Adjudicaciones por G. 10.967 millones que debían garantizar la refacción de oficinas en 33 sedes de la Dirección de Extensión Agraria (Deag), en el marco del sensible proyecto de inserción a mercados agrícolas, ya tenían que inaugurarse a fines de abril pasado, pero siguen inconclusas. Responsables alegan “inclemencia”.

La licitación para las “Obras de remodelación y adecuación de oficinas del MAG”, del Ministe­rio de Agricultura y Ganadería para la refacción de 33 sedes de la Dirección de Extensión Agro­pecuaria (Deag) distribuidas en 12 departamentos que, según el contrato, debían ser entrega­das el pasado mes de abril; sin embargo, hasta la fecha nin­guna de ellas cuenta con un cer­tificado de recepción de obras.

Esta licitación para la refacción de las oficinas de la Deag fue adjudicada por un total de G. 10.967 millones y forma parte del Proyecto de Inserción a Mercados Agrarios (Pima) que es financiado por el Banco Mundial a través de un prés­tamo de US$ 100 millones.

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El total de las obras fueron dis­tribuidas en 4 lotes, el número 1 quedó a cargo de la contratista Dianel SA; el lote 2 corresponde a la Constructora Alpe SA; y el lote 4 a la empresa Alfredo Ber­nardino Lezcano Sánchez.

En el caso del lote 3, fue adju­dicado a la empresa Manuel Luis Román Solís, con quien se firmó contrato recién el pasado 16 de agosto luego de que se rescindiera el con­trato con la empresa CCT Ingeniería porque esta se declaró en bancarrota.

Al consultar al supervisor de obras del MAG, el arquitecto Eligio Benítez, sobre el estado de las refacciones, el mismo confirmó que ni una sola de ellas cuenta con una recep­ción de obras definitiva, pese a que desde setiembre que vie­nen amenazando con la aplica­ción de multas por retraso a las empresas adjudicadas.

Al respecto de esta demora en la recepción de las obras, el arquitecto refirió que “la mayo­ría ya se encuentra en proceso de terminar, son detalles como algún retoque de pintura, o conexión de agua por ejemplo lo que queda pendiente”.

Así mismo, detalló que la demora se debe principal­mente a las inclemencias del tiempo, además de modifica­ciones en los trabajos a reali­zar que, según indicó, tardan un tiempo considerable para ser aprobados ya que deben obtener primeramente el visto bueno del Banco Mundial.

Sin embargo, mientras que los responsables argumentan estas lluvias y aprobaciones, los retrasos de las obras ya supera­ron el tiempo que se tiene pre­visto en el contrato.

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