Gravísima la situación al punto que, en las reuniones del Gobierno, a través de altos gerentes como responsables de la obra ya hablan de buscar nuevos financistas para el montaje de la línea de molienda que en 11 meses de firmarse el contrato no inició. Nadie explica qué pasó con los US$ 6 millones de anticipo y el contratista se declaró sin fondos, según los trascendidos de este incendio que comen­zó a arder en las altas esferas del poder.

Faltando apenas 25 días para que se cumpla el plazo establecido para la entrega de la nueva “Línea de molienda de caña de azú­car” en la planta de Petró­leos Paraguayos (Petropar) en la localidad de Mauricio José Troche, está en dudas la capacidad financiera de la empresa Estructura Ingenie­ría (EISA) contratada para la construcción. Se plantea una gravísima situación de que la contratista que cobró unos US$ 6 millones en con­cepto de anticipo, al parecer no cuenta con los fondos para cumplir con el convenio con la empresa estatal.

La última reunión realizada el viernes pasado entre repre­sentantes de Petropar y el gre­mio de cañicultores, quie­nes presionan fuertemente para que se ponga en marcha la construcción con la cual se verán beneficiadas unas 45.000 familias, fue práctica­mente letal para los objetivos, ya que se habló de buscar un financista para lo que hasta ahora es un proyecto fallido, sin avances, apenas un baldío pese a llevar 11 meses el con­trato firmado entre el Estado y el proveedor.

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Gerente de la planta de Petropar en Mauricio José Troche, ingeniero Sixto Paredes.

La reunión tuvo lugar en la planta de Troche, en repre­sentación de Petropar estu­vieron presentes la encargada de obra, Andrea Sánchez, y el gerente de la planta en Mau­ricio José Troche, ingeniero Sixto Paredes. Mientras que, de parte de la constructora adjudicada, EISA, no se pre­sentó nadie, según nos con­firmaron.

La petrolera se encuen­tra actualmente buscando nuevos financistas con los cuales poder dar inicio a la obra, ya que según trascen­dió, EISA se encuentra sin fondos para comenzar con la construcción que ya se debería estar terminando.

Esta situación no es más que una bofetada tanto para los cañicultores que dependen de la obra en cuestión como para todos los contribuyen­tes, puesto que esta cons­trucción fue adjudicada el 30 de noviembre pasado por un total de US$ 28,7 millo­nes y desde entonces ya se desembolsaron unos G. 41.778 millones del dinero estatal.

El desembolso de este 20% del total se realizó en febrero de este año, justamente para dar inicio a los trabajos. Sin embargo, pese a que ya pasa­ron más de 11 meses desde la adjudicación y 9 desde que se efectuó el primer pago, hasta hoy día en el lugar no se colocó ni un solo clavo y en el sitio solo se puede observar un terraplén.

Según el contrato, la obra debía completarse a los 330 días desde la firma de la orden de suministro. En el docu­mento se muestra en deta­lles las etapas de la obra y que según el cronograma estipula la toma de muestras más el levantamiento de una caseta (180 días); luego el tinglado de la línea de molienda (210 días); y preparación de caña (270 días), entre otros.

En el mismo documento, tam­bién se especifica que varias de las piezas necesarias para el tren de molienda deberán ser importadas de empresas brasileñas (Simisa, Turbimaq y Renk Zanini) con quienes se pusieron en comunicación representantes del gremio de cañicultores, confirmándo­les dos de ellas (Simisa y Renk Zanini) que la fabricación de estos componentes fueron parados por falta de pago y la tercera (Turbimaq) ase­gurando desconocer del pro­yecto, ya que, según refiere el representante del gremio, no hubo comunicación alguna de parte de la contratista.

Etapas y plazos fijados en el contrato quedaron solo en papeles, mientras que se llevaron US$ 6 millones por un terraplenado.

SILENCIO

Al respecto, desde la Unidad de Investigación de Nación Media intentamos ponernos en comunicación tanto con el ingeniero Paredes, de Tro­che, así también preguntamos por otro representante de la petrolera que pudiera aclarar el panorama. Sin embargo, la única respuesta que obtuvi­mos fue que “hay un equipo que se encarga de coordinar el proyecto”, lo cual sigue dejando en la duda de ¿qué pasó de los US$ 6 millones pagados por Petropar?; ¿por qué hasta ahora no se avanzó con la obra?; y ¿por qué Petro­par guarda tanta reserva al respecto?

Por otra parte, hay que recor­dar que desde la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) se inició una investigación a la adjudica­ción de la obra a raíz de una denuncia anónima que señala un claro incumplimiento del contrato.

Entretanto, los cañicultores afectados quedan pendien­tes de las reuniones y pro­mesas que obtienen desde Petropar. “Entre hoy (por ayer) y mañana nos deben dar novedades sobre cómo se va a avanzar con la obra”, sostuvo Édgar Ortiz, repre­sentante del gremio de cañi­cultores que está ejerciendo presión sobre la estatal.

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