Con el aval del banco del Grupo Zuccolillo, en la administración de Vicente Battaglia se pagaron obras que no se realizaron por un valor de G. 1.760 millones. De la verificación en 24 hospitales regionales y unidades sanitarias verificadas en forma aleatoria hallaron irregularidades en 16.
- LA CAJA NEGRA
Una auditoría interna hecha por las actuales autoridades del IPS revela la desvergonzada rapiña de los fondos concretada durante la administración anterior con el aval del banco Atlas, mediante el pago de G. 1.760 millones por obras fantasmas en varias unidades de la previsional ubicadas en el interior del país. La tragada no debe quedar impune ya que la misma se traduce en una deficitaria atención a los asegurados de la institución.
El Consejo de Administración del Instituto de Previsión Social (IPS) encomendó a la Auditoría Interna de la institución la realización de una fiscalización in situ de varias unidades de salud del interior del país donde se debían haber realizado mejoras, pero que en la práctica no existen.
Esta evaluación se realizó luego de una primera auditoría para detectar cuál fue el uso de los fondos administrados por el banco Atlas en el fideicomiso firmado con IPS. Dicha auditoría general recomendó hacer una específica sobre el cronograma actual y las obras que reconstruyeron en el marco de ese fideicomiso, el cual establecía claramente a cuáles hospitales se debían destinar los fondos: la terminación del Hospital Ingavi, la construcción de la Policlínica, el Hospital Día y el Hospital Hemato-oncológico. De las 4 obras que figuran en el contrato, las primeras 2 están y las otras no.
Las anteriores autoridades del IPS, con aval del banco Atlas, agregaron al contrato la posibilidad de destinar el dinero a “otros centros de salud”. Esta categoría fue admitida recién en un anexo del contrato y no forma parte del objetivo principal del acuerdo, que fueron los cuatro grandes hospitales.
Fue así que se adjudicaron y pagaron varios contratos para mejoras en distintas unidades sanitarias del interior del país, sin embargo, en muchos de los casos fueron en realidad obras fantasmas, de acuerdo con la segunda auditoría hecha por la propia institución.
El resultado de este trabajo de fiscalización se plasmó en el Informe Preliminar de Comunicación de Observaciones, en el que se expone que hubo diferencias entre las cantidades certificadas y las realmente ejecutadas, por un monto de alrededor de G. 1.760 millones.
CÚMULO DE IRREGULARIDADES
De la verificación en 24 hospitales regionales y unidades sanitarias verificadas en forma aleatoria, se constataron irregularidades en 16.
En el hospital de Pedro Juan Caballero, por ejemplo, se constataron diferencias entre las cantidades certificadas y las realmente ejecutadas, por un monto que asciende a G. 280.819.500. La empresa adjudicada fue En Obras Construcciones, y esta no ejecutó las mejoras previstas, como por ejemplo la instalación de cielorrasos y canaletas.
También en el Hospital Regional de Concepción, la adjudicada MM SA Constructora no proveyó puertas, equipamientos e insumos sanitarios, por valor de G. 93.385.094.
En tanto, en el hospital de Encarnación la misma empresa (MM SA Constructora) no cumplió con todos los requisitos del contrato, ya que se constataron diferencias por G. 50.850.422, específicamente en el área de pabellón polivalente-cirugía y traumatología.
Otra de las irregularidades halladas en esta auditoría da cuenta que en la oficina de Aporte Obrero Patronal de Caaguazú se detectó la falta de mejoras en el piso, iluminación, puertas, cámara séptica y muro perimetral, por la suma de G. 33.191.988. La empresa responsable es la Constructora ECO SA.
En tanto, en el Hospital Regional de Coronel Oviedo también la Constructora ECO SA no proveyó artefactos sanitarios (cisterna, inodoro, dispensador de jabón, entre otros insumos), además incumplió con la instalación eléctrica y los revestimientos de la estructura. Sin embargo, en los papeles las autoridades del gobierno anterior hicieron figurar la certificación de estas mejoras por un valor de G. 17.001.163.
En la Unidad Sanitaria de San Juan Bautista, se observaron pagos por obras no realizadas, por un monto que asciende a G. 341.201.022, según puede verse en las facturas entregadas por la firma Constructora ECO SA, la cual fue adjudicada por el IPS para los trabajos correspondientes.
OTRAS “OBRAS”
En la Unidad Sanitaria de San Ignacio (Misiones) se observó una diferencia total de G. 431.367.525 entre las cantidades certificadas y las realmente ejecutadas por la misma empresa (Constructora ECO SA), atendiendo a que se constató el faltante en pisos, reja perimetral y muebles.
En la sede del Aporte Obrero Patronal de San Juan Bautista los auditores pillaron que la Constructora ECO SA no hizo las mejoras en pisos, panel LED, techos y puertas, siendo que la previsional desembolsó G. 54.111.823 por estos trabajos.
En la Unidad de Salud de Iturbe la firma Canatta Constructora no instaló tres acondicionadores de aire, los cuales se hicieron figurar en las certificaciones ejecutadas, pero que en la práctica no existen. El perjuicio es de G. 11.793.603.
En la Unidad de Salud de Colonia Independencia la firma adjudicada (Canatta Constructora) no mejoró las instalaciones eléctricas tal como se previó en el contrato y se hizo figurar como culminadas en las cantidades certificadas. La diferencia total es de G. 19.972.080.
En el puesto de salud de Caraguatay la empresa Canatta Álvarez Juan Agustín no cumplió con el contrato, que consistía en la instalación del portón de hierro, dos acondicionadores de aire y puertas, por valor total de G. 11.044.730.
Más irregularidades aparecen en otras “obras” como por ejemplo en la Unidad de Salud de Capitán Bado la Empresa Puntal Construcciones no realizó la instalación eléctrica, por G. 2.453.133, sin embargo, el trabajo sí se hizo figurar en las certificaciones para el pago correspondiente.
En la Unidad de Salud de Hohenau la empresa En Obras Construcciones - Servicios de Nelson Segovia no cumplió con la provisión y colocación de artefactos sanitarios y pisos, por valor de G. 17.113.500.
En la sede del Aporte Obrero Patronal en Pilar la empresa Consorcio CE no realizó la mejora en la instalación eléctrica ni tampoco retiró los equipos y muebles en desuso, tal como figura en los documentos, y lo cual da una diferencia de G. 11.953.490.
En el Hospital Regional de Pilar, este mismo adjudicado (Consorcio CE) no cumplió con todo lo requerido en la parte de instalación eléctrica; esto generó un faltante por valor de G. 23.562.736.
Finalmente, en el hospital de Ayolas se observó una diferencia de G. 377.581.731 entre las cantidades certificadas y las realmente ejecutadas por la misma empresa (Consorcio CE), ya que no se hicieron mejoras en pisos, techos, paredes ni sistema eléctrico. En las actas se incluyó la desinstalación de 221 unidades de luces, sin embargo, en el recorrido los fiscalizadores constataron que solo fueron retiradas 78 unidades. También figuró el retiro de 10 extractores, siendo que esa unidad de salud nunca tuvo un solo extractor.
En todos estos casos, el IPS desembolsó el dinero y las empresas adjudicadas entregaron sus facturas por los supuestos trabajos ejecutados pero que en realidad fueron obras fantasmas, mediante las cuales se habría desviado el dinero de la previsional, esto con la complicidad directa del propio banco de la familia Zuccolillo, el cual administraba los fondos que debían destinarse a las mejoras de los hospitales.