El actual director de Infraestructura del IPS, Arnaldo González, confirmó que el Hospital Hemato-oncológico que debió construirse con parte de los G. 828 mil millones del contrato de fideicomiso, entre el banco Atlas (Grupo Zuccolillo) y el IPS, no se llegó a realizar. Sin embargo, el dinero que estaba bajo el resguardo del banco ya se desembolsó 100 % en forma irregular, durante el gobierno de Mario Abdo Benítez. Usaron la plata para otras cuestiones en abierta violación a lo establecido en el contrato de fideicomiso. El caso ya está en la Fiscalía.

  • Por Jorge Torres Romero

El Hospital Hema­to-oncológico se debió construir en el predio del Hospital Cen­tral. En el contrato de fideico­miso firmado entre el banco Atlas, propiedad de la fami­lia Zuccolillo y el IPS se esta­blecieron 4 obras por valor de G. 828 mil millones. De este monto se tuvo que usar la plata para el hospital des­tinado a los enfermos con cáncer. Un informe de audi­toría (ordenado por la actual administración) revela que toda la plata se usó para otros menesteres que no estaban contemplados en el contrato fiduciario.

El actual director de Infraes­tructura del IPS, Arnaldo González, confirmó ayer en el programa “Arriba hoy”, del canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media, que la obra no existe y que se nece­sitan por lo menos G. 280 mil millones para su construc­ción. También confirmó que el Hospital Día, que también debió construirse con parte de los G. 828 mil millones del fideicomiso, tampoco está culminado y se necesi­tan un poco más de G. 200 mil millones para su conclusión. La pregunta que surge es: ¿dónde está la plata? Según el contrato de fideicomiso, el banco Atlas no podía rea­lizar los desembolsos para otras obras que no estaban contempladas en el contrato; sin embargo, lo hicieron.

Ante esta confirmación, se concluye que el banco de los Zuccolillo es cómplice del despilfarro de recursos del IPS al autorizar los desem­bolsos de G. 828 mil millo­nes sin ningún tipo de con­trol y violando la naturaleza del contrato de fideicomiso firmado por el IPS en 2017 y modificado en diciembre de 2018.

En la auditoría realizada por las actuales autoridades del IPS refiere como antece­dente que el objetivo que se buscaba con la constitución del fideicomiso era, por un lado, obtener una fuente de financiamiento alterna para realizar inversiones inmo­biliarias consistentes en la construcción o refacción de hospitales en inmuebles de propiedad del IPS, en benefi­cio del Fondo de Enfermedad y Maternidad y, por otro lado, aplicar los recursos del Fondo Común de Jubilaciones y Pen­siones en inversiones renta­bles, mediante la adquisición de los títulos del fideicomiso.

Para la implementación del fideicomiso fueron evalua­das las posibles entidades financieras con las que el IPS podría operar. Final­mente, el Consejo de Admi­nistración decidió autorizar la Operación del Fideicomiso de Titularización, Adminis­tración y Pago “IPS-Fondo de Enfermedad y Maternidad”al banco Atlas SA.

En virtud del contrato el IPS se comprometió a depositar en el banco de los Zuccolillo el total de las recaudaciones diarias de los aportantes en el porcentaje que corresponde a los fondos de salud. El banco Atlas emitió títulos que fue­ron adquiridos a la vez por el Fondo de Jubilaciones del IPS por valor de G. 828 mil millones.

Lo cierto es que según el informe de auditoría del IPS, de las obras que se debieron realizar solo están dos y la plata ya se gastó. Es decir, calzaron el presupuesto de salud del IPS con dichos montos, hasta salarios se han pagado con estos recursos y ahora el banco de los Zucco­lillo retiene cada mes del IPS G. 160 mil millones para sal­dar la deuda generada.

El fideicomiso era exclusi­vamente para estas obras: terminación del Hospital Ingavi, construcción policlí­nica, construcción Hospital Día y construcción Hospital Hemato-oncológico. De las 4 obras que figuran en el con­trato, las primeras 2 están y las otras no.

Todos los detalles de la opera­ción figuran en la Consulto­ría sobre las Condiciones de Otorgamiento o Colocación de Bonos y sobre la Correcta Utilización de los Fondos del Fideicomiso que ordenó rea­lizar la actual administración del IPS. En febrero de este año, desde la asesoría jurídica del IPS presentaron una denun­cia al Ministerio Público referente a esta operación. En su oportunidad, se mencionó algunas de las falencias en el incumplimiento de cláusu­las del contrato, el descalce financiero y los desembolsos realizados con firmas que ni siquiera estaban autorizadas.

El 13 de febrero de este año, las actuales autoridades del IPS presentaron la denuncia a la Fiscalía sobre la desaparición de los G. 828 mil millones. Esta es la plata autorizada por el fideicomiso que durante el gobierno de Abdo Benítez, el IPS y en complicidad con el banco Atlas se encargaron de dilapidar

SOBRE EL ESCANDALOSO PERJUICIO AL IPS

El total de flujo producido por las emisiones de títulos fue ago­tado sin cumplir a cabalidad con el pago de las obras contempla­das como prioridad para el IPS. El caso más visible es el del Hospital Hemato-Oncológico, que estando previsto como prioridad, no se completó y requiere al menos de unos G. 200 mil millones. Entre las consideraciones, antecedentes, autorizaciones del Consejo de Administración y los documentos firmados con el banco Atlas, se encuentran incoherencias, siendo la más relevante el hecho de incluir “otros centros hospitalarios” como objeto de financiamiento. Esto se ha hecho sin siquiera incluir un listado valorizado de lo que se pretendía construir.

Se han utilizado recursos del fideicomiso en mantenimientos, desvir­tuando el objeto del mismo y desvirtuando lo establecido en la pro­pia ley habilitante.Se utilizaron recursos del fideicomiso para el pago de mantenimientos de edificios administrativos, habiendo diseñado la herramienta financiera para el financiamiento de obras de infraes­tructura hospitalaria. Se realizaron pagos utilizando firmas no autori­zadas en la documentación establecida dentro del contrato de fidei­comiso. Se ha omitido la realización de comunicaciones relevantes en lo concerniente al listado de obras financiadas, monto de los pagos a ser ejecutados, y estabilidad de los flujos monetarios. Dichas comu­nicaciones debieron ser realizadas a la Superintendencia de Bancos, como autoridad contralora de la ejecución del encargo fiduciario.

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