Mientras los medios aliados y defensores del expresidente Mario Abdo Benítez hablan de dictadura en el intento de salvarlo de la responsabilidad de terrorismo de Estado que impulsó con las filtraciones de datos financieros confidenciales, no hay que olvidar que el verdadero esquema dictatorial es el monopolio del mercado con la venta del asfalto detrás de licitaciones de rutas durante su gobierno que continúa inmune de investigación. Coincidentemente su distribuidora tuvo un incremento ganancial que se disparó hasta 6.110 % en año de pandemia.
- Por Rossana Escobar M.
- rossana.escobar@nacionmedia.com
Sin asfalto de Mario Abdo Benítez no había contrato de obras con el Estado, una condicionante no escrita en los papeles, pero que aseguraba el negocio en el sustancioso rubro de las licitaciones de rutas. Este esquema de monopolio del mercado con la venta de asfalto durante el gobierno anterior y denunciada por propios oferentes en su momento fue la verdadera dictadura, sistema que intentan instalar hoy día los defensores de Abdo para evadir la justicia por las filtraciones de informaciones de inteligencia financiera fraguadas que promovieron el terrorismo de Estado por cuestiones políticas.
Las condicionantes eran tácitas, pero las multimillonarias ganancias obtenidas por la distribuidora del expresidente Abdo con la venta de asfalto a contratistas del Estado durante su gobierno brillan en los papeles. De hecho, en actas de asamblea de la empresa constan que el crecimiento de las facturaciones es gracias a los contratos firmados con contratistas de obras públicas.
Abdo, que tras asumir la Presidencia de la República había negado seguir teniendo acciones en la distribuidora de asfalto Aldia SA, en realidad había delegado la representación a su hijo Mario Abdo Díaz Benza y al dejar la jefatura de Estado volvió a consignar el 87,50 % de las acciones en la empresa.
Aldia, que en el año 2014 había tenido resultados en negativo con una utilidad de 17, 25 % menos que el 2013, fue aumentando ganancias al tiempo que el principal accionista Mario Abdo Benítez se desempeñaba como senador hasta que las cifras se dispararon exponencialmente luego de que que se convirtiera en presidente.
De una utilidad neta de G. 1.492 millones en 2014, en el año 2021, en plena crisis sanitaria y económica por la pandemia del covid-19, las ganancias de Aldia SA subieron a G. 92.647 millones, según actas de asamblea remitidas al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). El aumento equivale a 6.110 % comparado a las utilidades que registró la empresa de Abdo en 2014.
La suma de ganancias de la empresa de asfalto mientras Abdo ejerció la presidencia asciende a G. 175.268 millones, este monto equivale a un aumento de 800 % comparado a las acumuladas en sus años de senador que fue de G. 19.480 millones. Cabe subrayar que las cifras no aparecen en la última declaración jurada presentada por el exmandatario al dejar el cargo, se observa el cobro de dividendos mensuales no especificados de G. 338.978.534 que en un año suma G. 4.067 millones, ínfimo con relación a las ganancias consignadas en actas.
La Contraloría General de la República abrió hace unos meses un examen de correspondencia sobre los bienes del exmandatario; sin embargo, más que si el incremento se ajusta o no al porcentaje de crecimiento estimado, se cuestiona que las ganancias siderales no aparezcan en sus declaraciones juradas ya que forman parte de su fortuna pese a no retirarse en su totalidad y principalmente cómo la empresa de Abdo concentró la venta de asfalto, a qué precio y el efecto en el costo de las rutas que las contratistas facturaron al Estado.