que amplía aún más las ramificaciones eco­nómicas de la familia.

Las propiedades vinculadas al clan Estigarribia suman al menos una decena distribuidas en distintas localidades. Las pre­guntas sobre el origen de estos recursos y cómo una familia, cuya matriarca era una modista, ha logrado acumular semejante fortuna, siguen en el aire. Las investigaciones continúan, pero lo cierto es que las finanzas del clan Estigarribia, especialmente las de sus mujeres, no pasan des­apercibidas en el ámbito econó­mico y político del país.

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