Solo en 2023, instituciones públicas entregaron más de G. 111.000 millones a organizaciones no gubernamentales. La mayor parte de los millonarios fondos fueron entregados por entidades descentralizadas. En el Congreso analizan un proyecto de ley que obligará a las oenegés a implementar mayor transparencia, mientras muchas se oponen. Estos organismos, que son verdaderas empresas que mueven mucho dinero, en especial los que reciben dinero del exterior, se han constituido en grupos de poder con fuertes inclinaciones políticas y se financian con proyectos en los que normalmente usan al Estado.
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A lo largo de 2023, el Estado paraguayo entregó más de G. 111.920 millones (unos USD 14,8 millones) a organizaciones no gubernamentales. Esto se desprende de datos entregados por la Comisión de Cuentas y Control de la Cámara de Senadores.
De acuerdo con los datos publicados por la señalada comisión en la web del Senado, 334 entidades sin fines de lucro fueron las que recibieron desembolsos de dinero público a lo largo del año pasado. De ese total, 78 corresponden a transferencias diversas del Estado que dependen directamente del Presupuesto General de la Nación, las restantes 256 recibieron transferencias diversas desde entidades centralizadas y descentralizadas, tales como ministerios del Ejecutivo, Corte Suprema de Justicia, gobernaciones, Diben y Fondec.
Un total de 17 instituciones públicas realizaron transferencias a organizaciones no gubernamentales, y entre los cinco entes que más transferencias hicieron se encuentran: el Ministerio de Economía y Finanzas, la Secretaría Nacional de Deportes, la Gobernación de Central, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, y el Ministerio de Industria y Comercio.
VERDADERO FESTÍN
Habitualmente, para realizar estas transferencias las entidades públicas utilizan rubros correspondientes al objeto de gasto “842-Aportes a instituciones sin fines de lucro”. LN Investiga descargó del portal de datos abiertos del Ministerio de Economía y Finanzas la planilla que detalla el dinero presupuestado para ese objeto en particular. Solo en 2023, fueron más de G. 2 billones (unos USD 273 millones).
Parte de estos millonarios fondos fueron destinados directamente a oenegés, mientras que también se distribuyeron becas, asistencias y otros gastos sociales. Varios fueron los casos en los que el rubro 842 fue utilizado para realizar compras por fuera de la Ley de Contrataciones Públicas.
DINERO DEL EXTERIOR
Además del dinero que reciben de instituciones públicas, las oenegés también reciben dinero del extranjero. Un ejemplo de ello fue citado por el senador Gustavo Leite, días atrás, cuando criticó la falta de compromiso con la transparencia de quienes dan discursos al respecto. El senador señaló que él en su momento llegó a pedir información a dos oenegés sobre el uso de sus fondos y una le respondió solo con números redondos, sin detalles, y otra le dijo que hay un Acuerdo de Confidencialidad con la Unión Europea y no pueden responder. “No pude conseguir ver en qué gastó Juntos por la Educación USD 600.000 para difusión, justo en época de campaña electoral”, recordó.
Varias de estas organizaciones firmaron días atrás un comunicado conjunto para cuestionar el proyecto de ley que las obliga a establecer mecanismos de transparencia.
PROYECTO QUE MOLESTA
Como primer punto, el proyecto de ley alcanzará a las asociaciones inscriptas con capacidad restringida, las asociaciones que tengan por objeto el bien común, las asociaciones de utilidad pública, las fundaciones, los organismos no gubernamentales, las organizaciones no gubernamentales, las organizaciones de la sociedad civil, las agencias especializadas, los organismos internacionales reconocidos por la república y demás personas jurídicas extranjeras, así como cualquier persona física o jurídica o estructura jurídica que reciban o administren fondos públicos o privados, de origen nacional o internacional, a ser destinados o de alguna manera guarden relación con sectores de competencia del Estado, las gobernaciones, las municipalidades, de los entes autárquicos, autónomos.
Es decir, el proyecto alcanzará a aquellas organizaciones que manejen fondos en relación directa con las actividades públicas. Todas estas organizaciones, de acuerdo con el proyecto de ley, deberán inscribirse en el Registro Nacional de Organizaciones sin Fines de Lucro (OSFL), que dependerá del Ministerio de Economía y Finanzas.
Un punto resaltante del proyecto de ley es que las OSFL deberán registrar en sus estatutos sociales las identidades de sus constituyentes, además de su objeto, sus fuentes de financiamiento como también con un libro de registro del financiamiento nacional o extranjero, público o privado.
También deberán registrar detalladamente el uso y destino de los fondos que reciban con sus correspondientes facturas y documentos respaldatorios. Además, deberán llevar una lista pormenorizada de todos los profesionales, técnicos, especialistas, personal de cualquier índole, otras OSFL o de cualquier otra persona jurídica, nacionales o extranjeros, que sean contratados o de cualquier manera cumplan tareas o presten servicios vinculados al uso y destino de los fondos que reciban las OSFL.
Otra obligación será la de la presentación de informes semestrales ante el Ministerio de Economía. Y los organismos y entidades del Estado, las municipalidades o entidades binacionales no podrán firmar convenios con OSFL que no estén registradas y al día con sus obligaciones.