Una oscura administración en la Municipalidad de Villa Elisa con contratos directos adjudicados discrecionalmente por vía de excepción a empresas de su clan familiar, el exintendente de Villa Elisa y actual gobernador de Central, Ricardo Alfredo Estigarribia, se convirtió de humilde quinielero a potentado político. Su paso por la intendencia le redituó fortuna, su patrimonio se duplicó en dos periodos de intendencia. Es considerado como una de las autoridades con mayor crecimiento patrimonial de los últimos años; sin embargo, la mamá del ahora jefe departamental, una modista de humilde origen, junto con la esposa y la hermana del mismo, se atribuyen el crédito de miles de millones de guaraníes distribuidos en sociedades anónimas.

El liberal Ricardo Alfredo Estigarribia Medina, exintendente de Villa Elisa y actual gober­nador del departamento Cen­tral, pasó de ser un modesto quinielero para convertirse en un millonario empresario.

Su caso es digno de estudio ya que sus inicios en la polí­tica como concejal munici­pal, luego de su humilde ofi­cio de corredor de quiniela, le allanó el camino a una pros­peridad que solo puede atri­buirse a una receta mágica de la fortuna. Según sus declara­ciones juradas de bienes, sus primeros inmuebles datan de 2010 con la concejalía y al terminar el primer periodo como intendente de Villa Elisa su patrimonio subió a más G. 1.000 millones, esca­lada que no tuvo tropiezos. Su patrimonio se duplicó en menos de dos periodos como jefe comunal.

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Junto con Estigarribia, su modesta familia, que estuvo incluso al borde de perder la casa, de la noche a la mañana pasó a acumular propiedades y repartir miles de millones en efectivo en sociedades anónimas.

Uno de los contratos que Estigarribia adjudicó a la empresa en la que aparece su cuñado Ricardo Fernández Campuzano

MAGOS DE LAS FINANZAS

A pesar de sus humildes orí­genes, Edith Rosa Medina Verón, Gladys Zunilda “Nuni” Medina Galeano, madre y hermana del actual gober­nador Ricardo Alfredo Esti­garribia, han invertido cifras que deslumbran, y no menos intrigante es la participación de Lissi Romina Medina Fre­tes, esposa del gobernador.

Según documentos revelados por la Abogacía del Tesoro, en menos de dos años, las tres mujeres han inyectado aproximadamente USD 1,5 millones en efectivo en tres empresas vinculadas al clan Estigarribia. Lo que llama la atención es el origen de estos fondos, considerando que la matriarca, Edith Rosa Medina Verón, ha sido conocida en su comunidad como una modista de barrio. No obstante, sus inversiones parecen más pro­pias de grandes magnates de la moda internacional que de una modesta costurera.

Uno de los casos más destaca­dos es el de RM8 Desarrollo SA. En esta empresa, Edith Rosa Medina Verón figura con un aporte en efectivo de G. 4.000 millones, mientras que su hija Gladys Zunilda “Nuni” Medina Galeano ha contri­buido con G. 1.000 millones adicionales. Ambas mujeres, de origen humilde, registra­ron al menos tres cuentas corrientes y fincas ubicadas en Villa Elisa, donde se ha construido un imponente depósito.

Tecno Capital SA es otra empresa bajo el radar. En esta sociedad, inicialmente apare­cían como accionistas Víctor Manuel Núñez Samaniego, un funcionario del Ministe­rio de Educación, junto con RM8 Desarrollo SA. El capital integrado en efectivo de esta empresa asciende a G. 2.500 millones, una cifra que con­trasta con lo declarado por el funcionario en su patrimonio.

Otra empresa bajo el control de la familia es Las Azas SA, que registra aportes en efec­tivo de G. 1.500 millones. Aquí Lissi Romina Medina Fretes, esposa del gobernador Ricardo Estigarribia, figura con accio­nes por G. 600 millones, mien­tras que Nuni Medina Galeano aporta otros G. 900 millones. La empresa no solo maneja varias cuentas corrientes, sino también una quinta ubicada en Piribebuy, un terreno verde que limita con un arroyo.

Otro bien notable vinculado a Las Azas SA es una cuenta corriente que el mismo gobernador Estigarribia declaró ante la Contraloría. Este inmueble incluye una terraza con piscina, adyacente a su imponente residencia. La transición de Estigarribia de quinielero a una de las autori­dades con mayor crecimiento patrimonial ha sido tan veloz como controversial.

MOTEL A FUERZA DE FONACIDE

El entramado financiero del clan no se detiene en las muje­res de la familia. Ricardo Fer­nández Campuzano, cuñado de los hermanos Estigarribia, también ha visto un ascenso económico sorprendente. En actas de asamblea figura como accionista de Asispar SA, una empresa que recibió adjudicaciones directas por G. 1.872 millones durante la intendencia de Ricardo Esti­garribia para proveer almuer­zos escolares. No obstante, en 2020, Asispar SA diversificó su negocio inaugurando un motel, lo que amplía aún más las ramificaciones económi­cas de la familia.

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