Los hermanos cabecillas del clan Estigarribia, Sergio Estigarribia Medina y Ricardo Estigarribia Medina, ordeñaron recursos del Fonacide y royalties en la Municipalidad de Villa Elisa con 4 empresas proveedoras a las que privilegiaban y continúan adjudicando millonarios contratos directos y por excepción mediante una estructura conformada por familiares, funcionarios y parientes de estos. Almuerzo escolar, obras –muchas de ellas denunciadas como fantasma–, servicios mecánicos generaron jugosas ganancias.
- Por Rossana Escobar M.
- rossana.escobar@nacionmedia.com
Entre 4 empresas en las que identificamos vínculos directos de los hermanos Sergio Estigarribia Medina, actual intendente de Villa Elisa, y Ricardo Estigarribia Medina, exintendente y actual gobernador del departamento Central, llevaron G. 11.464 millones provenientes del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide) y los royalties (ver infografía).
Como dueños de la lapicera y con una estructura empresarial y administrativa conformada por familiares, operadores políticos, funcionarios de confianza de la municipalidad como parientes de estos, los hermanos cabecillas del clan Estigarribia privilegiaron con contratos directos y por vía de la excepción a las proveedoras mimadas.
Los negocios de la familia corrieron sobre rieles con empresas proveedoras de fachada que en su mayoría tienen como cliente exclusivo a la Municipalidad de Villa Elisa y ahora también a la Gobernación de Central, gracias al nuevo cargo de Ricardo Estigarribia. Cuñados, familiares de empleados de confianza ofertaban por un lado y, por otro, los parientes leales ubicados en puestos clave como el de la Unidad Operativa de Contrataciones (UOC) daban el visto bueno facilitando el banquete del clan con dinero público.
LAS EMPRESAS
Es así como la firma Asispar SA registra adjudicaciones por servicio de almuerzo escolar a la Municipalidad de Villa Elisa y entre el 2018- 2020 se llevó G. 1.872 millones. En una última adjudicación la mencionada empresa incursionó a la venta de combustibles con una adjudicación de G. 196 millones en la administración de Sergio Estigarribia Medina.
En la proveedora aparece Ricardo Fernández Campuzano, pareja de Gladys Zunilda “Nuni” Medina Galeano, hermana criada por la familia Estigarribia, registra 44 % de las acciones, según documentos proveídos por la Abogacía del Tesoro del Ministerio de Economía.
Rosa Nathalia Zena es la otra accionista de Asispar SA que registra 46 % de las acciones. La mujer es pareja de Víctor Manuel Núñez Samaniego, un funcionario del Ministerio de Educación que figura como síndico en actas de asamblea de la citada proveedora y quien también es socio de la familia del intendente y el gobernador en otra empresa en la que registran millonarios aportes en efectivo, aunque estas inversiones no figuran en su declaración jurada de bienes presentada ante la Contraloría General de la República (CGR).
En la misma línea, en la estructura del clan Estigarribia está la firma Cospel SA, en la que se suscriben como accionistas una bella joven de modesto origen de nombre Natalia Magalí Duarte Yeruta y Eduardo Manuel Mendoza Amarilla, cuñado del intendente Sergio Estigarribia Medina.
Cabe subrayar que la señorita accionista es pareja de Ángel Gustavo Talavera, ordenanza del intendente Sergio Estigarribia Medina.
Cospel SA, según los papeles, fue adquirida por los jóvenes inversionistas a finales de 2021 y desde enero del 2022 comenzó a amasar millones con una seguidilla de contratos directos otorgados por los hermanos Sergio Estigarribia Medina y Ricardo Estigarribia Medina. Solo registra adjudicaciones en la Municipalidad de Villa Elisa, pero dos meses después de que asumiera como jefe departamental de Central Ricardo Estigarribia, la firma se estrenó como proveedora de la gobernación.
La proveedora del cuñado y la joven de Villa Elisa registra dos direcciones en los documentos oficiales que visitamos en estos días y en las que no encontramos ninguna empresa u oficina. Lo más alevoso es que las calles cuyas reparaciones y mantenimientos fueron adjudicados a Cospel están en lamentables condiciones, minadas de baches y roturas.
En febrero de este año reemplazó en los documentos como accionista de Cospel, Francisco Javier Amarilla Monzón, hermano de Rodolfo René Amarilla Monzón y Fermín Alberto Amarilla Monzón, funcionarios contratados de la Municipalidad de Villa Elisa.
V&V Construcciones SA es otra firma con millonarias adjudicaciones, registra 36 contratos en dos años y aparecen como representantes legales familiares de empleados leales a los hermanos Estigarribia.
Héctor Eduardo Ruiz Díaz, empleado de la Municipalidad de Villa Elisa hasta 2017, aproximadamente, e hijo de don Feliciano Ruiz Díaz Espínola es uno de los representantes legales de V&V Construcciones SA. Aparece también Derlis Hugo Vázquez Ávalos, pareja de la responsable de la UOC, Laura Noemí Delvalle López.
El vínculo de Derlis Hugo Vázquez con la responsable de UOC es clave puesto que la mujer es la que gestiona todo el proceso de contratación y a la vez es miembro del comité evaluador que califica a los oferentes con lo que el negocio que el marido representa tiene una importante ventaja.
Heriberto Trevizon, hurrero fanático de los hermanos Estigarribia que salía a pegar calcomanías proselitistas del clan, es otro que turnó rol de representante legal de V&V Construcciones y figura como firmante de una decena de contratos con la municipalidad. De humilde beneficiario de subsidio de G. 500 mil en Villa Elisa, ayuda otorgada a personas de escasos recursos, se transformó en próspero contratista de la comuna. También aparece en las planillas de Emergencia Nacional como beneficiario del programa Ñangareko, una asistencia alimentaria otorgada por el Gobierno en tiempos de pandemia a personas más vulnerables; trabajadores informales, sin RUC ni seguro social.
TALLER DEL GRAN CUÑADO
Multifacético, el gran cuñado de los Estigarribia, Ricardo Fernández Campuzano no solo aparece vinculado a proveedora de almuerzo. Facturó por servicio de aseo, mantenimiento, reparaciones y mecánica en general. Contratos a los que pudimos acceder y que suman G. 385 millones.