Desde el 2019, docentes del Colegio Sagrado Corazón de Jesús solicitan al Ministerio de Educación que se realicen las reparaciones, pero siguen sin recibir respuestas, por lo que ahora los niños deben estar expuestos a condiciones extremas, de frío y de calor. Mientras que en la Escuela Doña Enriqueta Alder niños y niñas deben dar clases en aulas destechadas y en situación de riesgo.
- Unidad de Investigación Nación Media
Los niños, niñas y adolescentes del distrito de Ybycuí, del departamento de Paraguarí, son expuestos a situaciones extremas ya que los centros de educación pública se encuentran abandonados por el Gobierno. Tanto es así que en la Escuela Sagrado Corazón de Jesús, de la compañía Costa Cordillerita, los alumnos deben dar clases dentro de una carpa.
El mencionado colegio brinda clases desde el 1er. grado hasta el 3er. curso de la Media con la modalidad de plurigrado, tiene seis aulas, de las cuales solamente un aula de material que se encuentra disponible, que fue inaugurada este año y es un aporte de la Gobernación de Paraguarí.
Según comentaron docentes de la institución, empezaron el año escolar con un pabellón entero de cuatro aulas funcionando; sin embargo, para marzo ya debieron clausurar ese pabellón más un salón por el peligro de derrumbe, consecuencia del deterioro de las estructuras.
Un dato no menor es que desde el 2019 la Escuela Sagrado Corazón de Jesús viene solicitando al Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) las reparaciones y mantenimientos de los salones, aunque hasta ahora los reclamos son obviados.
Es por esta situación que desde marzo del 2022 los niños deben dar clases en unas carpas ubicadas en el medio del patio, sin pisos, sin pizarras, sin todas las comodidades.
Aunque, a pesar de tener las carpas, los pequeños y profesores se exponen a un riesgo constante porque los muebles se guardan en las aulas clausuradas, y allí los niños entran y salen diariamente para recoger y volver a guardar las sillas con pupitres.
Los dos años de pandemia en los que nos encerraron prometiendo mejoras en Salud y Educación, quedaron en la nada en muchos lugares. El compromiso del Gobierno de poner en condiciones los establecimientos educativos para el retorno a las clases presenciales se convirtió en otra desilusión más.
En muchas ocasiones estos alumnos optan por dar clases bajo los árboles ya que en los días de mucho calor se vuelve insostenible estar dentro de estas aulas móviles.
Mientras que en los días de lluvia simplemente las clases se suspenden, ya que si llueve antes del horario de clases los niños y las niñas ya no van al centro educativo. En tanto que, si la lluvia cae una vez iniciada la clase, los aproximadamente 60 alumnos se resguardan dentro de la única aula de material que no está en peligro de derrumbe.
Incluso, como solamente un salón de clases se encuentra en condiciones para albergar a los estudiantes, la dirección de la institución debe funcionar dentro del pabellón clausurado, pues ya no disponen de espacio, porque sus pedidos de colaboración Gobierno nunca llegaron.
Es más, el Ministerio de Educación y Ciencias tampoco nunca dio respuesta a los proyectos de microplanificación que se presentaron, por lo que hoy esta escuela de la compañía Costa Cordillerita solamente tiene disponible un aula de material, por lo que la supervisión de la zona tuvo que llevar las carpas, exigieron que los alumnos ya no desarrollen clases en zonas de posible derrumbe.
EN RIESGO
La Escuela Enriqueta Alder viuda de Duarte, ubicada en la compañía Apyraguá, límite entre los distritos de Ybycuí y La Colmena, es otra de las instituciones educativas donde los alumnos y profesores están expuestos a un peligro constante.
Al ingresar al centro educativo uno ya puede observar las pésimas condiciones de las estructuras edilicias donde los niños, niñas y adolescentes diariamente desarrollan el programa de aprendizaje. Agregando que allí dan clases desde el jardín hasta el 3er. curso de la Media.
En un solo pabellón funcionan tres aulas, más la dirección de la escuela, y en otro punto del predio funcionan otras dos aulas más que están pegadas una a otra.
En el área principal y más amplia se puede observar que partes del techo ya se encuentran sin varias tejas, por lo que si llega una lluvia los salones se llenan de agua, y a pesar de eso los escolares siguen con la clase, en esas deplorables condiciones.
Y como no podía ser de otra manera, en el pasillo principal de la escuela también tienen el mismo problema, pues el zaguán cuenta con otras averías en el tejado.
Otro de los visibles problemas que tiene el centro educativo de la compañía Apyraguá tiene que ver con las conexiones eléctricas, pues estas están remendadas, los cables colgados sin protección, exponiendo a docentes y estudiantes a cualquier tipo de accidente.
El director de la Escuela Enriqueta Alder, profesor Óscar Luis Quintana Centurión, señaló que además de los huecos del techo el pabellón principal está en situación de riesgo de derrumbe. Y como si fuera poco, las obras que se iniciaron para poder ampliar la estructura educativa se encuentran paradas, y la espera por tener nuevos salones de clase se hace interminable.
Añadió que desde hace varios años la institución se encuentra en un total estado de abandono por parte del Ministerio de Educación y Ciencias y no reciben respuesta a los pedidos de auxilio para las reparaciones necesarias.
Por último, Quintana Centurión agregó al equipo periodístico del Diario La Nación/Nación Media que otras de las falencias que tienen para el desarrollo óptimo del programa educativo es la cantidad de docentes. Y, al igual que todos las solicitudes de cooperación realizadas al MEC, caen en saco roto.