En Chaco’i algunos alumnos son obligados a dar clases en aulas clausuradas por riesgo de derrumbe, otros deben soportar el frío porque no tienen ventanas y se exponen al peligro de un precario sistema de alimentación eléctrica.
- Unidad de Investigación Nación Media
Los padres de familia de la zona de Chaco’i con el “Jesús en la boca” envían a sus hijos e hijas a las instituciones educativas que se encuentran en estado deplorable y que incluso pueden llegar a representar un riesgo para su seguridad.
El Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) tuvo dos años libres para trabajar en el mejoramiento de las infraestructuras edilicias; sin embargo, los dos ex ministros de la cartera, tanto Eduardo Petta San Martín (candidato a senador) como Juan Manuel Brunetti (candidato a vicepresidente) dejan como herencia centros de enseñanza primaria en total estado de abandono.
Es tanta la falta de atención que, ante la ausencia de espacios, los alumnos deben ser reubicados en cualquier hueco para poder desarrollar sus clases, y es que en esa situación se ven obligados a utilizar pabellones clausurados por peligro de derrumbe, según el testimonio de los docentes.
Es que en la Escuela Zoilo Rodas tienen habilitados desde el preescolar hasta el tercer curso, pero solamente cuentan con 7 aulas habilitadas, y otras 7 están clausuradas, pero ante la falta de espacio físico los alumnos del Nivel Medio (primero, segundo y tercero de la Media) deben utilizar dos veces por semana esos cuartos, esperando que el techo no se venga abajo. Así como la directora, que realiza oficina en el mismo pabellón de manera permanente porque no tiene otro lugar dentro del predio escolar.
En tanto que la Escuela Teniente Adolfo Rojas Silva, las clases de estudio que están en pie tienen problemas de humedad, las paredes están deterioradas y cuentan con conexiones eléctricas remendadas de manera precaria que podrían provocar algún riesgo para los escolares y los docentes.
Además de la necesidad de mantenimiento edilicio, también requiere de una renovación de mobiliarios para una mejor y mayor atención hacia los niños, niñas y adolescentes que van a la institución.
En el caso de la Escuela Coronel Carlos Fernández solamente tiene 7 aulas, de las cuales 2 están clausuradas, y los alumnos deben amontonarse para entrar todos porque en este centro educativo se enseña desde preescolar hasta el noveno grado. Encima, en esta pequeña escuela existe un baño dentro de un aula, pero no brinda ninguna privacidad a los niños y niñas, pues no tiene puerta.
Igualmente, el patio es utilizado como una especie de vertedero, hay escombros de alguna obra que se vino abajo o de algún proyecto de edificación abandonado. Incluso, en el patio se puede observar el fuselaje de lo que alguna vez fue un avión de Líneas Aéreas Paraguayas (LAP), que se había donado a la institución y que fue muy admirado por el ex ministro Petta San Martín durante una visita a esta casa de estudios, al punto de que prometió convertirlo en una biblioteca virtual, según nos comentó la directora Marcelina Gaona. Sin embargo, Petta San Martín dejó la cartera y su promesa de reutilizar la gigantesca pieza de la aeronave se fue con él.
Es más, hoy esa estructura se encuentra en un terreno inundable, y cuando viene la lluvia, el fuselaje flota en medio del patio de la escuela, y luego se convierte en un enorme criadero de dengue o chikungunya.
El deplorable estado de las instituciones educativas de la zona de Chaco’i genera un riesgo para la seguridad y la salud de los niños, niñas y adolescentes que concurren a las aulas, pues los vidrios de las ventanas están rotos y se exponen al frío o a algún corte, está latente que el techo se venga abajo o que ocurra algún cortocircuito, y la humedad, que inunda las paredes deteriorando la estructura.