Aparecen más empresas en las que hijos de modestos empleados, esposo de funcionaria de confianza y otros amigos de origen humilde fungen de exitosos contratistas en el esquema de adjudicaciones por excepción que sistematizaron los hermanos Sergio Estigarribia Medina y Ricardo Estigarribia en la Municipalidad de Villa Elisa, con fondos provenientes del Fonacide y los royalties.
- Por Rossana Escobar M.
- rossana.escobar@nacionmedia.com
Ya no quedan dudas de que el clan Estigarribia liderado por los hermanos Sergio Estigarribia Medina, actual intendente de Villa Elisa, y Ricardo Estigarribia Medina, gobernador de Central, hizo y continúa haciendo banquete familiar con la plata de los contribuyentes de esta ciudad, así como de los recursos provenientes del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide) y los royalties.
Saltan más empresas mimadas con millones del Fonacide y los royalties, tras el caso de la Cospel SA que de la nada apareció como contratista de obras en la Municipalidad de Villa Elisa con una treintena de adjudicaciones directas otorgadas en tiempo récord por los hermanos Estigarribia y en la que figuran como accionistas una modesta joven de Villa Elisa, Natalia Magalí Duarte Yeruta, pareja del ordenanza de Sergio Estigarribia y el cuñado del jefe comunal, Eduardo Manuel Mendoza Amarilla.
Todo indica que el clan Estigarribia perfeccionó un esquema de repartija discrecional millonario de sensibles fondos que en gran porcentaje fueron a parar al bolsillo de sus familiares, mediante empresas a las que se adjudicaron consuetudinarios contratos por excepción y manera directa. Es así que Cospel SA se adjudicó G. 3.733 millones para refacción de aulas y escuelas como reparación de calles que, por cierto, continúan en condiciones deplorables.
Antes de Cospel SA, otra empresa de nombre V&V Construcciones SA acaparaba los contratos directos en la Municipalidad de Villa Elisa. Tres nombres rotaron como representantes legales de la proveedora como firmantes de los contratos, todos vinculados a funcionarios leales de los hermanos Estigarribia.
V&V Construcciones SA se adjudicó 36 contratos entre el 2019 y el 2021, en los tiempos de Ricardo Estigarribia. Todos los convenios, siempre por la vía de la excepción y facturó G. 5.276 millones en 2 años.
¿QUIÉNES SON?
Héctor Eduardo Ruiz Díaz es uno de los representes legales de V&V Construcciones SA que firmó cerca de una decena de contratos con la administración Estigarribia. El mismo fue empleado de la Municipalidad de Villa Elisa hasta 2017 y es hijo de don Feliciano Ruiz Díaz Espínola, quien es también un modesto funcionario jornalero contratado de la comuna, leal a los Estigarribia.
Entre los representantes legales rotativos, firmantes de los contratos de V&V y la municipalidad de Villa Elisa aparece también Derlis Hugo Vázquez Ávalos. Figura en al menos 13 adjudicaciones de la empresa y la comuna.
Derlis Hugo es pareja de la responsable de la Unidad Operativa de Contrataciones, Laura Noemí Delvalle López, es decir, es la que gestiona todo el proceso de contratación, pero además es la que favorece o deja fuera a los oferentes, considerando que es miembro del comité evaluador con lo que el negocio del marido tiene una importante ventaja.
Heriberto Trevizon, amigo íntimo del clan Estigarribia. Hurrero fanático durante la campaña política de los hermanos al punto de salir a pegar calcomanías de la candidatura de ambos, es otro de los representantes legales de V&V. Una situación llamativa en el caso de Trevizon es que mientras funge de privilegiado empresario en los papeles, en sus antecedentes registra cobro de subsidio de G. 500 mil en Villa Elisa, ayuda otorgada a personas de escasos recursos. Así también figura en las planillas de Emergencia Nacional como beneficiario del programa Ñangareko, una asistencia alimentaria otorgada por el Gobierno en tiempos de pandemia a personas más vulnerables; trabajadores informales, sin RUC ni seguro social.
Con esta estructura al servicio de los hermanos Estigarribia en la que proveedores, funcionarios de confianza administrativos y dueños de la lapicera están en estrecho vínculo, corrieron sobre rieles las contrataciones directas, evadiendo los controles de los entes responsables, inflando así los bolsillos del clan y sus serviles simpatizantes.
GRAN CUÑADO
No se puede dejar de mencionar al gran cuñado de los hermanos Sergio y Ricardo Estigarribia, que es pareja de Gladys Zunilda “Nuni” Medina Galeano, hermana criada por la familia Estigarribia, y que figura con el 44 % de las acciones en la proveedora de almuerzo escolar Asispar SA, que se adjudicó contratos que suman cerca de G. 2.000 millones en la Municipalidad de Villa Elisa.
En Asispar SA también aparece Rosa Nathalia Zena con el 46 % de las acciones. La mujer es pareja de Víctor Manuel Núñez Samaniego, un funcionario del Ministerio de Educación que figura como síndico en actas de asamblea de la citada proveedora y es socio de la familia del intendente y el gobernador en otra empresa en la que registran millonarios aportes en efectivo.
Llamativamente en las declaraciones juradas del funcionario de Educación, presentadas ante la Contraloría, no figuran estos negocios con el clan Estigarribia.
El gran cuñado Ricardo Fernández Campuzano, multifacético, hizo otros negocios con la Municipalidad de Villa Elisa, gracias al clan Estigarribia. Facturó por servicio de aseo, mantenimiento, reparaciones y mecánica en general a través de dos empresas: Automecánica Ricard y Aaron, ambas fijan dirección en un mismo lugar.