La adenda de ejecución de obras cedida a OCHO A SA, las que a estas alturas debían ser el nuevo tren de molienda de caña en la planta de Petropar en Troche, estipula el 7 de noviembre del 2023 como fecha tope del montaje, sin embargo, confirmado por las autoridades de la empresa estatal y hasta por representante de gremio de cañicultores, ni el tinglado donde se prevé la instalación está listo.
Unidad de Investigación, Nación Media
La megacontratista del clan del senador Luis Pettengill Vacca, que por adenda se quedó con la ejecución de la obra, que a estas alturas debía ser el nuevo tren de molienda de Petropar en Mauricio José Troche, asumió la culminación del montaje con una fecha tope al 7 de noviembre de 2023; sin embargo, a más de un mes del vencimiento de los plazos varias veces prorrogados, el compromiso es mera promesa.
Desde la empresa estatal confirmaron que ni el tinglado que forma parte de la estructura adjudicada por USD 29 millones en el gobierno anterior está listo. Édgar Ortiz, del gremio de cañicultores de la zona de Troche, ratificó la situación, aunque esperanzado comentó que solo “faltan las bases, el hormigonado”.
Ocho A es la empresa contratista vinculada al senador Pettengill, de la que presumiblemente continúa siendo activo, debido a que el mismo declara acciones en Constructora Paraná SA, que a la vez es accionista de la megacontratista de la fallida obra, según acta de asamblea del año pasado, cuando el empresario ya se postulaba al Congreso.
Recordemos que mediante una medida cautelar la empresa adjudicada Estructura Ingeniería SA cedió los derechos de la ejecución de la obra de la línea de molienda a Ocho A. En el cronograma, reajustado y con varias prórrogas por cierto, figura que en noviembre pasado debían culminarse los últimos trabajos y ajustes como el tándem de molinos, montaje de la mesa alimentadora, de puente grúa, equipos de automatización de la planta, etc.
Este objetivo quedó en los papeles, ya que hasta ahora ni el pabellón se ha terminado, cuando este componente consistente en obra civil equivalente al 15 % del proyecto por el cual se abonó alrededor de G. 45.000 millones. Las maquinarias que conforman el 85 % del emprendimiento siguen dispersas en depósitos, algunas sin despacharse en zonas aduaneras y la incertidumbre en el cumplimiento del compromiso se torna más perjudicial por los desembolsos realizados por parte de la empresa estatal en la administración anterior.
MULTA
Tras una verificación contractual, la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas estableció una multa de G. 18.603 millones para la empresa de Pettengill, precisamente por varias irregularidades en la ejecución del cronograma de obras. Figuran fuertes observaciones con relación al incumplimiento de los plazos, prórrogas sin documentos de respaldo, hasta incumplimiento de disposiciones del Pliego de Bases y Condiciones para el pago del anticipo pertinente. Si bien la contratista solicitó que se congelen los plazos ante el inicio del análisis en setiembre último, varios de los ítems ya debían haberse completado para ese entonces.
El apuro que tuvo el gobierno de Mario Abdo Benítez en pagar un anticipo a la empresa adjudicada no se vio reflejado en la ejecución de los trabajos. Aseguraron un adelanto de USD 6 millones que pagó Petropar a Eisa, pero en un año la obra no avanzó, más que un terraplenado que servía de estacionamiento para visitas a la planta de Troche.
Mientras en Troche se frustra una obra de envergadura, estas cuestionadas contratistas de los “pulpos” de licitaciones, Alberto Palumbo y el actual senador Pettengill, se quedan con fortuna en adjudicaciones, en algunos casos con contratos en ejecución y negocios asegurados hasta el año 2029, como el caso de empresas del clan del parlamentario.