En el difícil año de la pandemia el gobierno del expresidente Mario Abdo Benítez elaboró junto con el Centro de Estudios Ambientales y Sociales (Ceamso) un plan nacional de Integridad, Transparencia y Anticorrupción, que involucró al mismo equipo de consultores vinculados al Centro de Información y Recursos para el Desarrollo (CIRD), ONG que rifó honorarios con dinero proveniente del Estado entre el clan de su presidente. La puesta en marcha del plan, que en presentaciones power point resultaba muy juicioso sobre la situación de corrupción en el Paraguay, fue mediante Decreto n.° 4458 de 2020 firmado por Abdo Benítez y entre las barreras a superar plantea el nepotismo, el clientelismo, conflictos de interés, esto, mientras la empresa de asfalto del exmandatario incrementaba ganancias de hasta 6.110 % anuales y el clan de oenegeístas anticorrupción acaparaban negocios de consultoría.
- Por Rossana Escobar M.
- rossana.escobar@nacionmedia.com
Ni un solo escrache recibió el expresidente de la República Mario Abdo Benítez pese a los grandes robos en su gobierno antes, durante y después la pandemia confirmados por el propio Ministerio Público. Esto resulta lógico, considerando que el coordinador anticorrupción del Centro de Información y Recursos para el Desarrollo (CIRD), Francisco Darío Alcaraz, el mismo que lidera “Más ciudadanía, menos corrupción” a la que están adheridas varias organizaciones civiles, algunas encabezas por escrachadores, es parte del equipo consultor del Centro de Estudios Ambientales y Sociales (Ceamso) imiscuido en el plan nacional de Integridad, Transparencia y Anticorrupción del gobierno anterior. (Ver infografía).
Alcaraz, además, fue funcionario comisionado al Gabinete Civil de la presidencia de Abdo Benítez, de inmediato, tras su ingreso al Estado en 2019, según consta en el portal de Transparencia de la Función Pública. De hecho, aparece en varias reuniones oficiales como coordinador de la presidencia del anterior gobierno. De ahí pasó como consultor del proyecto que los medios difundieron como “ambicioso plan anticorrupción” que se fue elaborando en la segunda mitad de 2020, precisamente cuando saltaban los grandes casos de corrupción en las compras covid.
Este plan fue puesto en marcha por decreto de Abdo Benítez en diciembre de 2020, su ejecución es del 2021-2025 y la coordinación general estaba a cargo de René Fernández como ministro de la entidad articuladora que es la Secretaría Nacional Anticorrupción (Senac), actualmente en proceso de desaparición.
Cabe remarcar que los primeros en salir al paso contra la intención del nuevo gobierno de abolir la Senac fue el CIRD, muy activamente Alcaraz, coordinador anticorrupción del CIRD y exfuncionario del gabinete de Abdo junto con algunas cabezas de oenegés adheridas a “Más ciudadanía, menos corrupción”.
No se socializó cuánto cobran, pero con financiamiento del Programa de Democracia y Gobernabilidad de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), en el plan anticorrupción del gobierno Abdo figuran como consultores Francisco Alcaraz y su rosca de siempre; José Félix Bogado Tábacman y Romy Vaesken de Tábacman consultora, en este caso como parte del equipo de Ceamso.
Tábacman trabaja con el CIRD en proyectos anticorrupción y de control ciudadano. A la vez, Alcaraz trabaja para esta consultora que factura en proyecto que él mismo coordina a través del CIRD. Su hijo, Carlos Francisco Alcaraz, también es consultor de Tábacman.
El hijo del coordinador anticorrupción es a la vez consultor del CIRD y de ONG Conciencia Viva, que tiene a Romy Vaesken como directora ejecutiva, organización que también presta servicios a la ONG que preside Carrizosa.
Mientras se gestaba el plan anticorrupción, varias instituciones del Estado, principalmente el Sistema Nacional de Formación y Capacitación Laboral (Sinafocal), el Ministerio de Industria y Comercio (MIC), Salud Pública, etc., transferían y adjudicaban millonarios recursos al CIRD, entre ellos para el plan de reactivación económica poscovid de G. 6.093 millones en el que se repartieron jugosos honorarios el clan Carrizosa y el hijo de Alcaraz, coordinador anticorrupción, consultor del Plan Nacional Anticorrupción del anterior gobierno.
También, la empresa de Abdo Benítez iba incrementando ganancias siderales con la venta del asfalto detrás de la construcción de kilómetros de rutas que se priorizaron en su gobierno. Todo esto, mientras diseñaban un plan anticorrupción que buscaba superar las barreras del clientelismo, del nepotismo, los conflictos de interés, mejora de los organismos de control, etc., que involucra a consultores vinculados a una ONG que usó proyecto poscovid como bolsa de empleo de familiares de su presidente y de operadores políticos del equipo del mismo Abdo Benítez.