Tras una investigación de Contrataciones Públicas, la petrolera estatal indicó que en marzo del 2022 recién se iniciaron las obras para la nueva línea de molienda de la Planta Alcoholera de Troche, pero que 53 días de lluvia en el año terminaron afectando el normal desarrollo de la construcción. Ahora, Petropar estima que recién para octubre estaría listo el nuevo molino y durante el 2023 seguirá sin poder absorber toda la producción de los cañicultores trochenses, que solamente este año dejaron de percibir unos G. 122.500 millones, ya que perdieron el 40% de la producción.
- Unidad de Investigación Nación Media
Un nuevo revés sufren los 1.800 productores de caña de azúcar censados para vender su producción a la Planta Alcoholera de Mauricio José Troche de la empresa estatal Petróleos Paraguayos SA (Petropar). La esperanza de no tener que sufrir millonarias pérdidas año tras año estaba puesta en la construcción de la nueva línea de molienda, cuyo contrato de construcción se firmó el 9 de diciembre del 2021, pero a la fecha las obras no han avanzado como se esperaba.
Desde la Asociación de Cañicultores de Troche señalaron que solamente este año perdieron aproximadamente el 40% de la producción total, pues en la zona se produce aproximadamente 800.000 toneladas; sin embargo, cerca de 300.000 toneladas es todo lo que la planta estatal procesó.
Esto generó un fuerte impacto económico, tanto para Petropar por no poder aumentar la producción de alcohol y para los agricultores que dejaron de percibir cerca de G. 122.500 millones por las 500 mil toneladas que no fueron procesadas en la planta. Según fuentes oficiales, cerca de 45.000 familias dependen de la producción de caña de azúcar en Troche.
EXPLICACIONES
La Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) finalizó la investigación que realizó con respecto a las denuncias realizadas por la tardanza de las obras en la Planta Alcoholera de Mauricio José Troche. Según los documentos, desde Petropar alegan que los días de lluvia afectaron el normal desarrollo de las obras y que recién en diez meses finalizará el proyecto.
La empresa estatal señaló que si bien el 9 de diciembre del 2021 se firmó el contrato con Estructura Ingeniería SA (EISA) y que el 25 de febrero del 2022 desembolsaron el anticipo de US$ 6 millones, recién el 2 de marzo pasado se emitió el acta de inicio de obras y la primera orden de trabajo fue del 18 de marzo.
Petropar agrega que conforme al Pliego de Bases y Condiciones (PBC) y las Especificaciones Técnicas (EETT) el plazo de construcción es de 11 meses contados desde la recepción por parte del contratista de la orden de inicio para comenzar las obras, y que en el mes 12 se realizarán las pruebas con carga para el inicio oficial de las actividades.
Es decir, las obras oficialmente empezaron tres meses después de la firma del contrato y el desembolso del anticipo, por tanto el plazo para la finalización de las obras estaba prevista para el mes de marzo del 2023. Sin embargo, alegando retrasos de los trabajos como consecuencia de las de los 53 días de lluvia registrados hasta octubre.
Petropar puntualiza que “considerando las verificaciones en obras civiles, servicios y fabricación de equipos se estima la finalización de las obras en octubre del 2023″.
MINIMIZAR LAS PÉRDIDAS
Édgar Ortiz, representante del gremio de cañicultores, indicó que ante estos nuevos plazos que se estipula, solicitan a Petropar que puedan reacondicionar el viejo molino.
“Hicimos un pedido para que sea reacondicionada la planta vieja, que vengan empresas brasileñas para hacerse cargo porque las empresas paraguayas no tienen la capacidad de refaccionar esa planta. Hace varios años ya que estamos con ese problema, que traten de reparar al menos, porque se está cayendo a pedazos”, indicó el productor.
Si bien indicó que el próximo año sería de nuevo de pérdida para los productores censados por la estatal para provisión de caña dulce, lo que buscan con los proyectos que acercan a Petropar es que el perjuicio económico y productivo no sea igual al de este año, y que para eso es necesario aumentar sus horas de producción diaria del antiguo tren de molienda.
“Se avecina una pérdida, trataremos de que para el año que viene sea lo mínimo y no de esta envergadura del 40%. Con el reacondicionamiento de la vieja planta pretendemos que trabaje lo más que pueda y que no suceda lo que ya pasó, que trabaje solamente 6 o 7 horas en lugar de 24 horas”, remarcó Ortiz.