El expresidente de la República Mario Abdo Benítez dejó a cargo de uno de sus hijos la administración de sus empresas durante los años que duró su gobierno, periodo en el que las firmas experimentaron millonarios crecimientos. Las distribuidoras de asfalto tenían estrechos vínculos comerciales con proveedoras del Estado. La Contraloría tiene en la mira una millonaria propiedad que el exmandatario “heredó” a su familia sin haberla incluido en sus declaraciones juradas.
- Por Juan Carlos Lezcano
A pesar de estar en la Presidencia de la República Mario Abdo Benítez se encargó de que su entorno familiar se mantuviera cerca del día a día de sus empresas distribuidoras de asfalto. En particular fue Mario Abdo Díaz Benza, uno de los hijos de su primer matrimonio, quien quedó como su representante en la empresa Almacenamiento y Distribución de Asfalto SA (ALDIA SA) y Creando Tecnología SA (Createc SA).
De acuerdo con actas que constan en la Abogacía del Tesoro, Abdo Díaz Benza se encargó de actuar como representante de su padre en las asambleas de las dos empresas. Y también aparecía como uno de los representantes de ambas firmas.
El hijo del expresidente ingresó como representante de su padre durante los años en el que Abdo ocupaba el Palacio de López. Precisamente fue durante ese lustro que las empresas del exmandatario experimentaron crecimientos exponenciales en sus ganancias.
MILLONARIO CRECIMIENTO
En 2017, esta empresa declaró utilidades o ganancias para distribuir por unos G. 6.665 millones. A partir de 2018, la cuestión empezó a subir de forma exponencial.
Abdo asumió como presidente en agosto de 2018. Ese año, Aldia SA declaró ingresos brutos por unos G. 96.657 millones y utilidades por G. 8.287 millones. El incremento con el año anterior fue del 24 %.
El primer gran salto se dio en 2019. Ese año, la empresa del entonces mandatario declaró ingresos brutos por G. 199.985 millones y sus utilidades fueron de G. 22.812 millones. El crecimiento con respecto al 2018 fue de 175 %. Esto es, que casi triplicó las ganancias en apenas un año.
En 2020, año de la llegada la pandemia de coronavirus y con ella la pérdida de miles de empleos en Paraguay. Sin embargo, a la empresa de Abdo le fue demasiado bien y declaró ingresos brutos por G. 300.383 millones y alcanzó utilidades por G. 51.521 millones, representando un incremento del 126% con respecto al 2019.
El 2021 fue el mejor año para esta firma del exmandatario. Entonces declaró ingresos brutos por G. 408.082 millones y ganancias por valor de G. 92.647 millones, un incremento del 80 % anual.
Si tomamos en cuenta solo el 2014 y el 2021, el crecimiento de las utilidades fue de 6.109%. Es decir, durante el mandato de Abdo su empresa incrementó más de 61 veces sus ganancias. Una situación calcada se dio con la firma Createc SA. En 2018, las utilidades ya alcanzaban G. 4.381 millones.
Para 2019, las utilidades aumentaron un 79%, superando los G. 7.830 millones. Al igual que Aldia, Createc también avanzó a pasos agigantados durante el peor período de la crisis sanitaria y económica generada por la pandemia de coronavirus: en 2020 sus utilidades incrementaron un 132% alcanzando los G. 18.150 millones. En 2021, las utilidades alcanzaron G. 22.546 millones.
CASA SIN DECLARAR
La Contraloría General de la República (CGR) también tiene en la mira un valioso inmueble que el expresidente Mario Abdo heredó a los hijos de su primer matrimonio y que no incluyó en sus manifestaciones de bienes.
En un rincón privilegiado de Asunción, en la zona de La Recoleta, se erige una lujosa propiedad que ha despertado interrogantes y controversias. Esta residencia de 2.500 metros cuadrados, con sus imponentes lotes, exuberante vegetación y no una, sino dos piscinas, pertenece a los hijos del expresidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, fruto de su primer matrimonio con Fátima Díaz Benza. Sin embargo, este costoso inmueble, valorado en aproximadamente 2 millones de dólares, no figura en ninguna de las declaraciones juradas de bienes del mandatario.
La historia de este inmueble comienza en 2003, cuando Mario Abdo Benítez adquirió la propiedad antes de iniciar su carrera política en el Senado en 2013. Sin embargo, a pesar de la obligación de declarar todos los bienes, esta valiosa propiedad nunca apareció en sus documentos oficiales. La casa fue heredada a sus hijos, Mario Abdo Díaz Benza y Santiago Abdo Díaz Benza, en 2020, en plena crisis sanitaria por el covid-19, un periodo en que miles de paraguayos luchaban por acceder a medicamentos y atención hospitalaria.
Según la Contraloría General de la República, si los hijos eran menores de edad en el momento de la presentación de la manifestación de bienes, el patrimonio debía consignarse necesariamente. En 2013, cuando Abdo Benítez asumió como senador, sus hijos tenían 12 y 15 años, respectivamente. Recién alcanzaron la mayoría de edad en 2016 y 2019, lo que significa que todas las declaraciones juradas del presidente desde 2013 hasta 2019 debieron incluir estos inmuebles, cosa que no sucedió.
Casualmente, la casa fue heredada en plena pandemia de coronavirus. La misma época en la que las empresas del expresidente Abdo Benítez experimentaron su mayor crecimiento.