La Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero y Activos (Seprelad) remitió una nota al Senado en la que fundamenta la necesidad de avanzar con la aprobación del proyecto de ley que busca establecer mecanismos de transparencia a las organizaciones sin fines de lucro que actúan o trabajan influyendo en políticas públicas o través de alianzas con instituciones estatales. El ente recalcó el riesgo de que las oenegés sean utilizadas para hechos de corrupción, delitos financieros, financiamiento político, etc.

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Lavado de dinero, hechos de corrup­ción y otros delitos financieros. Estos apenas son algunos de los puntos por los que la Seprelad con­sidera necesaria la aproba­ción del proyecto de ley que busca transparentar los fon­dos que reciben oenegés que operan en Paraguay.

Según el documento fir­mado por Liliana Alca­raz, titular de la Seprelad, esta normativa es crucial para prevenir que dichas organizaciones sean uti­lizadas para fines ilícitos, como el lavado de dinero, la corrupción y otros deli­tos financieros.

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En la nota dirigida al sena­dor Derlis Maidana, Sepre­lad resalta el riesgo poten­cial que representan las oenegés en Paraguay si no se implementan regulaciones adecuadas. La institución advierte que estas entida­des, al no estar debidamente controladas, podrían ser vulnerables a ser utiliza­das como vehículos para el financiamiento del terro­rismo y otros delitos finan­cieros, especialmente aque­llas que operan en áreas sensibles como la caridad, la asistencia social, la edu­cación, y el desarrollo eco­nómico y religioso.

De hecho, sobradas eviden­cias muestran que algunas oenegés financiadas desde el exterior se convirtieron en guaridas de políticos que se dedican a una real cam­paña de persecución con­tra sus adversarios, con lo que se puede deducir que se volvieron un elemento de financiamiento encu­bierto de ciertos sectores políticos.

La Seprelad sostiene que una regulación prudencial del sector es imperativa, basándose en una Evalua­ción Sectorial de Riesgo (ESR) realizada en 2019. Esta evaluación concluyó que las oenegés que ope­ran en Paraguay, especial­mente en sectores como la asistencia social y la educa­ción, presentan un mayor factor de vulnerabilidad. La razón principal es que muchas de estas organiza­ciones no están bancariza­das ni cuentan con políticas de transparencia adecuadas. Además, podrían estar vin­culadas con socios o redes en jurisdicciones que han sido blanco de ataques terroris­tas o que tienen altos niveles de riesgo.

El informe de 2019 también señaló la ausencia de políti­cas de debida diligencia para identificar a los donantes y beneficiarios de las oenegés, así como la falta de procedi­mientos de control interno y registro de donaciones y fon­dos utilizados. Estos vacíos, según Seprelad, facilitan el uso indebido de estas orga­nizaciones para activida­des ilícitas o el lavado de activos ligados al financia­miento político, tráfico de armas vía bancos y financie­ras, que pasan a constituirse en ejes de investigación de la Comisión Bicameral recien­temente conformada en el Congreso.

Seprelad recomienda avanzar con la ley que establece transparencia a los fondos recibidos por organizaciones sin fines de lucro. Entre otros hablan de vulnerabilidades y riegos de ser utilizadas para delitos financieros

VARIOS SECTORES EXPUESTOS AL RIESGO

El informe de la ENR tam­bién destacó que, aunque hasta la fecha no se han iden­tificado casos concretos de oenegés utilizadas por enti­dades terroristas en Para­guay, las organizaciones que se dedican a la caridad, la educación y los servicios sociales siguen siendo las más expuestas a estos ries­gos. Esta vulnerabilidad fue reiterada en la Evaluación Sectorial de Riesgos de 2019, lo que refuerza la necesi­dad de contar con un marco regulatorio adecuado.

Con base en estos análisis, la Seprelad considera fun­damental la adopción de una ley que regule de manera prudencial el sector de las oenegés en Paraguay. Esta legislación no solo mitiga­ría los riesgos de lavado de dinero y financiamiento del terrorismo, sino que tam­bién alinearía al país con los estándares internacionales establecidos por el Grupo de Acción Financiera Inter­nacional (GAFI). Durante una evaluación realizada por el GAFILAT, la obser­vancia de estos estándares por parte de Paraguay fue calificada de forma regu­lar, destacándose la ausen­cia de una normativa ade­cuada para el sector de las oenegés.

En conclusión, la Seprelad insta al Senado a considerar seriamente la aprobación de este proyecto de ley. La falta de una regulación adecuada pone en riesgo no solo la transparencia y la legalidad de las oenegés que operan en Paraguay, sino también la seguridad financiera del país en general.

USADAS PARA ESCONDER A POLÍTICOS

El proyecto de ley exige que las OSFL registren en sus estatutos sociales las iden­tidades de sus constituyen­tes, su objeto, y sus fuentes de financiamiento. También deberán llevar un libro de registro del financiamiento, ya sea nacional o extranjero, público o privado, y detallar el uso y destino de los fon­dos recibidos con la corres­pondiente documentación de respaldo.

El caso de Soledad Núñez y Bruno Defelippe ilustra cómo algunas OSFL han logrado manejar fondos millonarios. La pareja, que comenzó como volunta­rios, ha tejido una extensa red de negocios operando bajo el disfraz de organi­zaciones sin fines de lucro, todas articuladas a través de la empresa de Defelippe, utilizando la apariencia de “alianzas” y contando con la participación de un selecto grupo de amigos. Esta red moviliza miles de dólares provenientes de organismos multilaterales, con la corres­pondiente contrapartida estatal, financiando proyec­tos que generan lucrativos contratos de consultoría y emprendimientos dirigidos a su círculo cercano.

Días atrás, Nación Media reveló la manera en la que algunas oenegés recibieron fondos extranjeros y nacio­nales que terminaron en manos de supuestos repre­sentantes de la sociedad civil, pero que en realidad hacían política proselitista.

Un convenio firmado el 10 de setiembre de 2020 (tiempos duros de la pan­demia) daba inicio a lo que fue la gran alianza del gobierno de Mario Abdo Benítez y políticos de la oposición que fungían y fungen de representantes de la sociedad civil orga­nizada. La figura para acti­var, financiar estos grupos de políticos aliados con­tra un sector bien defi­nido del Partido Colorado es el acuerdo de Asistencia para el Desarrollo de USD 50 millones entre la admi­nistración de Abdo Benítez y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).

El compromiso estimado de Usaid en 5 años de vigencia del convenio es de USD 44,4 millones y la contrapartida local establecida es de USD 5 millones.

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