Lo que fuera en su momento un ambicioso programa en el avance de políticas y estrategias para la seguridad ciudadana del Ministerio del Interior, terminó en el fracaso. Una bajísima ejecución de USD 3 millones que básicamente se fue en consultorías, la instalación de la línea 137 SOS Mujer, la refacción de una comisaría, compra de electrodomésticos y las famosas comisarías móviles a precios “de oro” en los tiempos del ministro Juan Ernesto Villamayor. El Gobierno se aplazó en la reducción de la incidencia delictiva de los jóvenes que figura como uno de los componentes del proyecto, pero tuvo cero ejecuciones cuando los informes policiales atribuyen el protagonismo de hurtos, robos a jóvenes de entre 16 y 22 años.

Un crédito aprobado entre fines del 2017 y los primeros meses del 2018, a través el Banco Interamericano de Desa­rrollo (BID), heredó un pre­supuesto servido de USD 20 millones para este gobierno con el objetivo de desarro­llar el Programa de Gestión Integrada de Seguridad Ciu­dadana, que era una promesa en el combate a la delincuen­cia, principalmente juvenil, la violencia intrafamiliar, bien enfocado particular­mente en Central y Asunción, resultó un plan fallido debido a la baja ejecución y dejó fuera con inversión cero en compo­nente clave de la lucha contra el flagelo de la inseguridad.

De los USD 20 millones, solo se ejecutaron USD 3 millo­nes con los que básicamente se costeó la estructura admi­nistrativa del proyecto, con­sultoría, además de algunas refacciones en una comisa­ría, muebles y electrodomés­ticos en otras, la implementa­ción de la línea 137 SOS Mujer, así también la adquisición de las famosas comisarías móvi­les “de oro” en los tiempos del ministro Juan Ernesto Villamayor, denuncia que hasta hoy duerme en la Fis­calía. La inversión más noto­ria e importante es la adquisi­ción de un equipo de sistema de identificación criminal por ADN el año pasado al término del programa.

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El programa se divide en dos componentes. Uno es la generación de capacidades para la gestión efectiva de la información y la investiga­ción criminal, que incluye el mejoramiento de políticas de seguridad ciudadana, capa­cidades para la gestión de las políticas de seguridad de la mujer, el aumento en la efi­ciencia en la investigación criminal, auditorías y eva­luaciones, etc.

El segundo componente es el fortalecimiento de la efi­ciencia para la prevención del delito que abarca estrategias en 5 comisarías situadas en zonas rojas, reducción de la victimización de mujeres por violencia intrafamiliar y disminución de la incidencia delictiva de los jóvenes.

Ejecución presupuestaria de Programa de Seguridad Ciudadana fue del 14 % en 4 años y medio.
Cero inversiones en uno de los componentes más importantes, reducción de la delincuencia juvenil.

Según un informe pro­veído por el Ministerio del Interior, la planilla de gas­tos en ambos componentes está minada de consulto­res y compra de comodida­des, algunas refacciones en una comisaría, pero se olvi­daron de uno de los ítems enfocado a un problema que urge, que es la erradicación de la delincuencia juvenil. Desde la Policía Nacional y el propio actual ministro del Interior señalaron en varias entrevistas que más del 80 % de la delincuencia urbana tiene como protago­nistas a jóvenes de entre 16 y 22 años, sin embargo, este objetivo quedó en la nada en el millonario programa de seguridad.

La meta era brindar tera­pia multisistémica a jóve­nes de entre 14 y 17 años, implementar programas en habilidades para la vida y empleo con currículo incluido para la reinser­ción laboral. Otro objetivo también era la capacita­ción especializada en vio­lencia intrafamiliar de al menos 1.000 policías inves­tigadores y certificación de protocolos; otros 1.000 uniformados en atención comunitaria, etc., que que­daron en la nada.

Sí quedará registrada la impune compra a precios sobrefacturados para las comisarías móviles en tiem­pos de Villamayor, en que, por ejemplo, mesas de 0,60x1,00 que costaban G. 435.000 en el mercado, adquirieron a G. 7.000.000 cada una. Armarios de 0,80 x 1,80 de G. 900.000, compraron a G. 7.350.000 por unidad, etc.

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